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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
7 4 2010
Alberto Morales: un artista apasionado por la Antártida

P: Hola Alberto, para comenzar a conocerte un poco mejor, hablanos de ti, ¿Quién es Alberto Morales? Cuentanos algo acerca de tu infancia y de tu vida en tu país.
R: Bueno, hola a todos. ¿Quién es Alberto Morales? Siempre digo que como pintor me cuesta mucho la palabra y mas lo escrito, pero bueno, espero poder contestar todas tus preguntas y que resulten interesantes mis respuestas para el publico. En principio te cuento que esta semana estoy cumpliendo 56 años y que pinto desde que me acuerdo. Vengo de una familia de clase media, mi padre, gráfico, empleado en la Imprenta del Congreso de la Nación, cantante y compositor de Tango y mi madre docente de escuela técnica.

Soy porteño, nací en 1952 y me crié en el corazón de Buenos Aires a pocas cuadras de donde en 1955 a los militares se les ocurrió que Juan Domingo Perón no iba más, y bombardearon la Plaza de Mayo y a la población civil, entonces mis padres decidieron salir del centro e ir a Gral. Rodríguez, una ciudad a 50 Km de Capital Federal. Estudié siempre en escuelas del Estado y, a pesar de todas las peripecias políticas en mi familia, siempre creciendo.

En el ‘64 teníamos un gobierno democrático de gran estabilidad, crecimiento y bienestar, a tal punto que el arte florecía en Buenos Aires y le competía a los centros de vanguardia europeos y norteamericanos, hasta que en el 66 otra vez a los militares (siempre el brazo armado de políticas económicas), se les ocurrió que tampoco iba más: asaltaron las universidades, echaron a todos los científicos, cerraron las industrias nacionales y toda la cultura y el arte retrocedía. Hasta que volvió Perón en el 73 y comenzaba una nueva etapa. La gente compraba libros, de a 10 a la vez la industria del libro crecía, el arte florecía, y otra vez a los militares se les ocurrió que la situación no iba más y en el ‘76 comenzó la dictadura más terrible de de la historia argentina. No sé cómo pude pasarla, muchas veces pensé que era un sobreviviente, siendo artista (o mejor dicho estudiante de artes) en las escuelas del estado o en talleres de maestros, como Urruchúa (afiliado al PC), y yo compartiendo políticamente con todos los gobierno populares y nacionales. Muchos amigos desaparecieron o se exiliaron. Creo que yo debo hablar poco. Bueno y en ese contexto nunca dejé de trabajar y estudiar a pesar de todo.

P: ¿Has estado siempre interesado en el arte? ¿Cuándo descubres que podía ser una parte importante en tu vida?
R: Como te dije antes, pinto desde que me acuerdo, y ya a los 10 años, de tanto pedirlo, en casa, me mandaban a una escuela municipal de noche donde daban clases de dibujo y pintura. A partir de ese momento nunca más dejé ni de estudiar ni de trabajar. Por supuesto que no tenía ni idea de por qué lo hacía. Hoy, a la distancia, te puedo decir que para mí debía ser, y es, mi razón de ser, todavía tengo en mi taller una pintura pequeña, en acuarela, de esa época, te digo esto, pues esa pintura, la pude guardar a los 10 años, a los 11, a los 12, sobrevivió a todas las circunstancias, a mi familia, a hermano, a las mudanzas, a todas mis novias, a mi primer matrimonio, al segundo, a mis hijas, a todo, y todavía me acompaña. Así que hoy te puedo afirmar que siempre supe que esto era lo mío aunque no tuviera la conciencia de ello cuando era niño.

P: ¿Qué es arte para ti?
R: Hoy te puedo decir que es mi trabajo, que no puedo dejar de hacer lo que hago y que es lo que tengo para contar lo que no puedo decir de otra manera y que pinto por una imperiosa necesidad de comunicación. Y que el arte es lo único que ha sobrevivido en toda la existencia del hombre sobre la tierra, el hombre siempre lo a conservado como la huella de su paso por el tiempo que le toca vivir. El arte es el alma de una sociedad y más allá de los mercados y los dueños que dictan lo que hay que hacer, creo que en algún momento de la historia, en el futuro, se descubrirán los que contaron su momento a pensar de todo, y esto que te digo no es futurología, ni ningún sueño, ya pasó en otros momentos de la historia, artistas dejados de lado, en su momento olvidados después de muertos y descubiertos muchos años después y a veces siglos.

