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Arte
2/05/2013
Jesús Rafael Soto bajo la luz de los proyectores por Philippe Dagen

 

El venezolano Jesús Rafael Soto fue una de las figuras más destacadas del movimiento cinético practicado en las orillas del Sena. Desde sus primeras obras, intentó captar el “dinamismo de la realidad”. En 1951, expuso en París su panel “Repetición”, compuesto de elementos de tres colores sin ninguna referencia formal. En la última etapa de su labor, se inspiró en el espacio cósmico para materializarlo en ambientes llamados “Penetrables” en los cuales el espectador, observa, toca y se introduce en los bosques de varillas metálicas flexibles e hilos de nailon, sugiriendo al espectador las relaciones existentes en el interior del mundo. Como lo señala el crítico de arte francés, Philippe Dagen, bastó que los herederos o los coleccionistas de Soto cedieran sus obras al fisco francés para decidir al Centro Pompidou a realizar este homenaje de uno de los exponentes más destacados del arte cinético latinoamericano que se practicaba en París en la segunda mitad del siglo XX.

(Publicado el 20/03/13 en el diario Le Monde de París).
Traducción del francés al español por Luka Melara Soto.

Copyright: Diario Le Monde de París
acerca del autor
Jesús Rafael

Jesús Rafael Soto, Ciudad Bolívar (Venezuela), 1923 - París, 2005. En 1950 se trasladó a París, ciudad en la que residiría hasta su muerte. En Francia descubrió la obra de Paul Klee y, sobre todo, a Piet Mondrian, quien le suscitó la idea de "dinamizar el neoplasticismo". En la década de 1950 intentó plasmar en su serie Metamorfosis (1954) un equivalente de la serialidad musical. En 1956 creó sus primeras estructuras cinéticas; entre las cuales se destacan “Dinámica del color” (1957) y “Escrituras” (1963). A partir de la década de 1960 diseñó penetrables y obras de integración arquitectónica, como la decoración del interior del edificio de la UNESCO en París (1970), el interior del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París (1976) y numerosos espacios públicos en Caracas. Mediante la superposición de planos transparentes (láminas de plexiglás que sirven de soporte a entramados lineales), Soto creó imágenes múltiples para la mirada de un espectador móvil y sus estructuras geométricas en repetición clónica que alcanzan grandes dimensiones. Estructuró techos y suelos con varillas pintadas. En 1988, realizó la “Esfera Virtual” para el Parque Olímpico de Escultura de Seúl. En los años noventa mostró su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Kamakura, Japón, en 1990 y en 1993, en el Centro Georges Pompidou de París, en la Kunshalle de Colonia, Alemania y en el MOMA de Nueva York. Uno de los principales museos de arte de Venezuela, instalado en su ciudad natal, lleva su nombre.