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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Literatura
2 3 2014
Relatos con abrelatas de Ricardo Guadalupe por Sara González Mulero

En cada uno de los cuentos podéis encontrar un “abrelatas”, que es la manera hermosamente poética de decir “la llave del entendimiento”, “las claves del texto”. Ricardo incluye una nota a pie de página de cada cuento, en las que ofrece a cuerpo descubierto lo más enigmático de un escritor: su proceso creativo, su oficio, su primera imagen... Podríamos decir que es un Bécquer con sus cartas literarias a la mujer, pero que no se ha hecho esperar tanto. De este modo, en cada relato, podemos ver su inspiración:
Los recuerdos infantiles de un niño que quiso entender el espacio, en “El aspirante” y “Llegada a la luna”.
Mitos con los que hemos crecido, en “Mi Babel”, “En busca del galeón” o “La estela del ovillo”.
Cuadros, tal como fueron fuente de inspiración para poetas como Alberti –me refiero al de El Bosco, El Jardín de las Delicias–, en “La extracción de la piedra de la locura”.
Las historias de pareja, de amor y desamor, en “El viaje”, “La alarma”, “Hoy, en el Dunas”, “El rizo de Ventura”…
Homenajes a canciones o películas: “El reloj de la Esperanza”, canción de Manu Chao, “Ituina” con paralelismos de Good bye, Lenin!, “Fronte”, influenciado por la canción Dulce Locura y la película Alguien voló sobre el nido del cuco (ambos casos reconocidos por el propio autor) o “La hoja extranjera”, que evoca la canción de Silvio Rodríguez en busca de su unicornio azul.
Pasando por temas de actualidad: en “Vasos no comunicantes” se apoya en las nuevas tecnologías para narrarnos la incomunicación entre un padre y su hijo.
Además de aquellos que nos recuerdan los peores episodios de nuestra sociedad, desde el desahucio, en “The bank”, hasta los atentados del 11M, en “Carrera de obstáculos”, o la guerra civil, en “Memoria histórica”.
Su formación como lector está presente en todos los cuentos, pero él lo reconoce particularmente en “El hacedor”, cuyo título ya de entrada nos lleva al grandísimo Borges. Ricardo imitándolo crea un cuento lleno de cuentos:
“Quise entonces conocer desde el principio el sentido de cada frase. Por eso busqué una definición detallada de la palabra biblioteca.”
Palabra mágica en el mundo borgiano que lo lleva a investigar, buscar, sumergirse y perderse por esos laberintos de papeles y que al personaje de este relato lo lleva a leerse toda la literatura clásica castellana y extranjera hasta el final de sus días...
“Y me hubiera convertido en el lector perfecto si no llega a ser porque nunca llegué a acabar El hacedor”.
Ese intertexto es muy claro, pero hay otros mucho más sutiles: la conexión entre el personaje protagonista de “La ausencia” y Gregor Samsa, o la existente con el mencionado Alberti en “La extracción de la piedra de la locura”. Y cómo el narrador en primera persona de Ituina me transporta a la llegada de Pedro Páramo a Comala:
“Mi padre me pidió como último deseo...”
Si por si todo esto fuera poco, Ricardo Guadalupe culmina el desnudo literario con unos poemas, también comentados por él mismo. En ellos explica por qué su mundo es más narrativo que lírico.
En definitiva, Relatos con abrelatas tiene muchos motivos para ser leído detenidamente.

acerca del autor
Ricardo

Ricardo Guadalupe, (Madrid, 1974). En 2009 deja su trabajo como redactor de discursos políticos y emprende diversos proyectos literarios. El primero en ver la luz es el libro de divulgación sobre el lenguaje “Palabras literarias” (Octaedro, 2010), fruto de un año de colaboración en el programa El planeta de los libros, de Radio Círculo. Se traslada a Málaga, donde imparte el taller de escritura creativa «Las palabras del escritor». En Granada publica el ensayo “De la oscuridad a la luz a través de la escritura”. Y en Valencia forma el grupo de narradores orales Personas-libro de Valencia, dentro del Proyecto Fahrenheit 451. Antes de volver a Madrid, publica el libro de aforismos “Frases en el muro” (Octaedro, 2012).