Del mismo modo, los artistas que frecuentan el taller, traen sus propias experiencias plásticas y la superposición (o intercambio) con otras, obtienen la armonía y la innovación en las obras creadas. La labor de Hayter ha tenido trascendencia en el arte europeo e internacional. Como pintor y grabador, desempeñó un papel importante en la Ciudad Luz, con su taller de grabado que fue realmente un lugar de intercambio de ideas, de modos expresivos, de estilos y de nuevas técnicas creativas. "Pintó el inicio energético de todas las cosas" señaló el crítico de arte francés Alain Jouffroy, "su explosión —nacimiento del mundo. Es un pionero, un hermano de lo nuevo, en el sentido más cabal de la palabra, la cual se abusa a menudo, pero que ninguna otra puede reemplazarla cuando se trata de definir a artistas como él. Toda la historia de la pintura moderna, después de la guerra, pasa también por él." El principio de base del "Atelier 17" fue alentar las experiencias, "que las últimas novedades técnicas estén al alcance de todos aquellos que deseaban utilizarlas" escribió Graham Reynolds. "Este programa estaba bien establecido en los años treinta cuando vimos a Hayter añadir barniz disuelto a su buril e imprimir con él sobre nuevos materiales, tejidos, la impresión de su propia mano, para agregar un tono, dar un relieve al grabado..." Para Hayter, el grabado fue un instrumento esencial de búsqueda, así como para los artistas que frecuentaron su taller. En 1939, el "Atelier 17" suspendió sus actividades en París, puesto que Hayter y otros artistas se refugiaron en Nueva York. En la gran urbe norteamericana, abrió un taller con el mismo nombre en 1940 y se convirtió también en un lugar de experiencias plásticas de los artistas neoyorkinos y los exiliados europeos. Después de haber regresado definitivamente a París en 1950, volvió a abrir el "Atelier 17" donde se practicaron las técnicas diversas que mezclan el buril y otras técnicas tradicionales con las aventuras con el color recurriendo a las diferencias de viscosidad de la tintas (aligeradas por añadido de disolventes o de aceite), de manera a que los colores, como en contrapunto se unan o se confundan, pero siempre conservando cada creador su independencia. "Hayter ha afirmado en News Ways of Gravure su interés por la utilización de procedimientos semiautomáticos" comentó Graham Reynolds, "para expresar ideas ocultadas en la imaginación del artista. En la medida en que el dibujo automático implica la utilización de la línea, sus aplicaciones con métodos lineales en el grabado con buril y en el aguafuerte son evidentes." Pero cabe señalar que el grabado impone su propia disciplina en lo que podría convertirse en un procedimiento instantáneo o hasta anárquico. "La imagen puede surgir sin directiva consciente en el momento" observó Graham Reynolds, "pero viene de lo más recóndito de la experiencia y debe someterse a las manifestaciones sensibles del diseño, de la línea sobre la placa, del control del ácido en el baño, del entintado, de la preparación de la prensa, del paso de la placa en los rodillos. La práctica que consiste a sacar muchas pruebas obliga a un control permanente y consciente del resultado final." El "Atelier 17" nunca impuso su estilo a los artistas, siempre practicó una visión estética y una pedagogía muy amplias, un movimiento que permita una mayor libertad expresiva en el interior de los horizontes siempre más vastos de la técnica. Después de la muerte del maestro, los sucesores, Héctor Saunier y Juan Valladares en el taller "Contrepoint" continúan esta abertura de espíritu y siguen practicando los principios legados por Stanley William Hayter. Por ejemplo, el método de los colores simultáneos, las técnicas de grabado con varios colores en una sola placa, creando un campo que aliente la innovación. El intercambio entre los experimentados y los nuevos favorece el desarrollo del espíritu de búsqueda y de creatividad.