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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
14 1 2013
Palabras insignificantes de Adolfo Pavón Cabrera
El tiempo se paró, ahora somos dos gotas que se abrazan, sortean las piedras y se pierden en un río sinuoso. Ajenas al obsceno ruido de la ciudad.



Ayer sentí un alivio inmenso
al descifrar el enigma de la temporalidad
hoy, convertido en un pesado lastre
busco nuevas fórmulas

Algunas ideas caducan, se marchitan y huelen
ideas reconfortantes que se oxidan
ideas terapéuticas al borde de la toxicidad

El cuchillo que nos defendió del enemigo
hoy es un filo cortante y peligroso para nuestros débiles dedos



Cortocircuito

Con nuestras palabras somos revolucionarios
y con nuestros actos ultraconservadores

En el cortocircuito que nos produce la injusticia cotidiana
prevalece el instinto de conservar el mínimo bien material
sobre cualquier muestra de solidaridad humana.


Las definiciones desconocidas se entregan en cuerpo
y alma al anochecer.

Carteles que anuncian la embriaguez del encuentro con la realidad,

tuberías con agua de mar,

frascos de estrellas en oferta,

sin conservantes ni colorantes.

La imagen que un día te hizo feliz en manos de una multinacional.



Tómatelo con calma

Tómatelo con calma mi amor
Que a nadie le importa
Si vienes o vas
Si terminas o empiezas
Si tu risa es nerviosa o miedo

Tómatelo con calma mi amor
Que se pasan el día dándonos largas
Que sus palabras son un placebo
Son un bálsamo de pensador interesado

Tómatelo con calma mi amor
Que el trabajo no es más que trabajo
Y mañana ya no estaremos aquí

Tómatelo con calma mi amor
Que estoy en casa esperándote
Con la cena y un abrazo preparado.



URI unidad de recortes intensivos

En este hospital
Se estresa a los cardiópatas
Se premia a los psicópatas
Hay caramelos para los diabéticos
Y marisco para el ácido úrico
Los cocineros suturan
Y los enfermeros cocinan
Es un hospital de cleptómanos
que carecen de escrúpulos
Un hospital  privado
 para todos los públicos.



Con el amanecer llega la calma
las calles vacías
y las sillas apiladas
los gestos torpes
y tiendas cerradas

Con el amanecer llega la calma
de la noches turbias
que dormimos sin almohada

acerca del autor
Adolfo

Adolfo Pavón Cabrera (1978), madrileño de nacimiento pero fuenlabreño de corazón. La política y la cultura han sido los ejes de su vida. Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, carrera que más que frutos económicos le ha dado una mirada crítica del mundo, ha desarrollado sus inquietudes a través de diferentes formas de expresión. Una de ellas ha sido la radio, donde dirigió y presentó dos programas, dedicados a contenidos sociales, poéticos y creativos. De la mano de Deskoncierto, grupo de rock urbano del que formó parte cuatro años, empezó la pasión por la música con contenidos sociales. Más tarde, con sus amigos del grupo Creciente, vino la apertura a nuevos horizontes musicales y artísticos, de los que destacan la búsqueda de la belleza en lo cotidiano. Sin perder nunca una línea crítica que plasmó colaborando en la organización de varios conciertos contra el racismo. En 2006 formó parte del Foro Crítico Cultural de Fuenlabrada, generando grupos de debate, creación literaria y crítica social.