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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
28 2 2010
Oración y otros poemas de Sandro Chiri

ORACIÓN

Señor, mis amigos quisieron
que me inscriba en el Partido Comunista,
pero yo tan sólo tenía 18 años y el pelo largo.
Mi padre me dijo: «Haz lo que quieras,
pero lee primero a Shakespeare».
Desde entonces, Señor, no visito el templo
ni escucho la prédica del cura.
La Virgen María me mira desde lo alto
y desliza una suave sonrisa adolescente.
Tú sabes, Señor, que reniego
con mucha frecuencia de la fe;
sabes que dudo de Ti y de toda tu cofradía,
pero Tú también te ríes
como quien dice: «Ah, muchacho,
aún sigues teniendo 18 años
y el pelo largo».

Hoy estuve arrojado a mi suerte
en una camilla de enfermos
y vi que la gente muere
con una oración en los labios.

Estos hospitales son horribles.

A cualquier hora, Señor, un niño
deja de respirar. Hoy estuve tirado
como un cadáver y temblé como un cobarde.

Apenas me atreví a balbucear tu Nombre.

 

 

ORAÇÃO

Senhor, os meus amigos  queriam / Que me inscrevesse no Partido Comunista, / Mas eu só tinha 18 anos e o cabelo comprido. / O meu pai disse-me: «Faz o que quiseres, / Mas primeiro lê Shakespeare». / Desde então, Senhor, não visito o templo / Nem vou ouvir o sermão do padre. / A Virgem Maria olha-me lá de cima / E desliza um suave sorriso adolescente. / Tu sabes, Senhor, que renego / com muita frequência da fé; / sabes que duvido de Ti e de toda a tua confraria, / mas Tu também te ris / como se dissesses: «Ah, menino, / ainda continuas a ter 18 anos / e o cabelo comprido». // Hoje estive entregue à minha sorte / Numa cama de doentes / e vi que as pessoas morrem / com uma oração nos lábios. // Estes hospitais são horríveis. //  Em qualquer momento, Senhor, uma criança / deixa de respirar. Hoje estive  entregue / como um cadáver e tremi como um covarde. // Quase não me atrevi a balbuciar o Teu  Nome.

Traducción al portugués de Maria Fernanda de Abreu  (amf@fcsh.unl.pt)

 

 

Una joven de la calle Sandia camina por el Louvre

Soy la última flor de otoño.
Edith Södergran

Yo, la abandonada y melancólica,
que siempre soñó con un príncipe
de ojos almendras y camisa limpia,
acaso un joven que se dignara mirarme
y detener las crines de su potro salvaje
en medio de esta calle miserable,
y me arrancase de ahí
como un diamante en medio de la mierda,
estoy ahora frente a un óleo de Leonardo
y no me explico por qué otra gente,
llegada de remotas galaxias,
registren el rostro de esa extraña mujer del XVI,
cuando soy yo, en realidad,
el ángel pálido y abandonado
en los pasillos del Louvre que sonríe
a la muchedumbre y a la muchacha sucia
que llevo dentro y que apenas aspiraba
ver los marchitos ojos de La Gioconda.
Que quede por lo menos
como un tatuaje en mi alma este viaje,
que nunca soñé, que nunca pedí,
para ver mi rostro en el rostro
de una extraña dama del XVI.
Ni más ni menos, un tonto consuelo,
una Mona Lisa bajo el cielo infinito de París.

 

 

Tú a mi lado

De nada sirven las canciones enfermizas.
Tú a mi lado.
Llovizna en Barranco,
doce de la noche
y los huesos se adormecen.
De nada los versos afiebrados.
Tú a mi lado
y
las palabras
no
existen.

 

 

KUSKANCHIK

Manam allinchu onqoq takikuna. / Kuskanchik. / Chaupituta / Barrancupi paraptin, / tullukunapas puñurayan. / Manam allinchu qoñiq takikuna. / Kuskanchik / inaspa / rimanakunapas / manaña / kanchu. 

Traducción al quechua  de  Manuel Larrú (larrusal@ec-red.com)

 

 

Lejana

Había, cerca de tu corazón,
un vestido. Y sobre tu vestido, una flor.
Henri Deluy

Desde la frontera he llegado a París.
Viajé seis horas en tren,
pero he llegado a París.
En la estación me esperaba Hamakura,
una desesperada muchacha vietnamita.
De su pasado no sé nada;
de su futuro, menos.
Son las 6 de la mañana y
apenas la luz de otoño
alumbra su rostro marchito,
los 35 años que confiesa tener.
Hamakura es muy alta para mí.
Camina distinta a las demás.
La he conocido por el ciberespacio,
pero hay un virus en su historia.
Confiesa tener un hijo que su marido se llevó.
Mi amiga se insinúa a los hombres.
Es muy temprano en la estación de París
para moverse así.
Su rostro, sin embargo, es el de un ángel,
pero en París hace mucho que no hay ángeles.
Freud me hubiera dicho:
Es un caso típico de histeria,
pero a mí las histéricas me tienen sin cuidado.
París bien vale la amistad de Hamakura,
pero ella quiere casarse.
Los sueños de Hamakura me perturban.
Yo apenas soy un poeta sudamericano,
sin chequera ni futuro.
Hamakura promete portarse bien;
quiere por lo menos
la ilusión de ser novia,
vestir de blanco,
al menos por una noche.
Sospecho que desea lavar una lejana herida,
pero Freud me asusta con su diagnóstico.
A estas alturas
y en estas circunstancias,
sólo reservo mi firma
para este poema de París.

