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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Cine y Televisión
3 3 2014
La música del Perú es un arte de resistencia por Juan Sardá

El documentalista estrena “Sigo siendo”, un recorrido por la tradición musical de su país natal. Javier Corcuera es uno de los documentalistas más importantes del mundo hispano. Afincado en España desde hace algunos años, el público conoce bien sus trabajos, tradicionalmente apegados a las realidades sociales más complicadas. Lo conocimos con “La espalda del mundo” (2000) y hemos visto películas como “La guerrilla de la memoria” (2002), “Invierno en Bagdad” (2005) o “Invisibles” (2007), premio Goya. Su último filme, “Sigo siendo”, nos cuenta un país, su Perú natal y en el que ahora vive, a través de su rica tradición musical. A través de los retratos de diversos músicos, algunos casi anónimos, otros más conocidos, como el cantante y compositor Carlos Hayre, la cantante Victoria Villalobos o la cantante ayacuchana Sila Illanes, nos acercamos a un país que sigue acusando profundas divisiones sociales y en el que la música sirve como vía de escape y sublimación de una realidad muy dura.
—Es un filme musical pero también una película muy conectada con sus anteriores trabajos de perfil más claramente "social".
—La película tiene muchas capas. El punto de partida fue que quería hacer una película sobre el país donde nací y del que me fui a los 19 años para vivir en Madrid. Habla del presente, de cosas bellas como su música. Quería retratar al país hoy a partir de sus realidades y personajes. El propio título, “Sigo siendo”, ya nos da una idea de ese "Aquí estoy yo", como forma de resistencia. Quería dibujar esos universos del Perú profundo de hoy. No solo lo social. En mi filmografía siempre ha habido mucha música. En “La espalda del mundo” tiene una gran presencia la kurda, hasta en “La guerrilla de la memoria” vemos a un guerrero cantar.
—La música, como ha sugerido, es una forma de resistencia contra la adversidad.
—Es una película sobre la música no oficial, vemos un país oculto, un país negado porque estas naciones del Perú son negadas y es un arte de resistencia, que dice que a pesar de todo seguimos siendo, resiste en su identidad. Son naciones muy fuertes que se tocan y abrazan.
—La película empieza en el Amazonas y poco a poco llegamos a Lima. En ese recorrido vemos una música cada vez más mestiza.
—Empezamos con música chamánica, solo voz, es una cultura más escondida. Es una música que ha ido pasando de generación en generación. Cuando bajas a los valles andinos encuentras instrumentos occidentales como el arpa y el violín, todo llevado a las melodías tradicionales andinas. Después tienes la parte africana del Perú, tienes el tambor al lado de la guitarra. La tradición del zapateado no tiene un origen claro en el flamenco. Hay muchos tipos de zapateados, limeño, del Carmen... habría que estudiarlo bien. Es una mezcla de muchas influencias.
Fotograma de “Sigo siendo”.
—Descubrimos a grandes músicos muchas veces detrás de figuras cotidianas como el vendedor de helados o el conductor de autobús.
—En la película no viven de su oficio como músicos a pesar de ser músicos muy populares. Está el heladero, el conductor de autobús, el que dice que se dedica a la electroquímica, que no sabemos muy bien qué es. Eso responde a una realidad del músico popular que no puede vivir de su oficio. Algunos son músicos muy conocidos, otros desconocidos e incluso anónimos, todos están en la película al mismo nivel. Un caso palmario es el de César Calderón, a quien vemos en el filme, una de las guitarras más importantes de la música criolla, que es muy underground porque no sale en los medios de comunicación ni en las páginas culturales, son muy queridos por la gente. Cuando murió Carlos Hayre, otro protagonista, sus amigos tuvieron que hacer una colecta para pagar el entierro.
—El agua tiene un peso fundamental.
—La música popular es fuente de agua, está muy ligada a ella. Cantan a que llegue el agua, toda la música popular de la Amazonia trata sobre el agua. Vemos a esa cantante que dice que canta para que no se seque el río, es música también para advertir de que existe ese riesgo, aparte de ser el hilo conductor. También es un tema de presente de hoy porque muchos de los conflictos sociales con las multinacionales tienen su origen en el agua.
—Vemos a una cultura muy respetuosa con sus mayores, un valor perdido en el mundo occidental.
—En el mundo andino hay una cultura de supervivencia que tiene que ver con el relevo, a pesar de las migraciones a la ciudad sigue habiendo una tradición que no ha desaparecido y es por eso. Algunas de las canciones que cantan son prehispánicas.

acerca del autor
Javier

Javier Corcuera (Lima, 1967) se dio a conocer con su primer largometraje “La Espalda del Mundo” una película que recoge tres historias sobre las violaciones de los derechos Humanos en EE.UU., Turquía y Perú. La película obtuvo el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Cine de San Sebastián (2000) y el premio OCIC del festival del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana. Con su segundo largometraje “La guerrilla de la memoria” (2002) salta al pasado y retrata una parte olvidada de la historia de España: la historia de un grupo de hombres y mujeres que se negaron a aceptar la derrota terminada la guerra civil y siguieron luchando en los montes de España contra Franco. En 2004, realiza, junto con otros cuatro directores, la película “En el mundo, a cada rato”, cinco historias que hablan de la infancia en cinco lugares del mundo. Su siguiente película, el largometraje “Invierno en Bagdad” (2005), rodado antes y durante la ocupación norteamericana en Irak, ha obtenido entre otros los siguientes premios: Mejor película documental en el Festival de Málaga-Cine Español (2005), Mejor película documental del Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles (2005), Mejor película documental en el Festival Internacional de Cine de Montevideo (2006). Su última película, “Invisibles”, donde ha realizado el capítulo “La voz de las piedras” sobre la guerra interna en Colombia, obtuvo el Premio Goya de la Academia del Cine Español 2008 al Mejor Documental. Javier Corcuera ha dirigido también documentales para televisión y es director del Festival Internacional de Cine del Sahara.