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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
6 10 2014
Milagro Haack: puertas para un resplandor por José Napoleón Oropeza

"Todo
proviene de un pozo
con el miedo y la soledad temible
uno junto a la otra
obligan a que nazca lo oscuro
al voltear hacia su origen

Helada angustia

bella por el reflejo que dejas
en la distancia
como vencida
cuando te acercas a mis pasos"

La anunciación del viaje hacia sí misma, nace de un "pozo" del cual se extraerán palabras e imágenes en el derrotero signado por un juego fundamentado en el diálogo del yo de la poeta sostenido, a partir de Temple Ajeno, con "otra" misma, sumida en búsqueda de los espacios habitados en la infancia, paisaje y gozo inagotable, como inagotable sería, en otros momentos, la reinvención de temas e imágenes creados por grandes voces femeninas de la poesía tales como: Safo, Enriqueta Arvelo Larriva, Elizabeth Schön, Emily Dickinson, Anna Amatova, Silvia Plath, Alejandra Pizarnik, Hanni Ossott, Esdras Parra, entre otras figuras cuyas poéticas han sido de gran soporte en la creación de nuestra poeta, quien no sólo se ha nutrido de estas voces sino, también, de las propuestas filosóficas de Platón, de Plotino, de Friedrich Nietzsche, en el "buceo" exegético de sistemas e ideas en torno a la problemática del ser y su existencia.
A través de su yo fragmentado, busca registrar su origen, su partida y retorno a un impulso genésico. Cada verso, cada poema, se constituye en objeto de anunciación, tras una constante búsqueda de sí misma en el reflejo que deja la "otra": ella misma ( oteando en los versos de las voces femeninas dadoras de un pozo, cuyos versos o gotas extraídas del manantial creado por ellas, y que nuestra poeta reinventará en los suyos, o los fundirá ante el espejo) mientras rastrea detalles, puntos y trazos de lo que pudo haber sido el paso de la "otra", ella misma ante sí, sin otra, sin novedades para registrar. Sólo un cambio de "traje", un vestido llevado, indistintamente, por una y otra.
La poeta se viste; se mira en el espejo; registra en el cuarto por donde anduvo la "otra"; revuelve las pertenencias de la ausente:
"Yo
pensé que era un arco
íntimo
en dos cuerpos
que se dejaban llevar por el agua..."
Entre sábanas, sueños, ambas entidades se funden en un solo cuerpo, sin importar que, tras el juego, todo quede reducido a cenizas, una de las imágenes recurrentes junto al agua, el cuarto donde ambas se miran y se intercambian sus mismas pertenencias. Un cuarto, un espejo para registrar ese diálogo, el espejeo continuo de una frente a la otra, divididas, buscándose. La que se queda para tratar de asir algún relámpago y la otra, aquélla que lleva un hilo mientras se interroga ante el espejo; una frente a otra reanudan el insondable el viaje hacia la interioridad, hacia la noche que apenas empieza:
"...esta noche
llévate ese hilo
amarrado
en mi boca"
Ese hilo lo entrega uno a la otra, frente al espejo. Quien decide proseguir el viaje anuncia, a su paso, otro hallazgo distinto en la doble interrogación, anuncio y partida, vuelta y retorno al cuarto, al espejo, la puerta antosta, la zona o pozo de relámpagos. El espacio se reduce a un cuarto. Se constituirá en infinito e insondable lugar, mínimo y solo, en la búsqueda de otra figura dibujada en el espejo: la niña, envuelta en su ternura. Prepara un traje para quien ha permanecido ante el espejo recogiendo frases, juntando reflejos, tratando de unir resplandores y relámpagos:
"...encontrando
al doblar las sábanas
su reflejo que no se ha movido
de la angosta puerta"
El hilo que una le entregó a la otra, tras la intención de enhebrar los registros de su "viaje", sirve, al mismo tiempo, de arma para el escarceo, para el continuo juego de apariciones y desapariciones, como quien juega ante el espejo consigo mismo. En Temple Ajeno el escarceo de voces y de espacios, en cada poema, constituye el registro de puntos en el inicio de un tránsito insondable hacia la interioridad de un yo frente al espejo, a lo largo de de viajes o indagaciones que surgen, en su poesía, como propuesta genésica, desde este libro, y se mantendría en todas las indagaciones posteriores de esta gran poeta llamada Milagro Haack, tras la búsqueda de un absoluto nudo formal.
 La poeta, inexplicablemente desconocida, o no estudiada con profundidad en los escenarios de la crítica literaria venezolana, a pesar de poseer una obra sólida, de impecable factura formal "al tejer abundantes nudos", se erige como una de las creadoras más trascendentales en la historia de la poesía venezolana, como trataremos de dilucidar y demostrar en las siguientes páginas.

