En la primera parte de este interesante ensayo, Jorge Castellón mostró las inquietudes del escritor austríaco sobre la creación literaria y su labor de biógrafo, dentro del contexto histórico de la primera mitad del siglo XX. En esta parte final, el autor nos muestra a un Zweig novelista, poeta, ensayista y traductor. Destaca la novela “Los ojos del hermano eterno” en la cual el protagonista encuentra la felicidad sirviendo a otros, huyendo la acción, porque los actos humanos son limitados. Zweig prefiere adherir a un humanismo, que es “una responsabilidad por lo que acontece en el presente o pueda ocurrir en el futuro de toda la humanidad”. El escritor se da la tarea de educar a las generaciones jóvenes, recurriendo a la memoria histórica de la especie humana. Ante el desencadenamiento de la segunda guerra mundial, se exilia en Inglaterra y después pasa al Brasil. Es en este país donde se suicida con su segunda esposa en 1942.

• Stefan Zweig, heraldo del humanismo universal (II) por Jorge Castellón