Jueves 02 | Mayo de 2024
Director: Héctor Loaiza
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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
1 2 2012
Poemas circunstanciales e indagadores de Carlos Magariños

El cuadro de la vida
Movía con esmero sus dedos.
En sus manos deslizaba el color de la vida
Dejando sobre el lienzo el recuerdo
De haber juntos soñado este mismo momento.
El pincel marcaba las líneas del camino.
Nuestras huellas aún estaban húmedas,
Siguiendo las pisadas, pudimos encontrar el principio.
Era un día claro y soleado.
El amarillo mezclado en la paleta,
Con el ámbar derramado por
El destello de nuestros ojos encontrados,
Encendió la leña de aquella hoguera.
El fondo, vestido de azul claro,
Reflejaba el cielo con matices rosados,
Llama encendida de nuestro amor encontrado.
Y seguimos la vida tejiendo.
Con esmero el pincel el cuadro iba cubriendo.
Hasta que el final de la madeja
Deja al descubierto,
Que la mano que el pincel desplazaba
Era la misma que en sueños
Nuestros cuerpos
Con hilos desde arriba nos sujetaba.


La lluvia
Con frialdad imponente resbalan
Hasta quedar exhaustas.
Juntas se desvanecen en un perdido rincón.
Algunas se agolpan,
Inquietas iluminan el cristal
Y luego de un rato, cansadas de esperar, se arrejuntan con otras
Formando un caudal más ancho, más profundo,
Hasta que su peso las hace más vulnerables y en desdoblada formación
Terminan en un rápido y lucido final.
Golpean y golpean sin cesar.
Tímidas, insisten en querer entrar.
Otras mueren desparramando
Sobre la acera su pesar.
Dejan una fragancia que ennoblece el espíritu y pintan de frío color la tarde.
Transportan a otro tiempo, dibujan un valle de melancolía.
Acompasan la tarde del verano con trino apagado y en desvanecido arrullo,
Adormecen al vaivén de un ritmo cansino y embriagador.
Dentro de la habitación,
Las observo cómo lentamente desgarrándose en apretada formación
Terminan llorando en el más obtuso rincón
Y permanezco en silencio viendo la muerte de la más abigarrada procesión.


Sobre la rama
Te he visto en la rama
Cantando desprevenido.
El sol se ponía
Y las nubes daban un tinte
Rosado a tu cuerpo emplumado.
En silencio contigo yo soñaba.
Luego se oyó un ruido secó.
Bramó el cielo enfurecido.
Fuego envolvió tu cuerpo dolorido.
Contigo cayó la rama al río.
Desapareció la magia,
El hechizo cayo dormido.
A lo lejos, un hombre alegre festejaba
Sin saber que a mí de muerte había herido.

acerca del autor
Carlos

Carlos Magariños, Montevideo (Uruguay), 1942. Estudió Odontología y fue subdirector del periódico “El Diario Español” en Montevideo. En la Universidad de Londres estudia neurofisiología. Obtiene Doctorado en Neurociencias. En Madrid, trabaja en el Dpto. de Investigación y en el Servicio de Neurocirugía. En paralelo desarrolla una actividad literaria. Publica en la antología “Poesía y Narrativa Actual”, ed. Nuevo Ser, Buenos Aires (2005). Poemas en el libro ilustrado “Las Flores, lenguaje, anécdotas y significado” (2006) Medellín, Colombia. En el 2007 publica un cuento en “El cuento, por favor, 39 relatos sin vuelta” editado por Ediciones Fuentetaja, Madrid y poemas en la antología poética “Letras de oro”, XVI Convocatoria Internacional de la Editorial Nuevo Ser, Buenos Aires. En el 2008, publica poemas en el libro ilustrado “Historia de la Acuarela”, Medellín, Colombia.