Sábado 20 | April de 2024
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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
3 5 2016
Parasomnias por Javier Manuel Rivera

ACUARELA DE DIOS Y DE VIOLA, TRES

Miedo a ti.

A tus cosas bárbaras, brutales; a las bestias que surcan tu silencio,
seducidas por la sangre.
A las copas hipócritas de tu mesa inmaculada.
Al champagne, a la bilis, a los brillos estelares del sonido del brindis
–un chasquido infernal de familias que se incineran en su propio alcohol.

Miedo a las chirimoyas y sus miradas.

Al olor del té y de la añeja panetela que arrastraba mi abuela por la casa.
Miedo a los cables sueltos, a las esperanzas, a los espacios abiertos;
a encontrar un bar tapiado hasta los bordes con estampillas postales,
mientras veo la hora en mi reloj de muñeca
muerta a golpes de jazz a las nueve menos cuarto.
Miedo a la opresión de los pisapapeles,
a la violencia de los engrapadores,
a los lapiceros de tinta abundante.

Pánico frente a los borradores que juzgan lo que hay que borrar.

Miedo a las manchas de dedos en ventanas, teléfonos y estrellas que arden.

Miedo a las cosas diarias, al cuadro donde cuatro perros juegan billar,
al lienzo donde Jesús oculta su cara de ganas,
a las crudas lombrices del agua sencilla.

A los golpes de alcohol, miedo a las luces que revientan las tazas
donde me sirvo mate; a la lámpara que ilumina al dios que vive
encerrado en mi zapatera.

Miedo al cajón de las películas porno y al otro donde guardo
las fotos de mis padres y a mi tercer cajón a la derecha.

Ahora, ya grande, he perdido el miedo a las catástrofes simples, a
las películas nacionales, a verte morir por las puntas sobre el
lomo de una pantera, frente a la iglesia, cerca de casa.

El miedo es una funda infinita de diamantes hecha de negro
terciopelo y profundísimo vacío.

 

CARTA PARA UN DESAMOR

Me gustaría decirte que todo estará bien.
Que las piernas de los cielos se abrirán cada mañana y parirán días sin dolor.
Que el cobre subirá como el vapor en la bolsa plástica del alcaloide de un día caluroso, que no son tan inorgánicos los niños pantalla que criamos, que las toallas no se llenarán de pequeñas arañas ni pelo de perro y que los besos curarán la tiña inguinal.
Hablarte en secreto de nuestros planes juntos:

Podríamos encontrarnos en el útero de tu madre, tomaríamos helado, contaríamos historias de cuando los espejos eran superficies sin horquillas y en ellos podía verse el reflejo de las cosas simples: cosas de dos o cuatro patas, con alas y venenos o no.
Igual reirías, apretarías los ojos y tus sueños serían de luz y cetirizina.
Vendrías a nombrar al mundo con tus ovarios y una tilde crecida de tus sienes.
Pero tenías el corazón cubierto de ángulos ranurados por los cuatro costados,
atorado en una jaula asimétrica y perfecta,
válvulas arriba,
intentando vivir,
exhibías en tus escaparates todas las miserias de la guerra y el amor,
residuos oscilantes entre tu sangre y la mía.

Me gustaría decirte que todo estará bien.
Asegurarte que mi cabeza funcionará sobre mis hombros como una gran máquina de hacer dinero, que veré películas animadas con los niños y reiré, que nunca se me partirán los dientes con la comida que preparas.

Recuerdo que bebimos tanto en los dorados manicomios
que agradecí al alcohol limpiar nuestro amor de absenta y mezcalina.
Así, cual sinceros y sencillos dipsómanos, volvimos a humedecer los ojos
y brillamos en la estelar forma de nuestro lenguaje.
Observamos la autopoiesis de una concha de nautilus
en la hermosa espiral logarítmica
que consagra el número áureo;
es la estructura disipada en botón
que se invoca en cada barbarie, en cada nacimiento.
Si te conocí fue porque
las varas de metal enderezan el destino
hasta dejarlo perfectamente hiperbólico.

