Según el autor, con la ilusión tras la poesía, como quien persigue un hada, un sueño, escribe para reencontrarse con su propia identidad y también con la del mundo. Aspira a un encuentro con la palabra y esencialmente con la poesía que a veces tiene alas y a veces parece agua escapándose entre sus manos, pero eso sí con ojos de niño, con asombro ante lo bueno y lo malo de la realidad, en sus miserias y en sus carencias. Se pregunta si su poema será uno más entre los tantos. Quizá…, se responde, pero con el alma al desnudo como debe ser la poesía a su entender y sin artilugios para ser inenteligible. La poesía debe estar arraigada en el mundo, en una sociedad que busca una salida al futuro...

• Poemas de la herida, por Edgardo Barreda