P: ¿Podrías compartir parte de tu filosofía por la vida y por el arte?
R: Sí, por supuesto, para eso pinto, para poder compartirlo, si no lo comparto, no tendría razon de ser, ni yo, ni mi trabajo. Aunque si pudiera contarlo con palabras seria escritor y no artista plástico, pero intentare unas líneas. En cuanto a filosofía de vida, te puedo contar que creo que siempre hay que hacer lo posible, como decía Matisse, “…la libertad no es mas que hacer todo, pero absolutamente todo, lo que uno puede hacer…”. Tener siempre un nuevo sueño o proyecto eso siempre te tira hacia adelante, jugarse en todo lo que uno hace, dar lo mejor de uno, en cualquier circunstancia, aunque sea ocasional. Y con respecto al arte es lo mismo, no se puede pensar o actuar de una manera y hacer otra en la obra, la obra no es mas que el producto de lo que somos y pensamos, por eso lo mejor que les puedo decir o dar es la obra, ahí esta, tómenla, disfrútenla, aprópiense, espero que les sirva.

P: ¿Crees que tu trabajo ha sido influenciado por la sociedad en la que vivimos? ¿Cuales son las implicaciones sociales de tu arte?
R: Por supuesto que influye. Cada uno de nosotros somos el producto de la sociedad en la que vivimos. Mi producción artística no es invento mío, es el resultado de todo lo aprendido y lo vivido, es la continuación de lo que se hizo antes. Nadie inventa nada, no nacemos de un huevo, copiamos y traducimos, modificamos y alteramos, lo que cambia es la mirada y la circunstancia de cada uno en ese momento. En un momento trabajaba en una empresa de diseño y el dueño me dijo: “Mira Alberto, lo último que se inventó en gráfica fueron los jeroglíficos, y a partir de ahí vino el resto”, y esto también lo aplico yo en el arte.

P: Hemos visto por medio de tu trabajo que la mayoría de tus obras son pinturas, ¿practicas otras técnicas? ¿Por qué elegiste la pintura como medio de expresión?
R: Sí, practico otras disciplinas. Yo digo que nací pintor, pero siempre buscando otras forma de expresarme. Pasé de unas a otras. Una vez, visitando en un sitio de arte español, leí un comentario de un artista que decía que él no se consideraba ni artista, ni diferente sino curioso. Eso me gustó, pues creo que hago algo parecido. Como te decía, nací pintor y de ahí pase al collage, del collage al relieve, del relieve a la escultura y de la escultura a los objetos de uso cotidiano, y no abandono ninguno, voy y vengo, pero por ahora, lo que más hago es pintar. También he incursionado en la litografía, la serigrafía, fotografía y monocopias. Digo que no me importa el material sino qué es lo que hago yo con él, pero sí sé que todo parte de la pintura, pues a mis escultura también le doy color.

P: Nos podrías hablar de tu experiencia pictórica en los glaciares.
R: En principio te cuento que no se trata sólo de glaciares, si bien lo son, sino que la temática es en referencia a la Antártida, de hecho el titulo del proyecto es “Al Sur del Sur, Antártida Argentina”. El proyecto surge de las conversaciones con una amiga sobre mis conceptos, intenciones y proyectos con la obra. Ella, como periodista y corresponsal canadiense, tenía relación por su trabajo con la DNA - Dirección Nacional del Antártico -. Allí se entera del Proyecto Cultural Antártico Argentino y me presenta al director de la DNA, me cuentan de qué se trata y me proponen que presente una propuesta para integrarme. Bueno, así fue que presenté mi proyecto. Estuvieron en mi taller, se interesaron por mi obra, mi actitud como artista, la forma de ser y pensar, y por supuesto la propuesta. Fue así que un día me llamaron y que si bien no era del todo lo que yo proponía me invitaban a viajar al continente blanco para integrarme al Proyecto Cultural Antártico Argentino. Soy el primer artista plástico argentino que viaja al continente blanco en una misión oficial por mi trabajo como artista.

La idea era la de poder desarrollar una obra con la temática de la Antártida, si el contacto con esa realidad, la vivencia y la experiencia de la vida en condiciones extremas generaban en mí, lo necesario para ese desarrollo. En el viaje de ida nos reúnen y nos cuentan que no éramos solo invitados, sino que viajábamos en cumplimiento de una ley, que nunca se había puesto en práctica, donde se especifica que la DNA dentro de todos sus mandatos, tiene que procurar una cultura Antártica, con la intención de la difusión de la problemática, en otros ámbitos y públicos no científicos. Bueno fue así que realicé este viaje que me partió la cabeza.

