Octavio Paz decía que el hombre es una metáfora del tiempo, una imagen errante. El autor comienza su poema por esa sustancia del tiempo, en este caso el tiempo retenido para que el recuerdo se siente a la mesa del poeta. Para Rilke solo surgen los versos cuando los recuerdos se hacen «sangre, mirada y gesto», y aquí el recuerdo está asociado a la pérdida del beso y la miel, a la depresión producto de la ausencia amorosa que solo deja desgarres. En sus buceos por la memoria, Villata Ribbeck explora en las vivencias y no en la idea de las vivencias. No es una verdad sino su manera de sentir las cosas, ex mundo y ex cuerpo para el objeto amado ausente y como poeta ve más allá en el mundo circundante y más adentro en el mundo interior. Todo queda en el «mercado de la nada», concomitante a la tristeza, la intuición del vacío que cerca las expectativas del hombre. Rubén López Rodrigué.
Jorge Villata Ribbeck. Lima-Perú, 1979. Le conocemos algunos poemarios inéditos: “Poemas desde el prejuicio” (2001). “Gritos Suspendidos” (2002). “Cuando Mezo mis Ojos” (2003). “La China Surreal” (2011). “Cuerpo en Blanco” (2013). Entre otros publicó fragmentos de su primer libro en la revista nacional e internacional de literatura “Olandina”. Participó en repetidas ocasiones en los recitales colectivos: “Poesía en el Puerto”, Sentimientos en Voz Alta” (Biblioteca Nacional de Lima), Poesía en el Parque (Auspiciado por la Municipalidad de Miraflores). Actualmente se dedica a la creación literaria.