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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
2 11 2005
Celebrando los primeros cuarenta años de la galería Ruth Benzacar de Buenos Aires, por Alina Tortosa
Así como es inimaginable obviar las influencias de Aldo Pellegrini (1903-1973), de Jorge Romero Brest (1905-1989), o la influencia queda de Germaine Delbecq, es inimaginable pasar por alto la contribución de Ruth Benzacar. Ruth Cadem Issaharoff nació en Buenos Aires el 6 de julio de 1932. Sus padres, Judith y Gabriel Issaharoff habían nacido en la antigua Persia. Llegaron a la Argentina pasando por Rusia. Su personalidad formada en el seno de una familia de viejas tradiciones judeo-orientales se forjó en la búsqueda de respuestas a sus inquietudes. Desde muy joven su interés por la literatura, por la creación artística, por la evolución política y cultural de la Argentina, por la comunidad Sefardí en la Argentina y en el exterior dieron cuenta de una personalidad curiosa, intensa y apasionada. En 1951 DESA -la Delegación de Entidades Sefardíes Argentinas- organizó una selección de personalidades para viajar a Israel para que estas cuenten sus experiencias y sus vivencias. Ruth, de diecinueve años de edad entonces, fue una de las invitadas a hacer este viaje. Se casó con Samuel Benzacar, quien había logrado una muy buena posición económica, durante la cual coleccionó obras de arte argentinas. Cuando Samuel atravesó por una crisis económica importante, Ruth incorporó a sus inquietudes intelectuales y culturales la promoción y venta de las mismas obras que había coleccionado atinadamente Samuel. Desde un principio nuestra heroína comprendió que hablar de arte era compartir ideas, atraer a los que parecían distantes o indiferentes y hacer hablar a aquellos que estaban en el tema, fuesen estos artistas, críticos, historiadores o espectadores ilustrados. Para Ruth nunca se trató solamente de vender un objeto, por mucho valor estético que este tuviese, siempre sumó a este el valor agregado de ser el resultado de un esfuerzo individual, alimentado por una historia colectiva insertada en un tiempo y un espacio determinados. A lo largo de su trayectoria como inquieta marchand fue promotora, guía, enjuiciadora y tutora de muchos de los miembros de la comunidad de artes visuales, de jóvenes y no tan jóvenes coleccionistas, y atenta gestora de procesos simultáneos que abrieron el camino al reconocimiento local e internacional de autores argentinos. Supo captar las tonalidades psicológicas de un público amable pero esquivo, y el interés de aquellos que aún no se habían acercado al arte argentino moderno y contemporáneo. En 1964 vendió las primeras obras en su casa de la Calle Valle en Caballito, donde vivía con su marido y sus hijos Orly y Ariel. Y ahí se hicieron las primeras reuniones en las que cada vez un artista comentaba su obra, y a la que asistieron intelectuales de todas las disciplinas. Esta casa, como el departamento señorial de la calle Talcahuano al que se mudó la familia en 1975, son hoy parte intrínseca de nuestra historia del arte. Muy pronto los salones y los pasillos anchos del departamento de la calle Talcahuano no dieron abasto para exponer, alojar la trastienda y recibir a los visitantes. El espacio de exposición, la recepción, la trastienda, el archivo y la parte administrativa se mudaron al lugar que ocupa hoy en Florida 1000. Las comidas reuniones y agasajos se siguieron llevando a cabo en Talcahuano hasta la muerte de Ruth el 15 de mayo de 2000. Hoy es su hija Orly, la actual directora de la galería, quien recibe y agasaja en su piso alto, austeramente elegante, en Marcelo T. de Alvear. Cabe destacar las relaciones que la dirección de la galería -léanse Ruth y Orly- supo establecer a largo plazo, tanto con artistas, como con visitantes a la galería y con sus clientes, que terminaban siendo amigos de la casa. Luis Fernando Benedit y Liliana Porter son dos buenos ejemplos de artistas que trabajaron con Ruth durante casi tres décadas. Jorge Macchi, Pablo Siquier, Ernesto Ballesteros, Marcelo Pombo y Miguel Harte, entre otros, convocados por Jorge López Anaya y por Ruth Benzacar a exponer muy jóvenes a fines de los ochenta, siguen estrechamente ligados a la galería, tanto en lo profesional como en lo afectivo. Hasta hace seis años Ruth Benzacar era la única galería de arte que pudiese considerarse contemporánea. En los últimos cinco años se han abierto otras que exhiben arte contemporáneo en distintas zonas de la ciudad con gracia, talento y dignidad. Aún así, por su trayectoria, por su contribución a la investigación, por su registro de datos, por la promoción de artistas jóvenes talentosos, por las relaciones internacionales que cultivó Ruth y que Orly sostiene, sigue siendo nuestra primera galería de arte contemporáneo. El 19 de diciembre se presenta en Buenos Aires un libro sobre la vida de Ruth Benzacar, un proyecto entrañable impulsado por Norberto Frigerio y Gabriel Werthein, con total apoyo de Orly y Ariel Benzacar, y con la colaboración de Mauro Herlitzka, Ferdinando Bocca y Juan Vergez, entre otros. La Fundación Espigas, que preside Herlitzka se hizo cargo de la edición. Ésta lleva un prólogo de Jorge López Anaya, Daniel Larriqueta es responsable de la narración biográfica y Victoria Verlichak de los comentarios sobre las exposiciones que se llevaron a cabo durante estos cuarenta años. Un CD con textos e imágenes de todas las muestras que se hicieron completa este proyecto. Este libro, impecablemente editado e ilustrado, es un aporte biográfico valioso. Y es el símbolo material de la herencia riquísima que nos dejara Ruth Benzacar: la posibilidad de analizar, comunicar y promover.
acerca del autor
Alina

Alina Tortosa nació en Buenos Aires. Vive y trabaja en esta ciudad y en Pan de Azúcar (Uruguay). Sus libros anteriores son, de poesía: Las piedras bajo el agua, Centro y Periferia, y Ritual doméstico, de cuentos: Cuentos burgueses, El jardín de la abuelita Ana y otros cuentos, La entrevista inédita y otros cuentos y la novela Los anteojos de Clara (2004). Escribe sobre arte contemporáneo en catálogos y en publicaciones periódicas. Fue columnista de arte del Buenos Aires Herald de 1998 al 2004. Ha curado muestras en Brasil y en Buenos Aires: los Espacios Emergentes Federales en Expotrastiendas 2004, en el Centro Cultural Recoleta (2004), en el Museo de Arte Moderno (1991) y en Brasil: el envío argentino de la Mostra América, Curitiba, en 1995 y "Xul Solar/Jorge Luis Borges: Lengua e Imagen" en Río de Janeiro y en San Pablo, 1997 y 1998.