 

 

Como una flor, como un pensamiento

Voy a ciegas por tu cuerpo.

Mi roja lengua de fuego en medio de la vida.
¿Es tu ombligo el centro del orbe?

Beso tus carnes,
tus inmensos glúteos que mueven
mis sueños más perversos.

¿Es tu cuerpo el oxígeno con
que se alimenta mi cuerpo?

Pongo mi alma en tus labios.

Voy a ciegas por tus calles.
Busco tu mano, rayo tu sombra,
muerdo tus sueños en medio de la noche.

El néctar que te inyecto
lleva el lado más puro de mi sangre,
acéptalo como una flor,
como mi pensamiento más salvaje.

 

 

Comme une fleur, comme une pensée.

J'avance à tâtons sur ton corps. // Ma rouge langue de feu au centre de la vie. / Ton nombril: le centre du monde? // Je baise ta chair, / tes fesses immenses d'où naissent / mes rêves les plus pervers. // Ton corps: l'oxygène, / l'aliment de mon corps? // Je pose mon âme sur tes lèvres. // J'avance à tâtons par tes rues. / Je cherche ta main, je raye ton ombre, / je mords tes rêves au milieu de la nuit. // Je t'injecte ce nectar, / la part la plus pure de mon sang, / accepte-le comme une fleur, / comme ma pensée la plus sauvage.

Traducción al francés de  Marie-Madeleine Gladieu (mmgladieu1@aol.com)

 

 

Poema del quinceañero

Yo sólo hago canciones
para olvidarme de ti.
Jorge Bacacorzo

La vida es un microbús Lima-La Punta.
Repito: un microbús –y yo ahí apretujado,
apiñado al lado de sudores y sabores–.
Pero tú no, Chiquita.
Repito: tú no porque para ti
hay galán con Toyota plateado.
Para ti la guantera y el tocacintas,
el cómodo asiento reclinable.
Para olvidarme de ti no sirven ya las canciones,
la brisa del Mar o un cielo lleno de gaviotas.
Repito: no sirven ya las canciones que escucháramos
tomados de la mano jurándonos la muerte.
No sirven ya los besos que te dan ahora frente al Mar.
(Toyota estacionado al lado de otros Toyotas
con canciones semejantes que tú pones en el plateado).
Todo es inútil me digo y
el tiempo no sirve para disimular
los ojos rojizos / el corazón dolido / las tardes de verano.

Para irme de ti y de acá
sólo estos tristes zapatos de cartero,
sólo tu foto al fondo del Mar.

 

 

Poesia del quindicenne

Faccio canzoni solamente /Per scordarmi di te (Jorge Bacacorzo)

La vita è un autobus Lima-La Punta. / Ripeto: un autobus –e io schiacciato lì / Stretto al lato di sudori e sapori–. / Però tu no, Chiquita. /  Ripeto: tu no perché per te / c’è un corteggiatore con Toyota metallizzata. / Per te il portaoggetti e il registratore, / il comodo sedile reclinabile. / Per scordarmi di te non servono più le canzoni, / la brezza del Mare o un cielo pieno di gabbiani. / Ripeto: non servono più le canzoni ascoltate / mano nella mano giurandoci la morte. / Non servono più i baci che ti danno ora in riva al Mare. / (Toyota posteggiata accanto ad altre Toyota / con canzoni simili che tu metti nella metallizzata). / Tutto è inutile mi dico e / il tempo non serve a dissimulare / gli occhi arrossati / il cuore addolorato / le sere d’estate. // Per andarmene da te e da qui / solo queste tristi scarpe da postino, / solo la tua foto in fondo al Mare.

Traducción al italiano de Rita Cardillo (ritacardillo2000@yahoo.it) 

acerca del autor
Sandro

Sandro Chiri (Callao, 1958). Poeta peruano de la Generación del 80. Ha ejercido la docencia en su país, sobre todo en la Universidad de San Marcos donde se licenció y culminó sus estudios doctorales en Literatura Latinoamericana. Es autor de tres poemarios: Viñetas (2004), Y si después de tantas palabras (1992) y El libro del mal amor y otros poemas (1989). Es coautor, asimismo, de tres antologías: El Cuento en San Marcos (con Carlos Eduardo Zavaleta, 2002); Narrativa Peruana de Vanguardia (con Jorge Kishimoto, 1994) y Cuento Peruano Contemporáneo (con Rafael Dávila Franco, 1991). Dirige la revista de artes y letras La Casa de Cartón y el sello Alberto Chiri Editor. Actualmente continúa estudios de post grado en Temple University, Philadelphia. Su e-mail: sandro_chiri@yahoo.es