Para mí
(a Ángela Da Silva)
Entré con dientes pero no con todo
me quedé afuera un poco
Yo nunca fui a la escuela
yo
realmente
Nunca vendí diarios
Cuando yo medio no existía
yo era demasiado yo
para mí solo.
¿Tropezón?
No me engañés con vos
con tu no soy cierta
trabajáme de apuro
arrimáme una manera de mirarme
que me encauterice
ponéme frenético
dále
gravidáme
como nunca pudieron
o como pudieron
cuando yo no podía
No me embauqués
cuando no sea tu propósito hacerlo
desprestigiáme de a poco
ante mí
prestigiáme de golpe
tropezáte conmigo una vez
que después siempre.
Ánima
Su suave cadáver se me apareció tres meses
orlada de geranios
y me cebaba un amargo espumoso
la finada.
Quiero y quererte
Te quiero para todo
(salí a quererte donde se pudiera)
aunque el ángel se haya hecho pelota
(arrepentido el domingo
de haberse insinuado en francés
el sábado a la noche)
No es desde la alcoba de Dios
que te grito mi azúcar manchada
Ni ropero ni guitarra ni cantor
la cama como siempre:
¡venceremos!
Cargá con tu cruz
pero con más gracia
a ver los hombros, las rodillas
no escurras del escultor el embeleso
Ondulo en el umbral una rapsodia de recibimiento
no te doy permiso para huir
me río con todos los dientes
te cierro con llave
te guiño con la chimenea
que ya empieza a concebir
un humo
raro
Vení a sacarme el moho y la camisa
y el nudo en la garganta.
Felino en el dormitorio
respira conmigo
en mi pecho dormita nuestra gata
reposa sobre mí
apagó ya el motorcito emocionante
no dormirá mucho
pronto despertará
me mirará desde la especie
acercará sus bigotes a mi barba
aparentará volver a acomodarse
y como si tal cosa
hundirá sus patas en mi estómago
y saltará hacia otros ensueños en una orilla de la cama
Tango para final
¿y si no todo está podrido?
(¿aspecto, consistencia u olor?)
¿y si el diagnóstico ha sido tremendista?
¿herpes, dónde?
¿tropas, opio?
¿de ocupación, de los pueblos?
no es que yo sea un canto a la esperanza
ni objeto de plasmación
de solamente algunos delicados especialistas
que pudieran designarme “el poema encarnado”
porque aún pían seres vivos
(el que quedó para contarlo
añade doscientos panes de trotyl)
¿por qué aún pían seres vivos?
¿te amo
o estoy emberretinado?
“mi orgasmo triste fuiste tú”
“KAFKA”
¿Nos involucraría en sus historias
hasta las últimas consecuencias
suyas y nuestras?
¿Nos incorporaría investigándolo?
¿Y al servicio de arrebatarle a usted
qué bienes?
Terror al mono
y casi un hombre
el suyo.
“LA FAMIGLIA”
Nadie falta para el fotógrafo
y para sus implementos
Procuraremos ni respirar
en ese instante
Estamos para sus instrucciones
él compone, él manda
Estamos todos, todos
para su perspicacia
En una placa que alcanza
ochenta años
Procuraremos ni pestañear
en ese instante supremo
del fogonazo
Apaisados
habremos de colgar
de una pared, más tarde de otra
colgar y perdurar
Fuimos haciéndonos de nuestras vidas
en el mismo retrato
pasando
posando.
Rolando Revagliatti, Buenos Aires, 1945. Fue uno de los responsables del Ciclo de poesía y prosa breve “Nicolás Olivari” (1999) y el coordinador de los ciclos de poesía “Julio Huasi” (2001), “Luis Franco” (2002), “Carlos de la Púa”, “Susana Thénon”, “Horacio Pilar”, “Homenajes” (2003), así como de la Revista oral de literatura “Recitador Argentino” (2003) y de "La anguila lánguida", Muestra de poesía (2004). Conduce la presentación de poetas en el Café Literario “Último Infierno” organizado por la Asociación de Poetas Argentinos (2005-2008). Ha presentado “La Canción de Rolando” en los Cafés Literarios “Literatura Viva” (2006) y “Mirá Lo Que Quedó” (2007). Libros publicados: "Historietas del amor" (1991); "Muestra en prosa", cuentos y relatos (1994). "Las piezas de un teatro", dramaturgia (1991). "Obras completas en verso hasta acá". En 2006, publicó su primera antología personal: "El Revagliastés" en la Colección Poeta Joaquín. Sus libros cuentan con ediciones electrónicas en http://www.revagliatti.com.ar.