Recordarte es triturarme la laringe con un adverbio horrísono, arrancarme el hipocampo y llenarme por su cuenco de benzedrina y fósforo, gritar tu nombre en absoluto silencio contra mis entrañas amarillas.
Recordarte es el principio de una incertidumbre.

Susurrarte al oído la belleza de tu desguace:
¿De qué hiciste tu abrigo?
¿Cuál es mi patria?

La otra mitad del cielo siempre está bocabajo.
Rezar al cielo:

Ave Euler purísimo y la ecuación de la curva elástica,
Ave La Teoría de Todo.
Santo Número de Avogadro
Padre de las veinte constantes del universo
ruega por nosotros observadores
no nos dejes caer en la tentación de lo convexo
y líbranos del mal
      de ojo
      de buey.
Amén.

Me gustaría decirte que todo estará bien.

Que pronto estaremos haciendo el amor como locos
cada treinta minutos
sin Ave María Purísima
ni pecado concebida
7 veces 7 siglos viviendo en tus nalgas
escuchando tus confesiones
gozando el gozoso misterio de la reconciliación.

Prometerte que las anguladas fauces de los trenes no seguirán vomitando basura en cada terminal.
Que cada ser humano es maravilloso e irrepetible.
Que somos seres humanos.
Lo juro, me encantaría.

Al fin, pude escribir una lista de cosas por hacer:
* Limpiar la casa
* Dejar de ver chicas
* No matar

 

SE DICE CUANDO UN RECUERDO
ES MATERIAL Y SE HACE FRACTURA

La casa se viene abajo
por ella por él por los hongos que crecen en la ducha
negros y puntuales seres, bellísimas sedas de sarna sobre el cemento,
la casa se viene abajo
por ella por él por la humedad que revienta a gajos la pintura de las paredes
los dinteles como cordones rechinantes pudriéndose en madera barata
las dobladas puertas y las sillas retorcidas tienen alma sucedánea al orín,
la casa se viene abajo por ella por él por la grasa muerta embadurnada
en la cocina,
el cebo de platos y panzas pegajosas,
el sabroso excremento de la olla y la sartén
llorando viscosas lágrimas combustibles que encienden el olvido,
pues se viene abajo la casa.

La casa se viene abajo
por ella por él
por los golpes en la cara
por la luz sobre los filos
por la sangre entre las sábanas
por la cruz y por los niños
por los salmos de la biblia
por el alcohol sin libros
por la herida entre los dientes
por el amor con cuchillo
por el cuento no contado
por la paciencia al delirio.

Pero ella y él tuercen las cosas y dicen que
los hongos tienen techo y
que la grasa se ha llenado de cocina por todas partes
que los muros se caen a pedazos de pintura
que los universales alambres que amarran la cama y los sueños se caen
pero por atracción por gravedad
porque graves están las cosas
pues se viene abajo la casa,
se caen los cafés en la lluvia
y la tristeza se cae de pestañas;
se viene abajo,
una casa,
por ella,
por él.

 

DECONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD FÍSICA BAJO SONAMBULISMO (O WIPLASH)

