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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Literatura
4 11 2011
Cuatro poemas de Atlántica de Kenneth White

ELOGIO DEL CUERVO

Todo el mundo conoce
la dulce y triste historia
del ruiseñor
pero el graznar del cuervo
ronco y fuerte
eso ya es otra cosa

el cuervo, creedme, es peculiar

el cuervo es un espíritu
un ave con pasado

el cuervo es todo un rey
de un mundo loco y suyo
en el cual grazna y grazna

y aunque nadie
escucha al cuervo por lo general

si un amigo
se va a tierras heladas
y cuenta en una carta
un misterioso encuentro con un cuervo
allá en algún lugar entre las nieves
y pocos días después
cuando cruzas la puerta
de algún apartamento en Montparnasse
lo primero que ves
es un gran cuervo
que ya no graznará más en la vida
y no obstante aparenta
estar en el secreto de las cosas

entonces te interrogas
te haces la gran pregunta
sobre el cuervo

¿qué verbo emplea el cuervo?
¿a dónde se va el cuervo?
¿con qué acervo?

el cuervo lo que es
es un políglota

domina el cuervo el chino
con un dejo esquimal
el ruso y el nahuatl
el sánscrito, el snohomish
y distintas variantes del inglés

el cuervo tiene mundo

Allan Poe
era un cuervo

el antropólogo enyerbado
se convirtió en un cuervo
supongo que los Cuervos
eran cuervos

se me ocurrió una vez
fundar una Academia de Gaviotas
(basada en un modelo
chino antiguo)
con un solo propósito:
decir de nuevo el mundo
con palabras de aurora
gramática de lluvia, árbol y piedra
sangre y huesos

me puedo imaginar gaviotas negras
igual que cuervos blancos
(racistas abstenerse)
me refiero a que el cuervo puede entrar
en la Academia de Gaviotas
en calidad de miembro algo más ronco

pero se quedó en nada aquella idea
y yo vine a parar
con alas rotas
a una isla fría

a fumarme la hierba de mi espíritu

lo cierto
en todo caso
es que hay aún hombres-pájaro
que llevan por ahí su sueño alado
sus gritos y graznidos
todos pesos pesados
es decir
nada de piopíos ni gorjeos

la vida es dura
y hay
que soportar

ka, kai-kai, ka
kfr kraak, kraak
kriá, kriá, kriá

beberse el agua fría
comer huesos y piedras
en forma y tan tranquilos

alejados y a solas

en comunicaciones
a distancia

¿por qué el cuervo usa el verbo?
¿a dónde se va el cuervo
y con qué acervo?

preguntadle al halcón
que ahí arriba se cierne silencioso
a la lechuza blanca
a la avutarda
a la gaviota rosa

todas las aves hablan
la lengua de la aurora
cada una en su dialecto.

 

 

LECTURA DE HAN SHAN EN LOS PIRINEOS

1
Los discípulos de Buda
le llamaron «poeta-monje»
los de Lao Tse
«ermitaño y místico»
y los confucionistas lo tomaron
por un loco excéntrico
con momentos de lucidez

para sí mismo
era Montaña Fría
que hacía lo posible
sin saber nunca exactamente
a dónde le llevaba eso.

2
Du Guang-Ting (850-933)
en su Shanxian Shiyi
nos dice de Han Shan que
«vivió en el monte Cui-Ping
en la sierra de Tian-Tai»

para los taoístas
los montes de Tian-Tai
eran de esos lugares
«que dan alas al hombre»
de vez en cuando
bajaba al monasterio de Guo-Quing
a por viandas para la cocina
pero pasaba el mayor tiempo en lo alto
entre las nubes blancas.

3
No siempre estuvo allí aunque habla
de la calle del Gorrión Rojo
de Chang'an
donde es seguro que dejó memoria
(recuerda dulces muchachitas:
«crepúsculo con juegos de muchachas
cuyo perfume lleva el viento por la calle»)
antes de encaminarse a las alturas.

4
Personaje poco ortodoxo
difícil de clasificar
hacía algo de zazen cuando le iba bien
y se burlaba en cambio de los «espaldas tiesas»
y en general de los «cabezas rapadas»
tao-budista, sí
pero dejémoslo en
poeta de la montaña
y vayamos a los poemas

un total de 311.

5
«Cierto sabelotodo que se llamaba Wang
dijo que mis poemas eran malos
y que yo no tenía idea de prosodia
me hacen reír con su poesía "correcta"
de ciegos que hablan del sol»

en cuanto encuentre un hombre de ojos limpios
dijo Han Shan
mis poemas darán la vuelta al mundo.

6
«Me fui a ver a un gran monje
todo el camino la montaña en bruma
y el viejo me mostró la vuelta a cása:
la lámpara redonda de la luna»

«vagabundeo por el monte Hua-Ding
cielo limpio, día maravilloso»

«cuando la luna brilla
toda blanca
puede uno olvidarse del este y el oeste».

