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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Literatura
2 3 2013
Fernando Savater: Un lector comprometido (entrevista) por Antonio Guerrero

-Debo confesarle que de todas las entrevistas que he hecho esta era la más esperada. La unión entre filosofía y literatura es algo que me seduce por circunstancias personales. El lenguaje literario, propio, es un vehículo más asequible para las ulterioridades. ¿Está de acuerdo?
A mí también me seduce mucho ese modelo. Mis escritores favoritos en todas las categorías son quienes están a caballo entre esos géneros: Voltaire, Santayana, y sobre todo Borges. Los que convierten la reflexión filosófica y metafísica en género literario.

-Porque la filosofía es necesaria, ¿verdad? Aún no ha muerto. Por mucho que Jean–François Lyotard y que Gianni Vattimo lo pretendan.
Más que necesaria, yo diría que es inevitable. La ciencia explica y la poesía expresa, pero la filosofía -al menos tal como yo la entiendo- pretende juntamente explicar el mundo y expresar la vivencia del yo que lo comprende. Queremos saber no sólo que son las cosas sino también que significan para nosotros, cómo nos corresponden y que destino nos aportan.

-Su última obra: “Los invitados de la princesa” fué fruto de una situación real en Milán. Usted se quedó atrapado en una isla a expensas de un medio de trasporte, al igual que los personajes del libro. A mi me gustaría saber si ese patrón se repite o sus novelas son consecuencia de diferentes causas.
Mi ficción parte de pretextos reales y concretos, pero nunca es naturalista ni aún menos costumbrista. Cuando escribo ficcion soy real, pero nunca "realista"...

-En este libro la genialidad viene en la trasmisión de experiencias y de ideas a través de los diálogos de los personajes. Está en coincidencia con Gilles Deleuze: ¿el diálogo termina o deber terminar siendo un producto más importante que los interlocutores?
A mi entender, el diálogo no es un intercambio de conclusiones -o no es sólo eso- sino una indagación sobre lo que ocultan hasta para nosotros mismos las conclusiones a las que hemos llegado previamente. En el diálogo perfecto, el socrático, los intervinientes tienen al final menos claro lo que piensan pero más claro lo que son como seres pensantes.

-Ese diálogo, el de su nueva obra, nos conduce a las reflexiones: un viaje sin destino... creo. En ese navegar ¿cúal sería un hombre sabio hoy en día?
El sabio, a mi juicio, es quien mejor comprende su relativa minusvalía entre dos magnitudes abrumadoras, la naturaleza y la sociedad. Con las cuales debemos vérnoslas, con humildad pero sin humillación...

-La política también surge en el libro y con ella el problema Vasco. ¿Por alguna razón, cree que los cimientos de ese nacionalismo pueden volver a resurgir o que... por suerte ese problema se ha acabado?
En el mejor de los casos, lo que se ha acabado es la amenaza permanente de la violencia terrorista...que no es poco. Pero el debate nacionalista continúa, así como la necesidad de seguir luchando por una España plural pero unida.

-Este además es un momento, como sabe, crítico en España y fuera de ella. Estamos sometidos a una crisis global. Yo me pregunto si debería ser efectiva la idea de sanciones por delitos económicos contra la humanidad... ¿Qué opina al respecto?
Siempre he pensado que los dos adversarios peores de la democracia son la miseria y la ignorancia. Y que debería estar fuera de la ley, con todo lo que ello significa, quienes las fomentan, se aprovechan de ellas o incluso quienes no las remedian diligentemente.

-Es necesario algún tipo de revolución para salir de esto. ¿El pueblo -la ciudadanía- debe ser activa?
El "pueblo" puede ser -suele ser- una instancia retórica, pero en cambio los ciudadanos no son nada si no son activos, es decir si no reflexionan permanente y colectivamente sobre sus derechos y sus deberes. Y sobre lo que les impide atender unos y otros.

-Me detendré en la ética ahora, presente no solo en este nuevo libro si no en todas sus obras en las que se predica un compromiso final. ¿Como podríamos adquiridlo hoy en día?
La ética no es un compromiso, sino la perspectiva racional siempre abierta sobre los motivos, exigencias y responsabilidades de nuestra libertad. Añado que nunca ha sido tarea fácil.

-Creo que ya hemos llegado al final. Y la pregunta despedida no podía ser otra. ¿Podría esbozar una definición de “La mirada zurda”?
A mí me gusta mirar por recto y por derecho (aunque no por derechas...). Me gustaría saber ser como el caballo, que tiene una visión periférica de casi tres cientos sesenta grados, salvo un punto al frente y otro justo detrás...

acerca del autor
Fernando

Fernando Savater (San Sebastián, España, 1947). Filósofo y escritor dedicado sobre todo a la reflexión sobre la ética. Ha sido catedrático de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, de la Universidad del país vasco, de la Uned y de algunas más. Sus comentarios críticos, sus gustos y claves de lectura son determinantes para la configuración del gusto del lector contemporáneo. Sus libros cuyo tema central es la ética se han convertido casi en best-sellers, como ha sucedido con su Ética para Amador (1995) o El contenido de la felicidad (1996). Fernando Savater tiene una trayectoria amplia y prolífica. Colaboró con el diario “El País” y con la revista “Claves”. Los premios que tiene son muchos: entre otros tiene, el Premio “Nacional de Ensayo” 1982, el “Anagrama”, también el premio “Planeta” 2008 y el “Ortega y Gasset” 2008. Su última obra, “Los invitados de la princesa” ha sido galardonada con el premio Primavera de Novela 2012.