Mientras la red social ha superado los mil millones de usuarios, filósofos y sociólogos cuestionan la verdadera naturaleza de los vínculos que se forjan en ella. El periodista, ensayista y novelista francés, Frédéric Joignot, hace un balance de este nuevo medio de comunicación. Diez años después de su creación, Facebook se ha convertido en la primera red social del planeta. Este éxito astronómico, digno del sueño norteamericano en las nuevas tecnologías, no impide que se levanten voces críticas. Según el filósofo francés André Comte-Sponville, las relaciones de amistad que se cultivan en dicha red social son superficiales. El psicólogo norteamericano Jean M. Twenge, observa por su parte que Facebook crea una forma de promoción egolátrica y ombliguista: más que amigos, los usuarios buscan a “seguidores” para valorizarse a sí mismos. Se han propalado también chismes tendenciosos por medio de Facebook u otras redes sociales para destruir una reputación, pero son excepciones. Quienes valoran este nuevo medio de comunicación precisan que “una nueva cronología afectiva, basada en la inmediatez y el diálogo se ha instalado a través de las redes sociales”. El teléfono y la televisión fueron cuestionados a su vez por su influencia nefasta en las relaciones sociales. Hoy, se aplican las mismas críticas a Internet. Todo indica que en el siglo XXI hemos entrado de lleno en la era digital.
(Publicado el 4/01/2014 en el suplemento Culture & Idées del diario Le Monde de París).