7
Esos poemas de Montaña Fría
son un día con dos amaneceres.

 

 

HOLDERLIN EN BURDEOS

Poco inclinado a la conversación
cuando las gentes comenzaban
a soltar opiniones
prefería pasear
por la ribera

«¿Por qué ser un poeta en tiempos de penuria?...
yo hago lo que puedo todo lo bien que puedo...
todo eso forma parte
de la obra que hago en este instante...»

Era en los días rojos del otoño
con las uvas maduras
en las colinas de Garona
y el recuerdo de amigos
que habían embarcado
desde aquel promontorio donde el viento...

De vuelta en Alemania
se encontraría sin nada
pero él volvería
volvería
¿para encontrarse qué?
una ventana sobre un bosque, acaso
una pequeña luz filosofal

A diario zarpaban nuevos barcos
rumbo a las Indias, las Américas
recorría los muelles
y los miraba irse
porque el suyo
era un viaje en otra dirección...
pero ¿hasta dónde sería capaz de ir
cuando todo se había envilecido
por la banalidad y la costumbre
y la opinión vulgar?

Podía uno pensar en Grecia
traducir las tragedias
sumirse en sus hipérboles arcaicas
soñar el ideal
el paisaje estaba distinto
totalmente distinto
ya lo había notado al pasar por Auvernia
aquella noche atroz
perdido
en la nieve
había notado
cambios en el paisaje
era más frío
más rocoso
más imponente...
también la poesía tendría que cambiar

Sin dioses que cantar
en un teatro al sol
delante de una nada
en el espacio abierto...

Recorría las calles de Burdeos
en los días rojizos de septiembre
mirando cómo las sombras
se movían despacio con el sol
y en alguna ventana alta
un rostro hermoso
que estaba allí y ya no

Tendría que aprender
a viajar solo.


 

LA CASA DE LAS MAREAS

A cinco millas de la ciudad
se llega a un sitio que se llama
el Campo Blanco

dos alas y blancura
(ideograma de «perseverancia»)

páramo, una playa de rocas
y cien islas
el mar verde a menudo, verde tempestuoso
pero de vez en cuando
azul intenso, un azul sorprendente
y siempre grandes olas

paz, paz en el romper

un lugar, éste, de sombra y luz
de sombras y de luces
de rápida alternancia
revela el sol lo que la nube vela
y siempre melodía
del viento por la tierra y del mar en la orilla
y un silencio

un quinto cuarteto
«debemos estar quietos
y siempre en movimiento
para una mayor unión
una más honda comunión
entre el frío y lo oscuro
el vacío y la desolación
el gemido de la ola, el gemido del viento
la inmensidad de las aguas
del petrel y la marsopa»

un sendero bordeado de aulaga
esta casa de piedra
tapizada por un millar de libros
que hablan de ideas, islas
que se prestan a un orden
hasta ahora escasamente comprendido
apenas percibido

caoticismo

¿dónde estamos?
¿adónde vamos?
uno que ha roturado su camino
entre los matorrales
nos dice que es cuestión de
cambiar de sitio
a un claro en el bosque
aquí hablamos en términos de
atlántica
una respiración y una amplitud
espacio pelagiano:
lo que se aparta y lo que queda atrás
cuando se hacen carreteras
y las claves de mando
en la cabeza
lo que se aparta
se vuelve cada vez más débil
y más articulado

aún en el graznar de la gaviota
en el ruido de la ola
esas oscuridades, esas luces
(pero ¿quién oye?, ¿quién ve?
y ¿quién sabe decir?)

otra tierra mental

meterse
en el paisaje
andar
el blanco de la mañana

andar y mirar
escuchar

flores amarillas
que tiemblan con el viento
un cuervo en una rama
su graznido
el arroyo
que refleja el cielo
en ondas grisazules
arena blanca, algas
los andares altivos
del ostrero
cangrejo azul a tientas en un charco
caparazón brillante

las notas se acumulan

hacia una escritura
que aspire a algo más
que el arte de hacer versos
con generalidades embotadas
y con lamentaciones personales

archipiélago atlántico
y sensación de algo
que ha de ser recogido

el espíritu a tientas
como un cangrejo azul va por un charco
tiembla con el viento
refleja el cielo en ondas
vuela alto
deja rastro en la arena
yace descuidadamente
al filo de las olas

vuelve a los libros
a los numerosos manuscritos


scriptorium
in candida casa
altus prosator

los prismáticos enfocados también
hacia la abandonada
sardinería del tejado rojo
en lo alto del promontorio:
una especie de homología

un sitio para trabajar
(elaborarlo todo)
un sitio en que albergar
una extrañeza

esta extraña tarea
(¿filosofía? ¿poesía?
¿práctica? ¿teoría?)

de una acumulación de datos
al poema plural

con algo más que generalidades.