Desde la profunda soledad de este silencio puedo decir que todos tenemos la oportunidad de vernos tal como somos y enfrentarnos con la realidad no sólo de la vida sino también con la muerte. Sin evasiones posibles, mirando lo que es Real, consultando el libro de nuestros abismos, auscultando las vísceras del alma para encontrarnos y ver lo que tengamos por descubrir. Es en la soledad cuando todo comienza a revelarse en una fuerza impetuosa que recorre nuestra sangre con una corriente vivificante que nos transmite las palabras sin intermediarios, directamente de la Fuente Viva, donde todo surge a borbotones con el mensaje real de la vida, que trae las cadencias del universo para que podamos ser nuestras propias revelaciones y quitarnos el velo social para ver con la pureza de nuestros corazones. El silencio es el comienzo de la sabiduría, nos pone a prueba para templarnos ante todas las influencias mentales que puedan perturbar nuestra visión original de la existencia. Tenemos la suficiente capacidad para comenzar con el mayor de todos los viajes, el sendero de la iluminación de uno mismo ante todos los avatares que la vida pueda colocarnos en nuestro Camino y desde allí realizarnos hacia la verdadera historia de SER.