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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Literatura
2 12 2014
Epístola II: para ser leída desde la inmediatez por Luis Pérez de Castro

¿Es la revista Cuaderno de Pensamiento Plural una singular justa de pluralidades?
En el número especial, año II, de Mayo de 2014, bajo un fragmento de una de las antológicas canciones de Pablo Milanés, cito: Será mejor hundirnos en el mar que antes traicionar la gloria que se ha vivido..., y la siempre atenta mirada provisora de José Martí desde su pedestal en la Plaza de la Revolución, la que, de forma incompresible y sin una explicación para cuantos amamos su pensamiento libertario y de bienestar para todos, aparece con la corona identitaria del Habano, para nada justa, con la tragedia romántica de Shakespeare, Romeo y Julieta, la marca de Cigarrillos SA Brascuba, a un costado el emblema de la Cadena Hotelera Palmares, y de fondo, tras su propia imagen, mucho menos justa, la marca de Lubricantes Castrol, como afrenta al que nos legara su fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, así como después de degustar algunos de los artículos que aparecen en sus páginas, fecundadas por un diseño no apto para personas de buen gusto estético y no logrando una forma gráfica unificada para trasmitir un mensaje con presencia, aunque este mensaje se sostenga sobre resortes ya preconcebidos de ideales heredados de generación tras generación y los que no deben de ser mancillados. Artículos cegados por un odio cuasi visceral, en los que, de manera inusitada, sus autores hacen resurgir, a través de un discurso oscuro y altisonante, su propio reino de los muertos bajo la égida del demonio crucificado por el resentimiento, invirtiendo así las miradas de esa gran gesta americana: son ellos ahora los nativos descubriendo el primer mundo, los que se asombran de su discurso mordaz, de sus ¨extrañas¨ costumbres, de su trágica naturaleza incapaz de disfrutar de la transparencia de un sistema creado para todos y para el bien de todos, contra toda pérfida autonomía e innegociable en sus principios. Autores marcados por una sed de reconocimiento que aplasta su intento del buen decir, el ocio y el amor, dejando con ello la amarga sensación de la muerte de toda utopía, el fin, según declarara Francis Fukuyoma, ya no solo de la historia, también de la esperanza destrozada por su escasa visión y la no creencia del tiempo transcurrido.
Y entre estos artículos, bajo las mismas sombras del discurso construido como a distancia, frío, y plegado al accionar bufonesco, a las arbitrarias libertades que la historia, no sin razones, nos limita, aparece mi artículo Epístola para ser leída un día, un año y un siglo después de mi muerte. Epístola/poema dedicada a mis hijos y alejada de todo oscurantismo o posible resentimiento inexistente, predominando en ella la humanización de la figura histórica y la romantización de las quimeras por encima de la amarga trasgresión del desencanto y donde, teniendo en cuenta que hay que desarraigar tanta podredumbre, tanta audacia, y tanto desprecio..., acabar con esa oligarquía entronizada y encasquillada en privilegios y prebendas, busco una posible pulsión renovadora de imágenes. Pulsión que podría ser también la que alienta todo principio ético y compromiso social, y enfatiza no la trasgresión destructiva sino la desmitificación humanizante de un sentir permeado por el respeto y la compresión, puesto al servicio de preservar una figura reconocible, aun en sus posibles contradicciones, y la mirada desde la contemporaneidad.
Y lo confieso, de momento fui presa del mutismo, del desconcierto, el que se acrecentó al ver otra de las tantas licencias arbitrarias, un exergo explicativo alejado de su contexto inmediato y semántica interior, así como mutilado su final. Y lo confieso una vez más, sentí pena hasta por mí. Entonces no tuve a más que recordar La condición del cínico, específicamente a Etiene de la Boétie, en su discurso de la servidumbre voluntaria, canción que señala a un grupo de ¨admiradores¨, gente que no admira más que a un ente que se arrastra (carpet crawlers), siendo este concepto no más que una ironía, pues busca como único objetivo de poner al líder débil, como un zapato ante sus seguidores, nada más cercano que a la realidad objetiva que persiguen el diseño y los artículos que acompañan el mío dentro de esta pluralidad de voces y criterios que, para mi opinión particular, no tienen nada justo.
Y decidí, teniendo en cuenta que de sabios es ser previsor, y que el pueblo cubano necesita hoy de todos sus hijos por muy humildes que sean, y del verdadero trabajo organizado y meritorio e inteligente de sus representantes, no solo retirarme de sus páginas, también mostrar mi indignación hasta con mi propia persona.

acerca del autor
Luis

Luis Pérez de Castro, Pinar del Río (Cuba), 1966. Es historiador, abogado, poeta, narrador y crítico. Publicó cuentos (“Nostalgia del cíclope” [2004], “Mientras arde en silencio mi voz” [2006], “Rapsodia del erudito” [2007]), narrativa infantil (“Epístolas de un loco”, de 2007). También resaltan sus poesías (“Confesiones del Abad”, “Testimonio del Pagano”, “Último e-mail inédito de Faulkner”), escritas entre 2005 y 2009. Entre sus antologías destacan “Neruda, 100 años”, “Nosside Caribe”, “Noche Cálida en Santa Clara”, y “Faz de tierra”, 2010. Trabajos suyos de poesía y narrativa aparecen en diferentes revistas nacionales e internacionales. Entre sus obras premiadas destacan “Mercedes Matamoros”, cuento, 2003, “Poesía de Amor Varadero” 2004 y 2008, “Batalla de mal Tiempo”, poesía, 2004. “Félix Pita Rodríguez”, poesía, 2006, y “Farraluque, narrativa erótica”, 2007.