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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Literatura
1 12 2013
Walter Scott y la casa de sus sueños por Carolina Paton

Recientemente la reina Isabel II reabrió la casa de sir Walter Scott que fue restaurada en 12 millones de libras. La casa está ubicada en la localidad de Melrose, Roxburghshire en Escocia. Después de la muerte de Scott, Abbotsford pasó a manos de cinco generaciones hasta el 2004. Los últimos descendientes directos que vivieron en la casa fueron Patricia Maxwell Scott y su hermana Dame Jean Maxwell Scott.
Sir Walter Scott nació en Edimburgo el 15 de agosto de 1771 y falleció en Abbottsford, Melrose, el 21 de septiembre de 1832. Abogado, escritor, poeta, editor, biógrafo y sheriff encargado de la justicia del condado de Selkirkshire. Scott profesó un gran amor por su terruño, que fue plasmado en su escritura. Aquejado de poliomielitis a temprana edad, fue llevado a vivir al campo con sus abuelos donde se empapó de las tradiciones orales celtas; leyendas y mitologías que más tarde recrearía en sus novelas y poesías. Fue un prolífico autor representante del Romanticismo inglés y creador de la novela histórica. Hoy en día vemos como la novela histórica recobra valor en autores como Hillary Mantel, Robert Graves o Ildefonso Falcones.
El “mago del norte” era el apelativo que le daban a Scott en su época y radica en su literatura impregnada de sentimiento ancestral donde lucha por rescatar y no olvidar sus costumbres y modo de vida. Sus personajes reviven a los valerosos caballeros, eximios jinetes, defensores de sus derechos y protectores del bien común, lo cual en sus novelas se ve reproducido por la rivalidad y brutalidad de guerras y afrentas políticas y sociales.
Su primera novela anónima, Waverley (1814), relata las rivalidades entre las dinastías Hanover y las de los Estuardos. Luego vendrían Rob Roy (1818) y la más conocida, Ivanhoe (1819), que cuenta la historia de Wilfred de Ivanhoe, leal y valeroso caballero del Rey Ricardo Corazón de León, que tras regresar a Inglaterra después de luchar en las Cruzadas encuentra su país gobernado por el traidor Juan sin Tierra. En su poesía “La dama del lago” relata las rivalidades entre el Rey Jacobo V de Escocia y el clan Douglas. Un año antes de su muerte escribió una biografía de Napoleón Bonaparte.
En sus tantas salidas con su padre por el campo, entre Selkirk y Melrose, visitaron el lugar donde se desarrolló la Batalla de Melrose (1526); no lejos de ahí Scott, vería por primera vez la que sería la “casa de sus sueños”, un enamoramiento lo detuvo en una mansión campestre que lo cautivó, su nombre: “Cartheyhole”. Con el tiempo será su paraíso de la escritura, resonancia de los tiempos que al galope del eco de los valerosos héroes de sus novelas descansan en las estanterías, atesorando su herencia: sus escritos. El nombre de la casa es cambiado por “Abbotsford” que significa “el vado de los abades”, ya que por ese sector pasaba un antiguo camino vecinal romano donde cruzaban los abades por el pequeño riachuelo para llegar a la Abadía de Melrose.
Como escritor amante de la historia, tradujo todo ese espíritu en la arquitectura y decoración de Abbotsford. Apasionado de la naturaleza y la vida al aire libre, Walter Scott diseñó cada rincón de la casa y jardines, un proceso que comenzó cuando adquirió la dilapidada propiedad a la orilla del rio Tweed en 1811. El paisaje de Abbottsford y sus bosques están catalogados entre uno de los más atractivos del mundo. El público puede recrear los pasos de Sir Walter Scott apreciando su conservatorio estilo gótico donde plantas de frutas exóticas y flores realzan su perfume.
Recorrer la casa es un placer a los ojos del visitante, que luciendo elegantes paneles de roble en sus paredes rescatan lo acogedor del lugar. A la entrada un reloj que perteneció a María Antonieta, Reina de Francia. Caminando por los pasillos decorados con la colección de armas y sables; para entrar a un elegante comedor con el techo tallado en roble, el cual actualmente se encuentra pintado de blanco. La atmósfera nos cautiva en el silencio del escritorio de Sir Walter Scott, regado por el solo eco del río Tweed que lo inspiró en sus famosas novelas y poesías. Su biblioteca atesora más de 7000 libros que están ordenados de la manera que el escritor los dejó. La casa cuenta con una capilla que fue heredada en el año de 1855 por la nieta de Scott que se había convertido al catolicismo en 1851.
En sus jardines los visitantes se pueden deleitar de una agradable comida en el restaurante Ochiltree´s Dining, que ofrece una magnifica vista de la casa; cuenta con una linda terraza para comer al aire libre.
Walter Scott era un escritor apasionado de sus raíces y de la historia que nos deja un legado para reconocer nuestra tierra, su naturaleza y, a través del ensueño de la imaginación, recrear un tiempo que queda en la retina de miles de lectores a través del mundo. Su “casa es su palacio”, construido paso a paso con una fineza en los detalles, al igual que los plasmó en su literatura.