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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Homenaje
1 10 2004
13 para Isidoro, por Alejandro Margulis

a Isidoro Blaisten, from a long time ago

1. Réprobo prueba Probó contar la historia confiando en que había algo que aún sin su deseo estaba en condiciones de existir. Sería él una clase de escritor completamente opuesto a su maestro, uno amante por ejemplo, con hijos varones que no se llamaran desde siempre igual que él. Cuando llegó el momento de concebir discípulos necesitó de su maestro para saber contra quién peleaban. 2. Paradoja del mentiroso Trató de mentir sin hacerle daño a nadie, honestamente, con desinterés por el resultado. Quiso no imaginar oyentes sino leedores al paso, ágiles en compartir las coartadas de la velocidad y el altibajo. Personas como las de las academias donde uno aprende a leer en diagonal, buscando ecos de sus egos. 3. Texto moderno Lo más fácil fue cumplir con las premisas formales propias de su tiempo: una letra especial, visible hasta de lejos, una sintaxis de párrafos que entrasen en la famosa ventana de las nuevas máquinas de escribir... Los textos funcionaron tan bien a primer golpe de vista que a nadie se le dio por indagar en ellos. 4. Soledad del talento Cuando su canto fue tan dulce que precisó una cadencia única, lo echaron. 5. La extensión del plan Ahora él sabía, por experiencia, que por mucho que uno se propusiera salir a pescar sus vivencias desde un puerto con aguas profundas (creía que el calado de las mismas era inapto para rías bajas o diques para bote a remos), no había pique garantizado desde el vamos. 6. Pesadilla recurrente Se propuso narrarla distraídamente, como el hombre que despierta de la pesadilla que lo tuvo en vilo hasta la madrugada y que no sabe si contárselo a su mujer o irla olvidando mientras se lava la cara. Indecisiones así ocurren sólo con esa clase de desdichas. 7. Gritos y murmullos Decir algo con voz de haber tomado o fumado mucho, voz no ya del murmullo sino de la ronquera. El ronco es ronco porque anduvo gritando demasiado y en cambio quien murmura lo es porque tiene prurito de decir. Además él ya había murmullado mucho cuando joven, cuando muy joven era y murmullaba. 8. Amante Su nombre, como el tuyo o el mío, anda entre los dos. 9. Reprimenda Y entonces decir: ah viejito qué malo fuiste, ah miedoso, así que temiéndole a las represalias del futuro, culposo lo menos, como tortuga sin caparazón. Y decir también: pero si no era necesario salirse de ese modo de la ruta, que total tarde o temprano ibas a caer entre tus propios lazos, zorrino apestoso. Y decir por último: ahora que también yo tengo canas y barba y barriga, y voz de mando, aunque no la use innecesariamente, y sentido del deber, estás completamente fuera. Saberse vencedor en el campo vacío. 10. El cadáver de tu enemigo ¿Es dicha u orfandad difusa verlo finalmente pasar? 11. Valores Era su pretensión dar sentido redactando sin pensar, pero para cuando le llegó esa facilidad de mecanógrafo ya la sintaxis estaba tan incorporada en su mente que no le sirvió de nada. Ya no puedo ser un mal periodista, se dijo y decirlo le preocupó: qué era lo bueno y qué lo malo, a esa altura de la soiré. 12. Ostentación del genio Había terminado de leer uno de los últimos escritos de un premio Nóbel de mediados del siglo veinte, y estaba pasmado por la seguridad absoluta que traslucía ese hombre en el relato de cada uno de sus proyectos. Incluso los reconocimientos de dudas, que cada tanto halló alguno, eran alardes de autosuficiencia creadora. 13. Relatividad de lo religioso Encontró el tono de una nueva serie de rezos aproximadamente una hora después de empezar a probarlos. Creyó acercarse más a Dios. Y empero, la constatación de ese saber fue suficiente para que todo el mecanismo empezara a chirriar una vez más, como al principio. Se acusó de orgulloso y de beato, alternativamente.

30/8/2004

acerca del autor
Alejandro

Alejandro Margulis (1961) nació en Boston (EE.UU.) pero reside en Buenos Aires. Trabajó en los principales medios gráficos de la Argentina y publicó cinco libros: dos de ficción —el libro de relatos "Papeles de la mudanza" (Catálogos, 1988) y la novela "Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma" (Beatriz Viterbo, 1993)— y tres periodísticos —"Los libros de los argentinos" (El Ateneo 1998), "Junior, Vida y Muerte de Carlos Menem (h.)" (Planeta, 1999) y "Reconstrucciones de desaparecidos" (IMFC, 2002). Docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dicta además cursos de escritura literaria y periodismo de investigación on line en el portal de literaturas inéditas.