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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
1 3 2016
Fernando Chelle: lo intensamente humano

YO LÍRICO

Poeta de la espuma circunstancial
cazador de recuerdos
de fragancias pasadas
avaro de ese cofre
donde descansa tu nombre
tallado a punta de diamante.

Poeta de un río, negro
como el abismo
y dulce como el oboe
alfarero de esa bohemia
hechicera de paso lento
ojos de fuego y manos de tierra.

Poeta del humo
cobijo del amor
que duerme y sueña,
descansa
en su nervio de ceniza alada.

 

ODA A LA PÁGINA EN BLANCO

La página en blanco es generalmente blanca
y el blanco alude a su vacío
a la nada que contiene
a la posibilidad infinita de discursos
a la ausencia de letras, de palabras.

La página en blanco
es una invitación a la fiesta del lenguaje
quiere que la violen
pide que la transgredan
que la irrespeten
para dejar definitivamente de ser
ese vacío infinito del universo
ese material poroso sin corazón
ese desdichado fragmento de la nada.

 

MUELLES DE LA PALABRA

La evanescencia de la palabra me salva del mundanal ruido,
las hay sentimentales, impresionistas, pintoras,
son muelles del verbo eterno
que nos roza en la garganta,
en los pulmones.
El himno gigante sigue anunciando
y corre, se ramifica y como siempre
se dilata en nuevas sombras.   
Las páginas brillan,
ahora resplandecen y se modifican,
pero son páginas,
no humo, perfume, sonido o viento.
La palabra
cabalga sus nuevos corceles,
compañeros del poeta
que sigue cantando, gritando, viviendo,
ahora despojado del métrico corsé
y de la rima represora,
ahora lejos del mármol y las escalinatas
camina por las calles con todo el pecho al viento.
La palabra ya no quiere ser el queso de las ratas,
quiere estar ahí, inmediata y cotidiana,
enamorada de los guantes, las calles,
la sopa y las colmenas.
Preferí beber tus ismos,
zurcirte, engarzarte y presentarte
pura, directa y palpitante,
con un verbo libre que viaje
hacia asideros que lo terminen de nacer,
donde habitan mis cómplices,
mis hermanos.  

 

DEL RÍO AL MAR

Nací herido por los rayos de la luna lorquiana
cerca de un río solitario
negro como el abismo
con la pupila fría de las quimeras.

Hoy soy un toro con una flor en la boca
tratando de hacer sentir su peso,
ya mi desesperación
te picará en los ojos mujer
porque será imposible
ponerle diques al mar.

 

POLVO ES, MÁS POLVO DE UNA PLAZA

Como inmensas sombrillas
los tres castaños cabecean en la plaza
rodeada de faroles apagados.
Los bancos tristes, cansados
de esperar visitantes,
dejan pasar el fuerte viento
entre sus  listones de madera.
Una enredadera, se descuelga
como una cabellera agitada
sobre un muro de ladrillos.
Todo ha sido invadido por el polvo,
Impregnado por el polvo,
los castaños
los faroles
la enredadera
los bancos cansados de esperar.

 

EN EL PRINCIPIO SERÁ LA LUZ, ENTRE OTRAS COSAS

Es un lindo día para nacer
para ver la luz filtrarse entre las hojas de los árboles
y sentir como el viento sopla y muerde las ventanas.
Quien naciera en este día
podría observar un cuerpo que escribe
tapado en una cama,
un brazo solitario y hacendoso fuera del abrigo
trasladando el pensamiento
transmutando las ideas
plasmando mundos en un viejo cuaderno.
Pero hay más,
si alguien naciera en este día,
al menos en este sitio sin bombas ni lamentos,
podría oler el café y la tierra mojada.
Quizá nazca llorando por el impacto
por la violencia del cambio,
pero al ver,
la luz filtrarse entre las hojas de los árboles
al sentir,
el viento soplar y morder las ventanas
al contemplar,
el cuerpo de un hombre que escribe tapado en una cama
y oler,
el café y la tierra mojada
pensaría,
¡qué lindo día para nacer!

 

MAR

Una línea horizontal
divide los colores que convergen
en una geometría sin puntos cardinales.
Las lenguas burbujeantes que lamen mis pies
se repiten
y a lo lejos,
son papel picado
son polvo del día,
surcan el horizonte
y se disipan.

 

EL LOCO

Que no sé qué fue de su vida,
paseaba un pato con ruedas
en medio de la muchedumbre
y reía.
Entablaba serias discusiones,
vaya uno a saber con quién,
y en ocasiones se enojaba.
Nunca lo volví a ver,
ni dirigiendo el tránsito
ni acariciando perros
o simplemente solo
perdido en su tristeza.
Algunos dicen que fue abogado
otros que boxeador
y que fueron los golpes los culpables de todo.
Lo cierto es que en la esquina falta algo,
dicen que se fue
dicen que esta acá
dicen que se ha muerto
dicen que volverá.
Que no sé qué fue de su vida
que nunca lo volví a ver.

acerca del autor
Fernando

Fernando Chelle, Mercedes, Uruguay, 1976. Poeta, narrador, ensayista, corrector de estilo y crítico literario, radicado en Colombia desde el año 2011. Autor de los libros: “Poesía de los pájaros pintados” (2013); “Curso general de lectoescritura y corrección de estilo” (2014); “El cuento fantástico en el Río de la Plata” (2015); “Muelles de la palabra” (2015); “Las otras realidades de la ficción” (2016); “El cuento latinoamericano en el siglo XX” (2016); “SPAM” (2017); “Las flores del tiempo” (2018) y “Cadencias que el aire dilata en la sombra” (2018). Sus poemas, ensayos y críticas literarias se han publicado en revistas, periódicos y portales literarios de numerosos países. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, al catalán, al inglés, al italiano y al portugués. Ha recibido, entre otros, los siguientes galardones: Premio excelencia en periodismo cultural; Premio internacional a la investigación Ana María Agüero Melnyczuk…