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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Literatura
2 7 2011
Metáfora y color por Gerardo Luis Rodríguez

Indudablemente, en la 24 Feria Internacional del Libro estuvieron quienes son portada de libros, revistas y periódicos, los preferidos y los eternos clásicos de todas las épocas y latitudes. Y al lado de ellos destacamos un poeta meteórico y un pintor con antecedentes rojos y fulminantes trazos carrizosa, el poeta: José Martínez Sánchez.

Así de entrada decimos que su verso se cuelga a la expresión del siglo XXI. "Ayer inventé el olor de la quincalla / el agua de un río / con alas de cisne". Estas palabras guían la imaginación y las parábolas de tinta en Parvulario de náufrago, uno de los libros más solicitados por los visitantes preguntones o compradores de esta maratón de libros y autores que se celebra cada año en la bogotanal ciudad de los chibchas de otrora: Digamos que Ospinas, Rocas y nadaístas y otros golem, la misma rima del río nerudiano, vallejiano, surrealista, son.

Ellos en los penúltimos años de la poesía colombiana son el ocaso esplendoroso de aquellos verbos ora vigentes, ora mohosos; que florecieron desde el México del intruso Maximiliano hasta el patagónico territorio de Huidobro, en el grandísimo verbo de Latinoamérica.

Parvulario de naúfrago, una poesía de metáforas umbilicales, de grandes sentimientos y reconocimientos por la tierra y los ancestros, es proyectada a murales de vacíos y soledades de metrópoli asaltantes del ego y del náufrago: "te fuiste arrebatada por la garra del crimen / igual que muchos / porque madre había / porque padre había arriba de la urna del sueño /"..."madre... / muñeca de cabuya maquillada por la luna/".

A Colombia le sobran poetas. Lástima, no se pueden convertir en producto de exportación. Nacen marchitos algunos, bufones otros, sin voz ni estilo ni carácter estético, otros... "Hay poetas para votar p’a lo alto, a ver si los reciben los dioses o los diablos", diría Frantz Fanon. Lo anterior, apuntes para Microbiografía de la poesia colombiana actual.

Es en medio de esta abundancia que José Martínez Sánchez, el auténtico de Aguadas, donde nadie le conoce, sino 2 peluqueros, 1 sastre y una joven profesora parvularia; expone sus versos para pensar en medio de las noches tiroteadas y los pedazos de paz de los días paramilitares en un país-vídeo que naufraga sin esperanza.

Esta antología poética es el palo de salvación donde cada verso nos permite respirar, parpadear para encontrar horizontes, aunque las playas estén de amarillo lejanía. Una antología que resume el quehacer "verbolario" en la poesía colombiana de este autor que combina una lírica "bistúrica" y una sana reflexión sobre la existencia social.

Una añoranza de párvulo con una desesperación de náufrago. "Donde yacen los naufragos / tal vez sea yo párvulo..."

En la poesía de José Martínez hay palabras de sociedad resumida, hambre descuartizadora, hombre actor de nadas y siempre una palabra faro que no es copiada del vaivén literario, sino conocida, amada e incorporada a los precipicios de la expresión. “Máquinas trepanadoras / conducen lejía al patio del infierno...”

Poesía-escuela para sobrevivir, una oración para invocar soles y sobre todo los pantalones de una nube de Maiakovsky, para sostener la dignidad y la entereza de este ser latino. El autor nos arroja a las playas del futuro, diciéndole a su amada: "Contiene en su razón / la sin razón del mundo / el ideal del pelícano/la ebriedad de los violines / y la nube en pantalones / con la cual Maiakovsky / saludó a los bravos de la estepa / mi amada es la poesía".

Bogota 26 mayo 2011

José Martínez Sánchez nació en Aguadas, Colombia, en 1955. Poeta, narrador y profesor de enseñanza secundaria. Ha publicado los libros: El camino perdido (1981-1990), Las pequeñas desdichas (1988), Canción de soledad (1997) y Palabras del apóstata y otros poemas (1998). Ha sido premiado y seleccionado en varios concursos literarios, entre ellos, el Premio Nacional de Literatura Infantil (1990). Recibió Mención de Honor en el certamen Internacional de Cuento del Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos de Nueva York (1998). Y sus últimos poemarios Locos Topos Paralelebípedos, 2003, y El fumador de cebolla, 2007.

acerca del autor
Gerardo Luis

Gerardo Luis Rodríguez, tras haber seguido estudios de filosofía en la Universidad Nacional de Bogotá, vivió en Chile durante el gobierno de Allende. Después del golpe de Estado de Pinochet en 1973, escapó a la persecución policial. Como escritor, publicó seis libros, entre relatos y poemarios. Residió en Francia durante diez años. Participó con un ensayo en el libro colectivo "Alain Laborde, Dix années de pinture (1984-1994)", editado en Pau (Francia). A través de la creación artística, persigue el objetivo ambicioso de sincronizar las fuerzas del Yo con las del universo. Sigue escribiendo para ser fiel a la misión que se ha dado en Europa: fomentar el diálogo entre las culturas.