Los poemas de Alejandro Félix Rodríguez, de un corte en apariencia clásico, se articulan en torno a un eje motor: considerar que la poesía no tiene una finalidad determinada por “pertenecer al ámbito de la libertad inevitable...” Son el resultado de sus devaneos sobre el alma y la libertad, sobre el silencio y su interdependencia con la creación poética. Utiliza una alegoría sobre Beethoven quien encontró en el “áspero aislamiento” de la sordera un territorio para hablar con los dioses. Vislumbra la aspiración última del artista, la de alcanzar las “altas puertas” del palacio que encierra los misterios insondables. Y termina con la eventualidad del ser humano “prisionero de su mundo de máquinas y cifras” de rebelarse y permitirse una sonrisa.

• Poemas selectos de Alejandro Félix Raimundo