Es un cuento ingenioso el que nos propone Ricardo Juan Benítez, y que adquiere toda su significación tras la lectura de La condena. Yo recomendaría a nuestros lectores que leyesen o releyesen antes el magnífico cuento de Kafka. Siempre es una delicia leer al autor de La Metamorfosis, y ésta es la propuesta que entre líneas nos hace Ricardo Juan Benítez con Misiva a San Petersburgo. Ricardo Juan Benítez ha ficcionado una narración de Kafka partiendo y modificando La condena. Resucita a George Bendemann en el momento que éste escribe una carta a su amigo de San Petersburgo invitándolo a su boda. Bendemann, en esta ocasión, la escribe en la oficina. Añora la amistad verdadera. De camino a su casa se encuentra con dos personajes: una guarida surrealista que bien podría ser su conciencia, y el espectro de una anciana, hija de un carnicero equino. ¿Es el propio personaje de Kafka el que se rebela a su creador buscándolo en medio de una espesa noche de Praga, con la sombra del suicidio planeando sobre él? ¿Es quizás el personaje el que busca modificar el final de su cuento a través de Misiva a San Petersburgo? El autor ha sabido manejar muy bien el espíritu kafkiano, y ha creado una buena y acertada narración. Nada fácil con Kafka. Mercedes de Vega.

• Misiva a San Petersburgo por Ricardo Juan Benítez