La Antártida es literalmente otro planeta, uno no se puede imaginar lo que es este continente sólo por relacionarlo con otros conocidos o por las fotos que pueda ver, estar ahí no es lo mismo. Yo decía que no podía pintar la Antártida desde el centro de Buenos Aires con 35 grados de calor, era necesario que sintiera el viento que sopla todo el día, el frío, el blanco sobre el blanco, el aislamiento del continente y de la gente que allí trabaja. En la Antártida no hay “hombre originario”. Vayas para donde vayas jamás vas a encontrar un rastro humano, lo más antiguo que podés encontrar tiene 105 años y es argentino o de las misiones que Argentina participó. Quería entender cómo lo vive un científico o un militar. Pero en lo que nunca pensé, fue en mi propio aislamiento, eso fue lo más duro. Uno cuando entra en la Antártida no sale cuando quiere, todo depende del clima, del capitán del barco, que tiene sus prioridades, todo es más-menos 15/20 días. Mi viaje y estadía en las bases Antárticas fue en total de 40 días. Viviendo en las bases tenía la posibilidad de integrarme a las expediciones de todos los científicos que realizaban sus trabajos. Así fue que viví en un refugio a 7 kilómetros de la base, acompañé a glaciólogos, a los científicos que estudian los mamíferos o las aves. Vivir la experiencia de estar todo el tiempo al filo del final sin saberlo o tener conciencia.

No soy un aventurero ni un Indiana Jones, no sabía dónde iba, sino que una vez allí solo lo viví. Armé mi taller primero en el barco y luego en las bases que visité y poco a poco vas sintiendo como desparece tu omnipotencia, uno no es nada puesto allí, en una inmensidad que te aplasta, el silencio visual, el sonido del viento todo el día en el oído, donde no es que no hay nada, pero no hay nada, lo que sí hay, es esa energía que te aplasta. Tuve para este viaje un sponsor de pinturas, así que me dio toda la paleta de sus colores, y cuando llegué allí, sólo era blanco, negro, gris, azul y naranja cuando baja el sol y con eso tenia que pintar. Bueno no me quiero extender mucho más en esto, se pueden imaginar que tengo para contar un rato.

Lo último que les cuento, es que me costó mucho más adaptarme a la ciudad cuando volví, que adaptarme a la Antártida. Para mi trabajo todo fue un antes y un después de ese viaje, a partir de ese encuentro he desarrollado una obra con la problemática Antártica que abarca las disciplinas de pintura, litografías, serigrafía, monocopias y fotografías, que son, junto con la memoria, el material que me ayudó al desarrollo del proyecto.

P: De manera general en toda tu obra, ¿tienes algún mensaje específico que transmitir a tu público?
R: Como ya te conté, siento que pinto por una imperiosa necesidad de comunicación y que uno dice de esta manera lo que no puede decir de otra. Pero bueno lo intentaré. Pienso que pintar es una actitud ante la vida, que no se puede pintar lo que no se es, y uno es el producto de la sociedad donde vive, de lo aprendido o entendido, de lo que has recibido o no, en tu existencia, de tu moral y tu relación con el mundo que te rodea. Creo que todo es posible, que siempre hay una posibilidad más, intento poner siempre lo mejor de mí en cada obra, tratar de ver el vaso medio lleno y no medio vacío, no intento inventar nada, todo ya esta hecho por la naturaleza, las respuestas están todas ahí, que no se puede ir en contra de la naturaleza, intento no ponerme por encima ni por debajo de nada ni de nadie. Todo lo que pienso y siento está puesto en la obra, que es mejor el silencio que una estupidez, trato de expresar en mi obra el trabajo, el compromiso y el amor por lo que hago.

P: Háblanos de una de tus obras en particular, ¿en qué pensabas.. que querías comunicar cuando la estabas creando?
R: Creo que la obra es la totalidad, compuesta por muchas imágenes. Sí, tengo obras que me importan unas más que otras, y lo que quiero decir es siempre lo mismo. He descubierto que uno tiene como tres o cuatro cosas fundamentales para trasmitir y lo cuenta de distintas maneras, como que es la esencia de uno.

P: ¿Cual ha sido tu exposición más importante? ¿Te importaría compartir la experiencia?
R: Fueron tres: por un lado mis dos primeras exposiciones individuales, que hice en el 76 y 77. La del 76 recibí mucho afecto, críticas y apoyo de mis maestros, uno de ellos, el escultor Leo Vinci, como no me encontró en la galería, me dejó una nota donde me decía: “Alberto verdaderamente sos un pintor”. Toda esa energía que recibí me dio fuerzas para hacer otra en la misma galeria pero el doble de grande. En esta nueva muestra me fue mucho mejor, pues pasó todo lo de la primera y encima vendí obras. Al finalizar la expo el ultimo día me pare en el medio de la sala mire todo y me pregunte, ¿qué hice? ¿Cómo sigo ahora? ¿Cómo hago algo mejor que esto? Y a partir de ahí, me guardé no expuse mas no salí mas a la calle a ver muestras, me casé y puse una imprenta. Hay que tener en cuanta que en el 76 fue el golpe militar más cruel que tuvimos en mi país: maestros y compañeros del PC o izquierdas, exilados y/o desaparecidos. No sé si no pude enfrentar el éxito o fue un acto de auto protección. Al regreso de la democracia vuelvo a salir y ver exposiciones, aunque nunca había dejado de pintar, descubro que muchos artistas les había pasado lo mismo, con todo esto empiezo a prepararme de nuevo y organizo otra vez mi lanzamiento con una exposición en el 95 en la galería Van Riel, también muy feliz por los resultados, y desde ese momento ya no paré.
P: ¿Tienes alguna figura relevante (profesores, familiares, artistas, etc..) que haya influido en tu obra?
R: Bueno mis maestros creo que me han influenciado todos, pero los que más me han marcado son Jorge Abot y Demetrio Urruchúa, familiares, mi padre como artista (él es cantor y compositor de tangos) y artistas Matisse, Antoni Tapies, muchos.