Hace poco me levanté de la cama
Demócrito, Epicuro y Aristóteles mintieron
y tengo la ligera sensación de que hay algo equivocado,
bastardos fabuladores,
pese a que son las tres de la madrugada
Galileo erró dos veces,
mi mente está tan clara como la luz que me trajo hasta acá
y aquel cavernario ilustrado de Newton,
y puedo ver los errores en los ojos,
Euler y Lagrange
en las miradas
con razones mentirosas, mintieron,
en los cálculos,
Faraday, Lorentz y Einstein
en las suposiciones,
solo sirvieron para promocionar películas,
los sistemas han perdido su altura ante mí.
El otro día un amigo me dijo que todo es un cover,
es menester proponer un sistema
no había realidad objetiva,
una nueva simbología gnóstica sobre el espacio y el tiempo
que eso a lo que yo llamo realidad es solo
sobre la distancia,
mi personal manera de ver el mundo,
la aceleración y la velocidad de caída.
Bueno, probemos,
entonces esta calle no existe, ni el sistema métrico, ni el auto que suena rojo en la noche,
si dios existe para todos y a la raíz cuadrada de menos uno, todos le llamamos i,
ni el cenicero empachado, ni el dolor de Vallejo creciendo a treinta minutos por segundo,
ni el metro cuadrado de tristeza de Atxaga,
entonces se cumplirá matemáticamente
el perro permanente con laceado japonés de la esquina,
que estoy en la cornisa del techo del edificio de seis pisos en que vivo,
ni la suma o multiplicación de guarismos,
y que, si cada piso mide dos coma dos metros y
que provocan otros guarismos, que son solo, evidencias de otro error,
yo peso un promedio de ochenta y cinco kilogramos
y a ti qué te importa Hawking,
caeré al pavimento con una fuerza de ochocientos treinta y tres
(me dice la pajarita parada en el farol de luz amarilla)
kilogramo-metro por segundo cuadrado,
hagamos una nueva teoría, seamos libres
provocando la generación de una energía cinética de impacto
de las mentiras atávicas de los especuladores del universo
de diez mil novecientos noventa y cinco punto seis Joules,
inventemos la nueva ecuación que rija el mundo
lo cual me destrozará las articulaciones,
que controle el azar y la gravedad,
astillará mis huesos,
que gobierne el efecto wiplash y la respiración holotrópica
y polvo serán mis relaciones cuadráticas y mis sistemas
siempre necesarios para la paz.

 

URPI SONCCO (Corazón de paloma)

Pura,
la más hermosa adorna mis ramas heterogéneas,
tus generosos miembros sacuden el aire
en pos de mi piel de goma y corteza,
nebulizando mis agallas,
ráfaga escamosa en respiro
gracias al aleteo de tu corazón
contra mis anillados pulmones.
En ocasiones,
cuando el aire es ligero y fresco,
pareces flotar sobre mis ramas
con olores emergidos de las flores,
cobijada de frutos,
sin contradicciones de bestseller y gimnasio.
Cuando llegan esas tardes me ocupo de mis cosas,
sin atención alasdoradas armonías del gramófono
sonando vallenatos y bachatas antiguas,
ni a la vecinasiembraárboles
con frutos de sol y sombra a la vez.
Veo caer las horas redondas
-un tul de azulacho en movimiento
y la amarilla redondez central, que sucumbe
ante la gravedad de mis pastillas para la artritis -,
una soriasis moderna pela pellejos de mis codos de madera
esos que abandonas a tu antojo,
como si tu casa
no fuera asunto tuyo también.

Otras
pareces gris, o más bien
tus patitas se sienten frías
y cortas mis venas desangradas de miel
con tu desesperación y garras
(¿el amarillo es un colorpoco?)
tu pulso evoca las horas
tu corazón una mezcla de mayo y junio,
preocupada en tu ligera vanidad
por los oficios del hogar que no atiendes,
por el marido y los hijos que nunca alimentarás,
frío serrano de pesadillas recientes.
Cuando ocurres así
no me salen más que preguntas:
si lo viste, si lo extrañas,
si tienes ganas de él, si te dijo algo,
si sientes esa extraña atracción por las cosas
que antes fueron y significaron algo,
si quieres escapar corriendo
cruzar el mall
y tomar conmigo el café.
Ahí me clavo las hojas a las yemas axilares
impidiendo que me broten palabras
o sonidos parecidos que asemejen un consejo.
Entrenudos,
comprendo el abrazo y el silencio
como una revelación que prefiero abortar.

