El autor explica su admiración por los personajes humanos de Bolaño y por su estilo exento de complicaciones retóricas, pero lleno de significados y humor. Analiza las metamorfosis de sus personajes que sobreviven en un mundo hostil. Su literatura fue un medio para captar el fluir artístico. Alude a la facilidad de las doctas críticas de Vargas Llosa y Juan Villoro hacia la obra del escritor chileno que reducen su literatura a un puñado de lugares comunes. En cuanto a su pobreza no era estilística ni conceptual, sino que la única posesión en la vida era su furor por escribir. Expresaba —según José Luis Amores— los conceptos más obvios, sin embargo sensatos, como por ejemplo: “un escritor persigue, por este orden, fama, dinero y mujeres”. Bolaño no buscaba esos privilegios. Su literatura es un acercamiento a las múltiples facetas del mal y sus efectos en el mundo contemporáneo. A José Luis Amores le resultan inaceptables las campañas por desprestigiar la obra del escritor chileno por ser el resultado del odio, fruto de la envidia (una de las caras visibles de la mediocridad). Concluye que sólo el verdadero arte garantiza algo parecido a la inmortalidad. Es el caso de Bolaño. (Publicado el 5/11/10 en la Revista de Letras del diario La Vanguardia de Barcelona).

• Las caras del mal según Roberto Bolaño por José Luis Amores