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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Número Especial
17 7 2006
Saúl Yurkievich escritor, por Juan Cruz
Yurkievich se educó en la literatura, la enseñó, la hizo, la predijo, la condujo, y siempre se tomó a sí mismo como si él también fuera el personaje de una figuración literaria. Lo conocimos en Neuchatel, Suiza, en 1972, con José-Miguel Ullán, uno de sus grandes amigos, con otros poetas y escritores, en uno de aquellos congresos donde se tachaba la literatura innecesaria, y él asistía a esas ceremonias como si ya viniera de una larga historia. Al morir tenía 73 años, pero ya entonces parecía un veterano: educado, pero sin solemnidad, delicado, risueño, distante, tenía una voz delgadísima, casi silenciosa, con la que subrayaba, como en un trallazo, aquellas opiniones con las que se sentía disconforme. Todos esos materiales se convirtieron en él, también, en materiales literarios, de modo que su escritura siempre fue parecida a su actitud. Nació en La Plata, Argentina, y cuando llegó a París, en 1966, conoció a Cortázar, cuya amistad fue ya familiar y prolongadísima. Fue profesor en París y en varias ciudades norteamericanas. Cuando profundizó en su propia escritura, fue sincopada pero abundante, combinó esa pasión del crítico con la libertad del creador, y eso produjo una obra en la que la poesía es, al tiempo, una indagación en el lenguaje más secreto del alma. Libros suyos como crítico son Fundadores de la nueva poesía latinoamericana (1971), Celebración del modernismo (1976), Julio Cortázar: mundos y modos (1994)... Fricciones (1969), Acaso acoso (1982), El trasver (1988) y El sentimiento del sentido (2000) son algunos de sus libros de poemas. Su muerte ocurrió anteayer, en un accidente de tráfico, cerca de la casa que tenía en la Provenza francesa, donde vivía Julio Cortázar los veranos, en Saignon (ahí ocurre en gran parte 62 Modelo para armar) ... Dos grandes amigos suyos, Ullán y el también poeta Andrés Sánchez Robayna, nos hablaron ayer de su figura. Para Sánchez Robayna, “el crítico ocultó al poeta, un hombre de gran sensibilidad que entendió muy pronto por dónde debía ir el conocimiento literario... Él fue el primer traductor de Edmond Jabés ... La suya era una poesía del pensamiento, lo que Octavio Paz llamaba poesía crítica... Entendió siempre la poesía como un conocimiento mistérico, una actitud que le venía de Juan Ramón, a quien escuchó en Argentina cuando aún era un adolescente”. Para explicar su carácter, misterioso, silencioso, Ullán nos contó una anécdota ocurrida en un largo trayecto, en París. Un amigo común le insistía preguntándole por sus orígenes, hasta que Yurkievich, cansado de la reiteración se limitó a decir: “Mi familia era tan púdica. Nunca dijeron nada”. (Este texto fue publicado en El País de Madrid, 29/07/2005)
acerca del autor
Juan

Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948). Estudió Historia y Periodismo en la Universidad de La Laguna. Redactor del diario El Día, desempeñó su labor como periodista de asuntos culturales y durante años se encargó del suplemento Tagoror Literario, fundado por él mismo en colaboración con otros escritores jóvenes. Es miembro fundacional del diario El País, para el que trabajó como corresponsal en Londres. A su vuelta a la redacción de Madrid, desempeñó los cargos de jefe de Cultura y Espectáculos y Director de Colaboraciones. Ha ganado los premios Armas (1972), Azorín (1998) y Canarias (2000). Director de Coordinación Editorial del Grupo Prisa, director de la Oficina del Autor y director de Comunicación del Grupo Santillana. Acaba de estrenar una columna semanal en el suplemento dominical de El País, bajo el título genérico de Sombras nada más.