IMAGEN

Leí en Rayuela de Julio Cortázar que "hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."
Esa imagen cortazariana ha hecho que te entregue mi saliva balsámica
para que tus pechos se estremezcan y despidan ese olor a jazmín nocturno
que me mantiene vivo, despierto
y extasiado saboreando el mundo de tu fruta.

08-16-11

LEVEDAD

Sueño, imaginación,
¿Realidad?
Tus mejillas rozan mi piel apasionada.
Leves caricias de muslos desnudos.
El mundo de tus labios interpreta mis movimientos:
Entonces, me decido:
Voy igual que un
alcatraz en picada
o como perro cazador olisqueando
el camino lleno de brevísimas espigas.
Voy a la conquista de la fuente cuya agua
es tan dulce como mango de azúcar
y saladita como gota de mar.
Anclaré en tu sexo

08-16-11

HAN CRECIDO FLORES EN TU PUBIS

Te di un toque casi mágico
para sembrar ternuras en tu vientre.
                  Lancé palabras al aire
prodigiosas y hechizantes
para que embrujaran tu corazón
                  y cayeras a mis pies.
Flotaron flores.
Tu cuerpo serpenteó
                  y dejaste ver el temblor del agua en tus ojos
y sentiste la piel erizada cuando mis labios
produjeron un soplo estremecedor.
Pude ver tus vellos como ramitas de un trigal erguirse  de deseos.
Justamente fue el instante en que recorrí tus costados
con la liviandad de mis labios y la punta de mi lengua.
Levitamos, amor.
Nuestros sentidos perdieron el juicio.
Te habitó un intenso fuego.
Tu cuerpo, mujer, se desbordó en fragancia de cielo,
y el cántaro de mis ansias se rebosó.
La impaciencia nos mataba con sólo tocarnos.
El amor es un juego de magos.  
17-08-14

EN CARBONCILLO

Fondo gris plomo.
Tonos medios.
Carbón de sauce.
Torso de mujer echado hacia atrás,
mata de pelo sedoso que lluvia en la almohada.
Piernas en un apoyabrazos
de un sofá clásico
forrado en tela roja.
Sensación de lápiz lento y rápido
delineando tus vaivenes de danzarina.
El placer aguacera tus poros
y humedece todo tu cuerpo ya iluminado.
Un espejo te duplica.
Doble tentación.
Trazo mi firma en tu vientre.

Octubre 9 de 2011

ALFARERO

Eres arcilla atravesada por mi eje
que te sostiene
y te despierta a la libertad.
Mis manos ágiles tornean
y amasan la greda apacible y dócil de tus senos.
Tus senos, pequeños cántaros, moldeados por mis manos de alfarero
cada noche de luna.
Caricias de dedos hundidos en la suavidad
de tu barro moreno.
La vasija del deseo, allá abajo, me atrae.
Toda tú, del color de la panela,
extraña mis lisonjas.
Tantos besos no caben en tu boca,
en tu axila, en tu cabello, en tu blandura triangular.
Giro el torno de mi amor,
pedaleo hacia tu corazón
y orbito y me erizo y pierdo la noción
de mi espacio.
Sin embargo, mi lengua sigue hundiéndose en tu boca,
lame tus brazos,
repasa tu ombligo,
descansa en el vértice de tu triángulo
que muestra la sensualidad de la arcilla primigenia.
Lenta Gota de deseo lento.
Goce de manos curvando la marga del amor,
redondeando el deseo,
completando el placer,
mordiendo los labios,
rozando las piernas y el pubis.
Piel fina. Finísima como una delgada película
destilada entre sábanas.
Figura de contorno perfecto.
Gira y gira con velocidad de tormenta mi eje.
Soy tu alfarero cada noche
la vasija del placer recogerá
el magma incontenible.

UN BOLERO A TU MEDIDA

Quiero ser el sastre de tu desbocado amor
y vestirte con el ropaje de mi lujuria cada segundo de tu vida.
Te has desnudado
cada luna
frente a mí.
Esa desnudez iluminada
me ha permitido tomarte las medidas exactas
y graduar los centímetros de tu fuego,
de tu libertad, de tu desenfreno.
Siempre hay un bolero en el ambiente.
Es el baile del amor a tu medida cuyas líneas melódicas
tejen voces, cantos, acordes,
acompañamiento de saxos, guitarras, piano.
Escuchas y danzas
y tus caderas llevan el ritmo cadencioso de la percusión.
Delirante erotismo flota en la penumbra,
en esa ceremonia musical
brotan perfumes de nuestros cuerpos.
Huelo a ti y hueles a mí.
El día en el que te encontré las tallas precisas,
la costura ideal,
me di cuenta de tu dulzura de flor de naranjo.
Fue, entonces, cuando con el alfiler de mi astucia
prendí en el cielo de mi paladar el sabor de tu cuerpo
para que permanecieras eternamente
como un toque delicado de seda.
Con aguja y dedal, con paciencia y esperanza,
se entreteje la manta del amor.
Tu voz melosa va zurciendo en mi corazón
puntadas misteriosas y seductoras
que descifro en el espejo de mi memoria,
porque, a veces, tu amor es un código indescifrable.
             
Octubre 9 de 2011