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Director: Héctor Loaiza
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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
1 4 2003
“El Espejo de los Espejismos”
Lo que sorprende en la pintura de Jorge Camacho es su construcción sólida, que llamaría sus cimientos gráficos: "Cenizas" está dispuesto como un altar profano. El artista no niega eso, ya que le reveló recientemente a Gerard Durozoi: "Cada cuadro parte de un dibujo con lápiz, muy bien construido y definido. El margen de improvisación reside en la elección cromática y en el desarrollo final... Siempre consideré que el dibujo forma la estructura fundamental del lenguaje pictórico.” (En el fondo, ¿José Ferrer o Saúl Kaminer no dirían la misma cosa?) Camacho está muy lejos de ser un frío formalista. Su dibujo, sus colores están siempre acompañados de una gran apertura hacia temas diversos: la cultura y el arte precolombinos, la música de Coleman Hawkins y de Duke Ellington, la poesía de Raymond Roussel y las referencias a sus amigos surrealistas... Y, por supuesto, pintores, muchos pintores, comenzando por Roberto Matta. Se destacan pues connivencias, guiños a veces. "La Danza de la muerte" no se refiere al único ritual funerario precolombino; no podría decirse que el peso suspendido se ha escapado de un cuadro de Telémaco y ¿la extraña forma que sale de un círculo verde no podría ser una señal a Miró? Y el pájaro de la noche...

Serge Fauchereau

En ese camino de mis vagabundeos, Camacho me intriga. Lo encuentro en pleno campo, ni selva ni estepa, sobre el ala de un pájaro demasiado enigmático. No pretendo que él me imponga un jeroglífico que debo resolver, pero la fijeza densa y estructurada de sus materias, de excrecencias imprevisibles, la tonalidad rigurosamente sostenida de su universo me inclinan a pensar (a sentir) que nos hallamos ante la obra más barroca y más esencial que existe, lo que podría ser contradictorio en los términos (el barroco desconfía de la "esencia") si no supiéramos que el pintor inventa en cada momento su propio clasicismo. Si Camacho se sitúa de esa manera en los límites de la ciudad, que él intenta evitar, otros artistas entran en ella de lleno. Tienen como característica el amor por el dibujo, que permite sorprender los rincones de las calles, y una inclinación imperceptible por el arte muralista, en todos los casos una vocación urbana indudable, puesto que la Ciudad es uno de los paisajes más atormentados del mundo de las Américas.

Edouard Glissant

acerca del autor
Varios

1934: Jorge Camacho nace en La Habana, Cuba. 1952: Se consagra a la pintura. 1953: En México se interesa a la cultura maya. 1959: Se instala en París. 1961: Forma parte del grupo surrealista. 1965: Participa en la XI Exposición Internacional del Surrealismo. 1968: Se interesa por la Ciencia Hermética. Conoce a Eugène Canseliet (discípulo de Fulcanelli), a Bernard Roger y a René Alleau. 1978: Publica con Eugène Canseliet y Alain Gruger, "Héraldique Alchimique Nouvelle", Ediciones Le Soleil Noir, París. 1986: Su obra figura en la exposición organizada por Artcurial, "L'Aventure Surréaliste autour d'André Breton". 1987: Con Fernando Arrabal, publica el libro "Rêves d'insectes", Ediciones La Pierre d'Alun, Bruselas. Desde 1971 hasta ahora, ha expuesto en París, en otras ciudades de Francia, Bélgica, Suiza, España, Marruecos, Perú, Venezuela y EE.UU.