En sus poemas alambicados, llenos de imágenes que perduran, el poeta se refiere a la memoria, a la abrumada estatua de sal atormentada (que puede ser la visión del tiempo o lo maravilloso) y a la soledad. Otro de los temas es la imagen del hombre "viéndose cotidianamente feliz", "habitualmente eficaz" y "renovadamente apto", se pregunta si esa percepción es verdaderamente real. Se interroga también sobre el paso del tiempo, cuando "las canas le han sorprendido" y añora la pérdida del "aroma de la niñez". Frente a este período inicial de la vida, opone su antípoda, la madurez: la aparición del "hombre", su felonía hacia sus semejantes y hacia su entorno. En un poema, afirma que el amor es lo más original de la vida, pero en otro se permite incurrir en una aparente contradicción al aludir el objetivo del poeta: antes que amar, vivir. Andrés Perales.

• Poemas cincelados con el tiempo y la luna por Mauricio Polina