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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
10 9 2001
"Los simulacros de Klossowski" por Héctor Loaiza
Según Klossowski, el artista debe desaparecer en su obra. La perseverancia casi monacal de la creación desinteresada —en el sentido más humilde—, sin otro gozo que el de producir un objeto de contemplación." Fue también amigo de los más grandes escritores y ensayistas franceses, Georges Bataille, así como de quien será más tarde el célebre psicoanalista Jacques Lacan, de Michel Leiris y Maurice Blanchot. A partir de 1939, Klossowski, tras haber padecido una crisis metafísica, hizo estudios de Teología. Con su hermano, el pintor Balthus, fueron profundamente impresionados por el simbolismo de la liturgia romana, empezaron desde entonces a confundir el lado puramente estético de la obra de arte con el de la iconografía religiosa, la medioeval y la barroca que les incitaron a cultivar las imágenes, en cualquiera de sus formas, profana o sagrada, que debían siempre, según Klossowski, "bañar en la 'oscura claridad' de los santuarios…" No sólo escribió novelas que giran en torno a las aventuras eróticas de su personaje, Roberta, sino que cultivó también el ensayo, entre los que se destaca la reivindicación del Marqués de Sade, "Sade mi semejante" (1947". "Un si funesto deseo" (1963), "Nietzsche y el círculo vicioso" (1969) y "Los últimos trabajos de Gulliver seguido de Sade y Fourier" (1974). Y por último tradujo del latín "La Eneida" de Virgilio, del alemán los "Poemas de la locura" de Hölderlin, los poemarios de Rainer Maria Rilke, la "Gaya Ciencia" y "Los fragmentos póstumos" de Nietzsche, el ensayo "Nietszche" de Heidegger, el "Tractatus logico-philosophicus" de Wittgenstein… Desde 1970, Klossowski recurrió a la pintura como soporte para seguir plasmando sus "fantasmas" —en la más pura tradición psicoanalítica—, como otros creadores utilizan la fotografía y el cine. Sus lienzos son recreaciones de las escenas más escabrosas de su trilogía novelesca, "Las leyes de la hospitalidad" (1). Narra siempre los mismos temas obsesivos y repetitivos que lindan con el ritual erótico:"Roberta y las barras paralelas" (este tema fue pintado seis veces), "Roberta en el pasaje Choiseul, "Roberta en el hotel de Longchamp", "El temor de Roberta", etc. Recurre en su obra a todos los recursos imaginativos, fragmentos autobiográficos, plásticos, literarios y cinematográficos (en la película del cineasta francés Pierre Zucca, "Roberte ce soir" [Roberta esta noche], adaptación de la novela del mismo título, Klossowski desempeña el rol de Octavio y su esposa, el de Roberta). Tanto la obra literaria como la pictórica revela una reflexión casi escolástica sobre las relaciones del cuerpo con el alma y sobre la salvación. "Para mí el cuadro es un simulacro —declaró en el Nouvel Observateur en febrero de 1982—. No es un simple objeto que se cuelga para decorar el muro. Es un instrumento, el lugar en que se cumple una operación exorcisante: simula un fantasma obsesivo que es invisible y que no se puede comunicar. De ahí el carácter teatral de mis composiciones: organizo en éstos una pantomima de mis temas "fantasmáticos" (2)." No es casual que esta tentación por la mise en scène esté presente en sus dibujos, del mismo modo que en susnovelas. No vaya a creerse que el papel de Roberta sea pasivo, el de la mujer/objeto y el de Octavio (el pintor/narrador) activo, casi demiúrgico. Sus personajes están ligados por una complicidad lúdica, como la relación que se establece entre los actores y el público. En ese sentido el artista coincide con la moral de la vergüenza de Georges Bataille: "No hay voluptuosidad sin vergüenza y no hay vergüenza sin voluptuosidad." En el cuadro "Roberta y las barras paralelas", una mujer elegante es conducida por la fuerza a un gimnasio subterráneo, no muy lejos del Palais Royal. Se la ve atada con correas a las barras y despojada de su falda. Esta escena confirma la idea de Klossowski sobre el cuadro en general: el instante de la más grande violencia. "Toda la escenificación" explicó, "está bajo la influencia demoniaca del mutismo. El rechazo de la palabra - el silencio -, la imposibilidad de intercambiar la más mínima palabra, se confunde con el mutismo del cuadro. Si el maníaco la ha atado a las barras y lame la palma de Roberta, es aparentemente por el hecho de su función social, la Inspectora de la Legión de Honor tiene ahí habitualmente el lápiz rojo de la censura." Klossowski parece estar guiado por la idea-fuerza de la recreación de los simulacros —como en la representación figurada de las divinidades paganas—para actuar desde un punto de vista moral en la consciencia del espectador. "La realidad" dice definiendo así la existencia, "sólo encuentra su verdad en la reproducción (o en la ficción), en el sentido en que el arte revela en la realidad invisible, lo que la apariencia no hace más que disimular." En una entrevista, publicada en Art Press de París, en enero de 1982, Klossowski definió con lucidez y brillo su concepción del arte: "...La obra es esencialmente el resultado de una coacción y no de una invención arbitraria. No creo que el artista sea en el primer sentido, causa de su lienzo. Padece la causa de un fenómeno que reconstituye. En consecuencia, cuando digo: el cuadro para mí ha sido hecho en un sentido propio al simulacro, reconstituye el proceso de simulación de una presencia que debe identificarse hasta obtener un grado de semejanza. La semejanza comunicada, comunicable que el artista sugiere al contemplador. Y para que esta semejanza sea segura (es el trasfondo de Hermes Trimegisto), Dios debe reconocerse en su propia imagen. Y una vez que se produzca esta identificación de Dios en su propia imagen el mismo fenómeno se produce entre el contemplador y el lienzo del artista. Es decir que el contemplador se reconoce a sí mismo en una región de sí mismo en el cuadro. De ahí que la acción moral rebase infinitamente el simple ejercicio de apreciación estética." (1) "Roberta, esta noche", Ediciones Era, México, 1975. "La revocación del Edicto de Nantes", Ediciones Era, México, 1976. "El soplador", no ha sido traducido al español. (2) Neologismo derivado de "fantasma".
acerca del autor

Pierre Klossowski (París, 1905). Su padre, Erich Klossowski de Rola, fue pintor, historiador de arte y decorador de teatro y su madre, Baladine Klossowski, pintora, de quien Rainer María Rilke estuvo enamorado. Tuvo una adolescencia privilegiada al frecuentar al gran poeta alemán, así como a André Gide de quien fue secretario. Fue traductor (Virgilio, Nietzsche, Wittgenstein, Heidegger), novelista ("Robert ce soir", "Les lois de l'hospitalité") y ensayista ("Un si funeste désir").