Todo cambia, pero nada se pierde.
Ovidio
Ah, el tiempo;
El carroñero
se vuelve
carroña.
José Mª Gómez Valero
1
I. Vamos prendiendo la mecha,
la bomba
2
Huele a pólvora, a dinamita.
3
Amantes del barro
Yo, loco que flota en una nube de arcilla;
eres como un desayuno recién hecho/ cariño comestible
que espera ser devorado por un famélico vagabundo.
Tus besos son ropa limpia para mi ternura desnuda,
la sal de tus labios, el ingrediente que le faltaba
a este guiso de lana;
tú, cuerda que amarra mi locura sin forma.
4
Un ateo enamorado
Dios existe,
está encerrado en tus ojos.
5
II. ¡Boom!
6
Puso flores en el balcón
para atraer a las abejas.
No buscaba su miel
sino sus aguijones”.
Manuel F. Macías Herrera
Suena a lo lejos
una puerta. Igual suena
la vida a veces.
José Antonio Padilla
7
En la linde de estos versos se halla un acantilado,
mira las ruinas que acechan abajo,
un escalofrío recorre nuestro idilio/
pensar en si tomáramos impulso
y mutar también en ruina.
8
Si te pienso,
el corazón barbudo tiene que hacer contorsionismo para caber en mi pecho.
A veces, sin darnos cuenta
somos como un espejo frente a otro espejo,
un agujero negro que se devora a sí mismo.
9
Ya sólo entiendo el dialecto de los cristales rotos
que encuentro en mi camino,
por eso te escribo con palabra de frío,
con verso de hambre,
como mañana de camino a un trabajo vacío;
con el abrazo hueco de los armarios.
Cuando uno sueña que cae, despierta
y siente que está tirado en su sórdida cama.
Efectivamente, nuestro amor:
un gigante con pies de barro.
10
III. Non sequitur
-paréntesis-
11
Hombre vacío
busca decoradora
de interiores.
Jaime Galbarro
12
La casa donde habito cruje,
cual los huesos cansados de un anciano.
Desgarra en lo profundo de mis entrañas
y esboza un hermoso cuadro.
Es la sutileza del movimiento,
diseca el instinto, salpicado de tiempo.
Padezco el síndrome de un joven empolvado.
13
Retorno
Nubes ampulosas se aferran a mí,
es la memoria un mordisco agrio.
Otoño, bocanada nostálgica de aire,
impaciente por penetrar en el pasado
y hallar noción del ahora, de vivir.
Parece que nunca partí.
Volveré a ver mi retrato,
volveré a ser lo que fui,
crujiente el destino,
descalzo el porvenir.
Roberto Ferrer (Cádiz, 1985) Joven poeta andaluz, que comienza su rodaje lírico con su primera obra “Grima y Escombros” (2010). Ejerce como educador en su localidad natal, sirviéndose de la música como recurso pedagógico. Es licenciado en Educación Social. Anteriormente ha publicado en periódicos de tirada estatal como Diagonal y el website Rebelion.org. Desde el periodo de 2005 a 2009 fue fundador y editor del periódico digital y andaluz GAS (Grupo de Acción Social). Actualmente publica su poesía en diversas revistas digitales y de papel.