Finalmente
hubieron tardes secas llenas de llantos,
fieros, apretados y rechinantes llantos,
llantos brillantes como tumbas de papel para tu plegaria incandescente
llantos volcánicos cual azogue desesperado de tu soledad viscosa
llantos optimistas imaginando el vértigo de días sin mentiras
llantos fúnebres rezando a tu madre recién asesinada hace tanto tiempo
llantos marginales, donde dormida, gritas de ciudad y gimes de
campestre.
Llantos mil veces entretejidos al canto de una sirena,
confundiendo el chillido de una zorra con el Aullido de Ginsberg.
No encuentras el alivio imposible que necesitas.
Mis raíces dibujan fractales bajo la tierra
taladrándola,
sepultándose,
sumergiéndome,
mientras mi cuerpo entero resiste el embate
de tu liberada estridencia.
Así fue la historia de nuestras tardes,
Pura,
valiente el corazón para contarlas
mientras que otra vez allí,
el sol da frutos de invierno mientras se devana
en el horizonte de oriente,
y mi carne
cae lejos de los Apus
donde solías jugar.

 

La Jungla de Calais: nos cobija a los seis mil con una esperanza del tamaño de los ridículos pies de una abeja de anilina. Había alcanzado a poner ropas en una bolsa antes de la explosión. Una parte de mí salió de aquella casa jadeante y logró escapar junto a otros, fatalmente solos. Al llegar al purgatorio de Inglaterra fuimos testigos de la transformación de La República en un derroche lírico de signos irreales y en el canto sepulcral de nuestros niños encendidos comprendimos que nuestro destino es un grito vencido que se acurruca en las tinieblas. Sudaneses, afganos y sirios quemamos las tiendas de campaña donde guardamos los despellejados días de purga en una Francia que nunca será amiga. Hijos de una civilización declinada pensamos que corríamos lejos de su caligrafía, pero el itinerario del odio nos devolvió al occidental silencio de un candil que nos calcinó las miradas con delirantes erizos de sol. Una parte de la parte que sobrevivió de mí, resistió a esta segunda masacre. Esta macabra lotería de navidad lleva una largueza triste, un domingo burgués. La sólida geometría de la soledad persiste entre las balas y las bombas con su indeterminado sentido de las distancias. No esperamos ser libres, empezamos a rezar para que el enemigo acierte el tiro piadoso en la sien. Todas las partes que de mí sobrevivieron no pudieron contra el dogma, la trompeta, el caballo, la tela floreada, el tanque de bencina, los amantes, la metáfora y el tiempo. Pero ya verás, un pez de mi raza quedará en este espejo y con los milenios, será hombre y mujer de tu tierra, rarefacción de las estrellas que te guiará a un nuevo y dorado mesías que sembrará luciérnagas expansivas bajo tus pies y entonces, solo entonces, verás la luz.

acerca del autor
Javier Manuel

Javier Manuel Rivera (1978, Arequipa - Perú) es Ingeniero Químico titulado, especialista en Administración y Gerencia de Proyectos. Coach Internacional certificado por ICC de Londres con especialización en Coaching Ontológico. Becario de la Fundación Alemana Friedrich Naumann para estudios de Economía y Globalización en la Theodor Heuss Akademie en Gummerbach. Publicó su primer libro de poemas “Cronopláceos” en 2012. A partir de los aprendizajes de diversos talleres de poesía y luego de una producción que abarca los años 2014 y 2015 nace “Parasomnias y otras identidades del recuerdo”, su segundo poemario. Ha participado en diversos recitales de poesía y actividades culturales en la ciudad de Arequipa, asistió como invitado a la Caravana Poética y el VI Festival de Poesía de Lima 2015 donde presentó sus poemas en la Casa de la Literatura. Ha presentado sus libros y otras lecturas en la FIL Arequipa 2014 y 2015 y en la FIL Cusco 2015 y participó en el Festival más antiguo de poesía en el Perú: Enero en la Palabra 2016.