La imagen: tejido de algún resplandor
Temple Ajeno, como hemos apuntado, señala el inicio de una exploración del yo a través de un "diálogo" ante el espejo del alma de una mujer-niña, mediante el recurso de la anunciación, (o quizá, sin proponérselo la poeta) de una epifanía, registrada a través de continuas exploraciones por los espacios reales, un cuarto, una casa, un árbol, un rincón, una ventana, una angosta puerta, devenidos luego, en cenizas: símbolo recurrente en sus indagaciones posteriores. Pero, también, la puerta, el reflejo, el resplandor y, finalmente, una hebra de hilo, un nudo.
La anunciación, objeto y sujeto del viaje, en la propuesta de la poeta, tras su terco empeño de recorrer los espacios de su interioridad sirviéndose del diálogo de una y de otra, niña-mujer, ella misma como sujeto de la interrogación, se mantendrá, a través del mismo y diferente recorrido exploratorio, en todos las obras que la poeta daría a conocer posteriormente: Luto de otra boca (1992); Puertas que no me pertenecen (1992); Cuarto de Ceniza(1993); Cinco Mañanas Juntas (2002); Cenizas de Espera(2003) y Lo callado del silencio (2004). Mantiene inéditos tres libros más: "Trazo para otro mañana" (2004); "Relámpago entre dos", distinguido con una Mención Honorífica en la Bienal de Literatura "José Antonio Ramos Sucre" en el año 2007 y "A la sombra de un río".
En el año 1992, nuestra poeta dio a conocer dos nuevas colecciones de poemas: Luto de Otra Boca, Ediciones del Gobierno de Carabobo y Puertas que no me pertenecen, bajo el sello Ediciones Piedras Vivas. En Luto de Otra Boca reanuda el tránsito por una técnica que se constituirá en el aliento, elán vital de toda su creación: el verso asumido con una extraordinaria economía de recursos, la línea que registra un temblor, un instante, (tal como sucede en los dibujos de árboles y rostros, en las cuales, a mano suelta, se entrega a esta práctica, paralelamente al ejercicio poético e incluso cursó estudios en la Escuela de Artes Plásticas "Arturo Michelena" y con el maestro Pedro Centeno Vallenilla, tras el deseo de indagar en el lenguaje de las artes plásticas. Pero, sobre todo, impulsada, con mucho frenesí, al oficio del dibujo), la imagen desnuda de un diálogo sostenido en un susurro, para dejarnos al final, la línea, el sonido de una brasa reducida a ceniza:
Se quedó
sin sal y agua
estando la botella
colgada del aire

Llega
la de un solo paso
coloca
el pañal de ceniza
De una gota a otra, de una línea a la siguiente, se reanuda la tarea enhebrar nudos, reflejos, empiezan a abrirse las puertas. Se reanuda el juego de una y de otra borrándose en la línea, en la persistencia de imágenes recurrentes en su indagación: el nudo, la puerta, la ceniza, el reflejo, el relámpago.

 


José Napoleón Oropeza, Puerto de Nutrias, Venezuela, 1950. A los veinte años, se dio a conocer como narrador, al obtener, el Premio Único del Concurso Anual de Cuentos del diario El Nacional. Desde entonces, su oficio de escritor lo ha llevado a transitar, con éxito, los géneros de cuento, novela y ensayo. Su obra ha sido reunida en los volúmenes de cuentos La muerte se mueve con la tierra encima (1972); Ningún espacio para muerte próxima (1979); La guerra de los caracoles (1991); La carta que contenía arena (2002) y Entre la cuna y el dinosaurio (2005); en cinco novelas, entre ellas Las redes de siempre (1976) y El bosque de los elegidos (1988), ambas consideradas por la crítica especializada, como obras paradigmáticas en la novelística venezolana contemporánea. Las puertas ocultas 2011, única finalista por Venezuela del Premio Internacional Rómulo Gallegos y Premio Nacional de la Crítica 2012. Cuatro volúmenes de ensayos, entre los que destacan Los perfiles de agua (1978) y su visión de la evolución de la poesía venezolana de la actualidad, El habla secreta (2003). Licenciado en Educación, Universidad de Carabobo, 1972. Doctor of Philosophy, King's College London, 1982. Profesor universitario. Ha recibido reconocimientos al Mérito profesional, entre los más destacados:    Orden Sol de Carabobo. Gran Oficial, Gobierno de Carabobo, 1992. Orden "Miguel José Sanz". Única Clase, Universidad de Carabobo, 1992. Personalidad Cultural del Año, Diario El Carabobeño, 1992. Doctor Honoris Causa, Universidad de Carabobo, 2007.

acerca del autor
Milagro

Milagro Haack, Valencia,(Venezuela) 1954. De profesión terapeuta ocupacional. Estudios de teatro en la Escuela “Ramón Zapata”. Egresada de la Escuela de Ballet dirigido por Nina Nikaronova, de la Escuela de Arte Arturo Michelena de Caracas. Ha publicado los poemarios: “Temple Ajeno” (1990), “Puertas que no me Pertenecen” (1991), “Luto de otra Boca” (1992), “Cuarto de Ceniza” (1994), “Antología Poética, La rama bifurcada”, Poetas del Estado Carabobo (1986-1994), “Cenizas de Espera” (2003), “Cinco mañanas juntas” (2003), “Lo callado del silencio” (2004). Mencionada en la IV antología de la Asociación de Escritores de Mérida (2008). Ha laborado en el Ateneo de Valencia. Recibió un Accésit en la Bienal Latinoamericana José Antonio Ramos Sucre por su libro “Relámpago entre dos” (2007). Actualmente dirige un Taller de literatura y orientación poética: http://milagrohaack.com.