Todo comenzó cuando Juan Carlos Escotet, Presidente de Banesco, seleccionó uno de los proyectos de Vigas para ser llevado a la escala monumental del muro que cierra la Plaza abierta de este gran conjunto arquitectónico. Se trata de uno de los tantos proyectos realizados por el pintor en París, a principios de los años cincuenta, cuando apenas se terminaban los cinco murales que el arquitecto Carlos Raúl Villanueva le había encargado para la Ciudad Universitaria de Caracas. Vigas cuenta que en la época se imaginaba, ingenuamente, que con el interés que despertarían sus murales de la U.C.V. otros encargos no tardarían en llegar. Cincuenta años han pasado desde entonces y éste, que ahora adorna la Ciudad Banesco, sólo es el primero de su importancia que le piden realizar. Se debe señalar, sin embargo, que gracias al patrocinio de la Empresa Cerámicas Carabobo, bajo el mando del Ingeniero Janos Magasrevy, Vigas realizó, a comienzos de los años ochenta, un relieve mural en cerámica de 30 m2 que adorna la fachada del Ateneo de Valencia, su ciudad natal, a petición de su entonces Presidenta, Tibisay Useche. Vigas expresa, a propósito de su “Trilogía para Banesco”: “yo contaba con el visto bueno, entusiasta, del Sr. Escotet, quien, a la vista del proyecto que le presenté, recuerdo me dijo: “esta obra le a va dar a la Ciudad Banesco, una gracia y alegría que le hacen falta”. Esta frase me sirvió de apoyo en todas las angustias a las que hay que dar la cara cuando uno se enfrenta a semejante reto. Ha sido una hazaña que he podido realizar gracias, en gran parte, a este equipo maravilloso y gracias también al apoyo irrestricto de todo el calificado personal de Banesco que me rodeó, brindándome, a todo momento, su valioso respaldo”. No hace falta aquí enumerar lo que contiene el largo y destacado currículo de Oswaldo Vigas, uno de los artistas punteros de nuestra actual Latinoamérica, quien está preparando, para este mismo año, dos importantes exposiciones que tendrán lugar en importantes Museos de Francia. Lo que sí tenemos que señalar es que, en esta esperada inauguración, hubo un elemento más de emoción para él: la proyección del cortometraje “Los Elefantes nunca olvidan” de su hijo, Lorenzo Vigas, película que ha cosechado numerosas recompensas internacionales.