Cuando el salvadoreño Carlos Gerardo Perla hace despertar a Jacinto Samsa (no a Gregorio) casi cien años después del despertar del popular personaje kafkiano, este se encuentra que se ha convertido en un hombre unicorniano con una canosa barba de chivo luenga hasta el ombligo. Este Samsa posee al despertar un cuerno de oro que lo impulsa a telefonear  a su amigo criptopzoólogo Gaspar von Gericke. No hay repudio contra el mutante, sino que el científico gran amigo de Jacinto es ganado por una fuerte ambición capitalista y convoca a innumerables curiosos, con deseos de fotografiarse con el raro espécimen ante cuya curiosidad y afán de figuracionismo trata de explotarlos. Jacinto no es el pacífico Samsa y se rebela contra este tipo de explotación haciendo huir a cornadas a sus imprevisibles fans, incluyendo a su ambicioso amigo. Al fin y al cabo un relato donde el humor trata de reemplazar al drama de la obra de Kafka, cuya metáfora partía de la tuberculosis que lo afectara hasta convertirlo en un apestado de la sociedad, aparte de su condición de judío que lo hacía pasible de ser arrinconado a algún ghetto. Un cuento metaliterario que puede hacernos esperar futuros logros de nuestro joven autor. Maynor Freyre.

• El cuerno de oro por Carlos Gerardo Perla