P: Nos podías hablar del procedimiento que empleas en tus obras. Preparación, desarrollo y acabado
R: Doy como bastantes vueltas antes de empezar, en pintura trabajo directamente sobre la tela sin bastidor, contra la pared, pues hago mucha fuerza sobre la tela, si trabajara con la tela armada con el bastidor, se marcaría todo el soporte de madera en la tela. Comienzo manchando los grandes planos, tirando toda la intención primero, luego voy cerrando y al final, que más lento, ajustando y poniendo los acentos, muy de a poco, esta parte del trabajo con mucho esfuerzo me cuesta sacar la tela de la pared, a veces tardo semanas hasta que un día digo, listo, ya esta, y empiezo de nuevo el ciclo. A veces para que esto no me ocurra intento trabajar con varias telas a la vez y así aparecen series de trabajos. Con los objetos y esculturas parto de la sugerencia que me ofrecen las formas, los colores, movimientos o los objetos y los continuo hasta llegar a una nueva unidad, en un momento digo era esto y terminó.

P: ¿Qué sientes cuando has terminado una obra?
R: En primera instancia alegría, aquí está, era esto, y luego vienen las dudas ¿y cómo sigo ahora?, o ¿y ahora qué?, ¿para dónde salgo? Con más preguntas para tratar de resolver en otra tarea.

P: ¿Tienes algún reto o meta que te gustaría alcanzar tanto a nivel artístico como a nivel personal?
R: Sí muchas. Confucio decía que había que tener muchos proyectos, para tener muchos proyectos que descartar, alguno siempre sale. Uno que tengo en mente hace rato es viajar al Polo Norte, para entender y pintar el otro extremo y luego hacer una exposición con las pinturas de los dos polos, las dos realidades. Y la otra es hacer una obra pública una gran escultura con la misma temática de la Antártida. Y hay mas, me gustaría intentar hacer una muestra de esta obra en Europa.

P: De todo tu trabajo, ¿cuál es tu obra favorita o a la que más cariño tienes?
R: Tengo en el taller una acuarela que la hice a los 10 años, cuando mis padres me consiguieron una escuela municipal de noche para ir a aprender a pintar, es muy importante para mí, pues es la confirmación que esto es lo que siempre quise, sin saberlo la tenía clara, sino cómo puede ser que una hojita de 20x15 cm. pudiera guardarla tantos años y acompañarme siempre a pesar de todo.

P: ¿Nos podrías dar un adelanto sobre lo que estas trabajando actualmente?
R: Para el año que viene puede que tenga unas cuantas exposiciones, y tengo muchas ganas de trabajar, prepararme para algo que no sé que será, y trabajar también en esculturas. Me parece que se viene un tiempo de párate exterior y siento que ese será un tiempo de preparación para un tiempo nuevo.

P: Para terminar dime Alberto... ¿Por qué creas arte?
R: Bueno en principio no sé si creo arte, por ahora sólo sé que trabajo en disciplinas artísticas. El público y la historia dirá si fue o no arte.

acerca del autor
Alberto

Nació en Buenos Aires en 1952. Se crió entre pinceles (estudió arte desde los 11 años) y acordes de bandoneones (su padre tiene trayectoria como cantor de tangos, como autor y compositor). Entre sus maestros se cuentan Ana Eckell, Diana Aisemberg y Ennio Iommi. Recibió diversos premios por su labor plástica. Hizo exposiciones individuales en galerías, museos y otras instituciones de la capital argentina. Es también docente en universidades y otros centros de estudio. Desde 1995, auspiciado por el Gobierno de Buenos Aires, anima el proyecto “Visita didáctica al atelier de un artista” para los alumnos de los colegios y otras instituciones. Su obra abarca la pintura, la escultura, los relieves y los objetos.