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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
1 12 2002
“Nos ha dejado Roberto Matta, un gran artista latinoamericano del siglo XX” por Héctor Loaiza <br>
A principios de un nuevo siglo, tras haber tomado distancia del pasado, se puede hablar de los fundadores del arte latinoamericano como el uruguayo Joaquín Torres García, del muralista mexicano Diego Rivera, los argentinos Xul Solar y Emilio Pettoruti, el venezolano Armando Reverón y el brasileño Cándido Portinari.
Tras la desaparición en 1982 de Wifredo Lam, seguido en 1992 por el mexicano Rufino Tamayo, con la muerte de Roberto Matta desaparece otro de los grandes que han construido el arte latinoamericano a lo largo del siglo XX.
Ya señalamos la importancia de su obra en nuestro artículo “Roberto Matta, artista de las metamorfosis”. Queda grabada en nuestra memoria la imagen de un auténtico artista. La crítica europea es unánime en elogiar su genio creador y su vocación plástica asumida a fondo. Por otra parte, su generosidad y su arraigado sentimiento en favor de la justicia, le hizo regresar a Chile durante el gobierno de Allende para hacer frescos y que los sectores más desfavorecidos lo puedan apreciar. Le llevó después a oponerse desde el extranjero al general Pinochet que le despojó de su nacionalidad chilena. Y le hizo viajar a Nicaragua para apoyar al gobierno sandinista de entonces.
Se podría decir que la celebridad no le emborrachó la conciencia como a otros escritores latinoamericanos que por cultivar un pretendido “pragmatismo” (esa visión de los seres y las cosas tan alejada de nuestra mentalidad) se han convertido en los portavoces de un etablishement supranacional.
Si bien no estuvo de acuerdo con éstos, Roberto Matta estuvo también lejos del chauvinismo estrecho. ¿Cómo podría ser nacionalista, si una de las banderas de Pinochet era ésa? Matta se sentía profundamente latinoamericano como lo dijo en una entrevista que le hizo Art Nexus de Bogotá: "La consciencia de lo que es América, lo que es esta tierra, este continente, es diferente de Europa, muy diferente, extraordinario, se está usando mal. Cuando me refiero al verbo América digo que estemos conscientes de lo fuerte que era nuestro arte. Quiero decir la manera como la gente se expresaba en el sentido artesanal de la palabra, antes que los españoles llegaran..." Estas palabras nos bastan para mostrarlo de cuerpo entero.