CÁLIZ AMARGO.

El que camina en la puna
Dando cuenta directa a Dios,
El que en frágil canoa navega
Refleja en el mar una oración,
El que deja huella en la arena,
Encuentra en cada grano
Una síntesis de voluntad
Dispuesta a aceptar lo divino
Porque Dios está en cada soledad
Donde los vientos claman
Las aguas levantan voces
Las arenas queman realidades
Y todo será explicación del vértigo
Producido por la explosión callada
Donde el hombre pierde la razón,
En la búsqueda de inútil salvación.
Sin escuchar ya los rumores lejanos
Que susurran las hierbas secas
Donde gélidos gritos brotan
En la oscuridad donde yace lo obsceno
Se complace la virtud moribunda
Pulverizando lágrimas del dolor
En el grosero orgasmo del diablo
!Mientras los ángeles se elevan al cielo!

ÚLTIMO ACTO

Cuando cayó el telón
Había quedado dentro un payaso
A medio recitar con una mano
Y una lágrima bailando en su gorra
Mientras el público aplaudía
Los tramoyeros arrancaron de raíz
Una banca destinada al payaso
¿Qué pasó con su verso?
Fue junto a él, a la calle
Con dos libras esterlinas
Hechas en papel lustre
Del juguete que hizo un niño
Con la platina de chocolate
Es así como acabó el acto
En mitad de una calle cualquiera...
Aturdido en el argumento
Del caducado libreto
Escrito en tinta verde
Sobre los libros de la vida
Que dan comida a las polillas.

VI

En los muelles sobre aguas
Silenciadas del amor lejano
Atada está una barca de ilusión
Adornada con sonrisas de rubí
Y miradas de alhelí
En posición de vuelo planeador
Sobre los aires de la playa
Grazna el albatros que el amante emplumó
Para no perder a su amada
Que la mirada, siempre le esquivó
¿En qué momento la amarra será soltada?
Pregunta el ave a las nubes
Para darle alcance en alta mar
Donde pueda abordar la barca del amor
Y las nubes evaden la respuesta
Huyendo con los vientos
En pleno éxtasis de amor…