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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Literatura
2 12 2014
Juan Gabriel Vásquez: virtudes y vicios del olvido por Christine Rousseau

"Las reputaciones" ofrece una especie de prolongamiento a "El ruido de las cosas al caer", donde Vásquez volvía a los años 1980-1990, la década del narcoterrorismo. Su protagonista, Mallarino, es un famoso caricaturista de prensa. Su reputación la ha conseguido a fuerza de trazos ágiles y corrosivos a través del tiempo. Desde hace cuarenta años, en "El gran sofá colectivo de un país bastante enfermo" que es la página de opiniones del diario "El Independiente", los colombianos se deleitan con sus dibujos. Bocetos en los que maltrata a los políticos, los traficantes de drogas, se burla de los militares, interroga a los magistrados. Con un trazo de lápiz, Mallarino puede destruir una reputación, empujar a la víctima a la renuncia o a lo peor.
Ese día, sin embargo, Mallarino no piensa en absoluto en todo eso. En efecto, la clase política ha optado por poner en marcha "la gran máquina de adulación servil" para rendirle homenaje en el Teatro Colón de Bogotá. Sólo su conciencia titila ante la visión fugaz del fantasma de su padre espiritual, el caricaturista Ricardo Rendón, quien ofició durante los años 1960 y se suicidó después de haber hecho un último dibujo.
En las alturas de Bogotá
¿Rendón era demasiado consciente de su poder? A partir de eso, suceda lo que suceda, nadie se acuerda de este hombre dotado de un "aguijón recubierto de miel" pero él se ha convertido en su sucesor, en un justiciero incorruptible, seguro de su deber de incomodar a los poderosos. Un hombre que no se desvía de la línea. Ni por su pasión por la pintura que él sacrificó siendo joven, por lo que entonces no era más que un trabajo por comida. Ni por sus amigos que se alejaron poco a poco. Ni, sobre todo, por las intimidaciones y las amenazas de muerte que obligaron a Magdalena, su esposa, a abandonarlo; y él, a retirarse en una casa en las alturas de Bogotá.
Si no se deja engañar con nada, Mallarino saborea no obstante este dulce momento de gloria. Sin sospechar que, instalado en el centro del proscenio que lo aplaude, una mujer joven está a punto de despertar una vieja historia. Y hacerle dudar del terrible poder que ha adquirido.
Un poder que utilizaba algunos años antes, después de una fiesta en su casa que terminó en una tragedia para una niña víctima de abusos sexuales. Veintiocho años han pasado desde entonces y ésta, se ha convertido en un ser atormentado por este "agujero negro". Ella quisiera que Mallarino le ayude a recuperar la memoria. Si el caricaturista se ocupa de eso, se enfrenta de inmediato a una multitud de preguntas.
En efecto, ¿cómo podría relatar un hecho sobre el que creía saberlo todo -incluso sin haber sido testigo directo- hasta el punto de hacer justicia con un trazo de lápiz? Sobre todo, ¿cómo estar seguros de lo que la misma joven ignora? Y, ¿si lleva a cabo esta investigación para comprender lo que empujó a un hombre al suicidio puede poner en duda su propia integridad moral, su reputación?
Indiscutiblemente, Juan Gabriel Vásquez posee el arte de sembrar el desconcierto, tanto con su personaje como en el lector. El novelista colombiano no busca disiparlo. Al contrario, lo acentúa a medida en que esta búsqueda de la memoria y de la verdad se metamorfosea en Mallarino, en un verdadero examen de consciencia. Tomando prestado de su protagonista el sentido del detalle y la descripción fina, cuando se trata de despintar con una amargura rabiosa la poco elegante Bogotá o de relatar con dulzura y melancolía, la erosión de una pareja que no "será capaz de ver el futuro en su pasado", el escritor plantea aquí, con fuerza, la cuestión de la memoria, de sus consecuencias y de su moral.

acerca del autor
Juan Gabriel

Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973) es autor de la colección de relatos “Los amantes de Todos los Santos” y de las novelas “Los informantes” e “Historia secreta de Costaguana”. Ha publicado una recopilación de ensayos literarios, “El arte de la distorsión” (que incluye el ensayo ganador del Premio Simón Bolívar en 2007), y una breve biografía de Joseph Conrad, “El hombre de ninguna parte”. Ha traducido obras de John Hersey, John Dos Passos, Victor Hugo y E.M. Forster, entre otros, y es columnista del periódico colombiano El Espectador. Sus libros han recibido diversos reconocimientos internacionales y se han publicado en muchas lenguas y en muchos países con extraordinario éxito de crítica y de público. Vive desde 1999 en Barcelona.