EN EL PAÍS DEL MAR Y DE LOS PINOS
que ilumina a un espíritu
con olas
que pasan y se cruzan
y se alzan y rompen
en este amanecer
que
es el perfecto zazen.
en la playa blanca
sin nada en la mochila
más que un cuaderno en blanco:
«De acuerdo, has estudiado, lo sabemos, pero has VISTO algo?»
—Shoji a Hakuin —esperar y mirar.
—no, no en La Otra Orilla —vuelvo una y otra vez
a una orilla concreta a mil millas de aquí y lo que veo en ella
nada tiene de puro ni de maravilloso soy yo mismo que tiro un cubo de carne podrida
de la carnicería
a la marea
y gaviotas voraces que se abaten
en un brusco aleteo frenético revuelo a por comida.
tengo unos ocho años
sentado en una roca
está lloviendo
un gris mundo empapado
veo subir la marea
que hace remolinos en la roca...
sólo muchas millas
de rotunda arena
con charcos como espejos del cielo del verano
y a lo lejos
una bandada de gaviotas que levanta el vuelo a veces
su graznido esporádico intensifica los silencios.
entro en los bosques
desde la arena soleada
a la oscura masa de pinos:
matas de aulaga amarilla
el rojo a cuchilladas en los troncos olor agrio a resina.
aprende sobre el pino.»
el viento ya ha amainado ahora es el momento de mirar y de oler:
llaga roja, flor amarilla tómalas
y que arda tu espíritu.
que de verdad las ves
llaga roja, flor amarilla
(ver y decir entonces
es poder).
el círculo rojo del sol.
pienso en cuevas prehistóricas de los Pirineos»
William Carlos Williams
Estado de Nueva York
hacia 1920.
con una antorcha humeante hasta las mismas
entrañas de la tierra
con la imagen de ciervos bisontes y caballos
trotándole en la mente
y los pintó
en un éxtasis
sobre la roca húmeda.
apocalipsis del espíritu.
ojos al margen de la historia
pasan el ocre rojo de las aguas
en un alba del mundo.
orgía del sexo juego de energía.
a la muñeca de trapo
de un hombre ictiofálico
mientras que una caña con cabeza de pájaro plantada por allí
parece que dijera
«firmado: el chamán».
¿qué tipo de teatro psicomental?
¿fumaba extrañas hierbas en lo oscuro? ¿se ponía ciego?
con el cuerpo manchado de ocre y permanganato
miraba a la pared.
respiraba el aire fresco todo le confirmaba una realidad sólida hasta el fondo
él había cumplido.
Kenneth White, Glasgow (Escocia), 1936. Cursó estudios (letras francesas y alemanas, latín y filosofía) en la universidad de Glasgow, y los termina con la distinción Magister Artium de primera clase en francés y alemán. Marcha a Francia con una beca en 1959. En París escribe “Limbes incandescents” y en una casa en la montaña de Ardéche, “Lettres de Gourgounel” que fue un best-seller en 1979. Publicó después “En toute Candeur” (poemas y texto biográfico), París (1963) y tres libros en Londres. Vuelve a publicar en París en 1976, poesía, ensayos, prosa narrativa con traducción francesa (White escribe en inglés, con excepción de los ensayos). Son seguidamente traducidos a varios idiomas: alemán, holandés, italiano, búlgaro, rumano, serbocroata, macedonio, polaco, español... En 1979, White sustenta en La Sorbona una tesis de Estado sobre el "nomadismo intelectual". En 1983, es nombrado catedrático de la Universidad de París-Sorbona. Luego escribe "libro-itinerario" (waybook), como “Travels in the Drifting Dawn” recorre Europa de norte a sur y de oeste a este. En “La route bleue”, es el norte de América, las riberas del San Lorenzo y la meseta del Labrador. Ha recibido varios premios como el Médicis Étranger, el Grand Prix du Rayonnement Français de l'Académie Française y el premio Aleramo en Italia. Entre sus últimos libros editados están “Le passage extérieur”, poesía (2006), “Le rôdeur des confins”, prosa (2006) y “La carte de Guido”, relato de viaje (2011). Vive desde 1983 en la costa norte de Bretaña.