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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
1 4 2019
Cuatro voces ontológicas de José Miguel Navas

ESTEBAN CORRE

Elegimos un lugar para huir
para enfrentarnos a nosotros mismos

subimos las escaleras del hotel
avergonzados
detrás el mundo y su juicio
delante la verdad
sobre los pecados de la ciudad

nos vencemos
estamos arruinados
somos la minoría en una historia
pasamos ocultos por el mundo
quedamos suspendidos en los bares del centro
nosotros el germen que nos tienta
esta vastedad
una  isla contenida
 tierra enferma
probamos la orilla
y acabamos en ella.

 

LA ROSA ABSTRACTA

Mis pechos jamás darán leche
mis brazos no aguantarán tus lágrimas
serás el hijo de cualquier otra
la hija que se parece al Padre

tú jamás probarás mis senos
solo hay cicatrices
                   Hoy soy una breve mujer.

 

TORSO FRAGMENTADO

I
No llegaban los nietos
pero sí las lluvias de abril
el anhelo no era mío sino de los míos
mi herencia fallaría
y mi padre lo supo
el día que mi odio se volvió hombre
faltaban los años
y me sentía muerto
la gente me hablaba de esposas
de mujeres que jamás besé
me encerraba
Temía que la pregunta se hiciera desdicha
un día pregunté a los amigos de mi padre
si mis hijos podrían ser libros
a los poetas les gusta a veces ser celebrados por los mortales
porque fuera de uno
la injusticia del habla
me deja mudo
y mi verdad
solo sale a medio labio

II
me he vuelto inmune
a los deseos de mi Padre
a la ética de los vecinos
que mi verdad sea mi mentira
que me tomen por trepador
que el amor sea una fábula,
mi cuerpo es la desdicha de las mujeres
los hijos que tuve
serán el polvo de los estantes
mar que habito sin conocer su fin

III
la noche ya no es el lugar del silencio sino de todos los ruidos
en ella soy todos los hombres
aparecen dibujados en mi pared los gritos de mi Padre
mi esperanza es la taza de té
mis pies me atan
permanezco perenne a la terquedad
es un falso sol el que me alumbra
aparecen los signos de la paradoja
es el día el silencio más contundente de mi vida
la gente es silencio, me calmo
el ruido está lleno de silencio
le temo al aire, pero más le temo a quien lo respira
llega la noche y con ella el ruido
los hombres aparecen con espadas
hechos de recuerdos
de culpas
parecen muchos padres
intento huir pero intuyo salidas en falso
esta vez la salida no es la puerta de la casa sino uno mismo

IV
mi sangre es la quimera de los pájaros
los ángeles son hombres que habitan mi noche
ellos molestan mi ser
la mujer que soy
son tus hombres
esos malditos sabios
Que son todos los cuerpos.

 

QUIERO NUEVOS PAISAJES

  atrás quedó
     el deseo clausurado

Pablo, Quiero un nuevo paisaje. Quiero nuevos árboles, distintos a estos que me cubren,
quiero nuevas sombras. Necesito nuevos paisajes.

En tu país nos llaman —los afectados—. No soy Fuerte —lo sabes—, pero quizás en la libertad
del primer mundo lo sea. y Seamos por supuesto amantes, acompañando nuestra amistad
con buenas comidas, tragos, vino y sexo rudo.

Isis se ha ido a Miami ha dejado atrás a Carlota, la ha cambiado por la libertad de andar en
bicicleta de noche, ella toda libre, toda mujer.

Entonces Pablo, llévame hacia ese paisaje que me narras, en ese lugar ajeno de venecos,
donde asumo otra categoría mejor dicho dos, un sudaca - afectado -.

Ando guardando billetes, de forma metafórica. Acá solo funciona el digital y el extranjero.
 
        Yo solo espero,
                       por ese nuevo Paisaje.

acerca del autor
José Miguel

José Miguel Navas, Valera (Venezuela), 1992. Poeta, Licenciado en Comunicación social mención periodismo impreso. Ha publicado tres libros de poesía en Venezuela. Su libro "Fanny", 2018, inédito, recibió el premio ganador del certamen Buscadores de libros Puerto Ordaz tercera edición. Fue invitado a la Feria Internacional del libro de La Habana. Ha trabajado para la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello y NSB editores. Trabaja como productor radiofónico y periodista editorial.