Puede ser apropiado caer ahora en la lectura de este fragmento de la novela de Marcos Rosenzvaig. Si lo pensamos... acaba de terminar la semana santa cristiana, con lo que eso supone, y el texto... se refiere a ella indirectamente. Tiene rasgos muy atractivos: comparaciones mitológicas, teísmos, críticas y reflexiones sobre lo divino. Es un plato fuerte muy apetecible porque contiene la ironía propia de una argumentación de calidad. Pero hay algo más... este texto tiene algo que le hace valer por sí mismo y lo distingue de otro: se trata del ritmo. Al margen del pulcro estilo, y la riqueza lingüística, hay una evolución temporal muy singular. A mi juicio es una muestra de cómo debe ser descrita una acción, por supuesto novelesca. El autor sabe trazar una narrativa continua, hilarante, que dirige al lector hacia donde quiere. Eso, precisamente, hace que disfrute de la lectura y que la saboree de manera honesta. Antonio Guerrero.
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