Jueves 02 | Mayo de 2024
Director: Héctor Loaiza
7.273.009 Visitas
Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
resonancias.org logo
157
Arte
11 1 2006
José A. Vargas, renacer de una ciudad perdida, por Arnulfo Agüero
José A. Vargas, ha plasmado sus recuerdos de Managua, en una serie de telúricos grabados sobre vidrio: “Incendio en el Centro”, “Un día después”, “Ciudad alambrada”, “Reflejo en el Xolotlán” y “Renacer de una ciudad perdida”. Esta pequeña serie ha sido recopilada en el transcurso de tres largas décadas, pintadas silenciosamente con la nostalgia de un Managua, al que todavía no se le cierran las heridas del traumático episodio sísmico. Otros artistas, como Leoncio Sáenz, nos cuenta de que él soñó este terremoto, antes de que el mismo aconteciese. Para el Premio de Humanidades, Fernando Saravia, quien perdió a una de sus tres hijas en el terremoto, nos afirma, que también la “Gran Escuela Nacional de Bellas Artes” que existía, también murió con el fatídico colapso terráqueo, ya que el talento que hoy existe deja mucho qué desear. Saravia, nos agrega, que sólo dos obras, con este tema pintó unos tres meses después, a la que llamó “Grietas”, y que hoy su máximo sueño es ver un parque como el Malecón, lleno de coloridos y floridos árboles nacionales. Santos Medina, también agregó que no ha podido pintar este acontecimiento, por el dolor magnificado de la tragedia. Entretanto el pintor Hugo Palma, nos expresó que cuando pasó el temblor, él se encontraba en Italia, y que regresó en los primeros días de enero, a recoger y levantar el símbolo de la majestad de su casa: El Aguila, una escultura emblemática que construyó Edit Grön. No sólo pintores han tocado este tema, sino también poetas, músicos y periodistas, como el Mártir de las Libertades Públicas, el Dr. Pedro Joaquín Chamorro, quien escribió su relato breve Richter 7, y en su entrada citó un texto de, Los hombres ebrios de Dios, de Lafarriere que dice: “ Hay un río de fuego que hierve sobre/ nuestras cabezas, tan alto como el cielo/ y otro río debajo de nosotros... En el momento/ en que se hace una plegaria por nosotros,/ recibimos un poco de reposo”. Vargas ha pintado sus obras, silenciosamente y con nostalgia de Managua, en el transcurso ocasional de 20 años. “Ese día jamás lo olvidaré: vino el estremecimiento telúrico y me sentí muuuerto, y segundo después... vivo; porque automáticamente recordé la cita que tenía con mi novia, en el destruido centro de diversiones, Plaza, (el que estaba frente a la Catedral); aquí murieron muchas personas, sé que murieron muchas”, recuerda. Sobre la temática posterremoto, Vargas ha llevado al papel y el vidrio, los recuerdos de los mismos, plasmando así sus alegorías nostálgicas. Es así que él mismo nos explicó, que su obra “Temblor a medianoche”, fue a partir de la visión que tuvo desde las Mercedes, de ver cómo Managua temblaba y la gente huía en todas direcciones. Esta imagen ha quedado calada en sus recuerdos desde hace treinta años. El uso de los colores grises y fuertes atestigua este impacto. Otra de sus exclusivas obras se llama “Incendio en el Centro”, en esta escena capta, el fuego rojo de los edificios destruidos, hierros retorcidos, incandescentes y derretidos, unidos a una atmósfera llena de humos mortecinos. Un “Día después” (o ESCOMBROS I), sintetiza anímicamente la infraestructura de la capital en planos diversos, destruida por las fallas tectónicas. Este paisaje de vista área vertical, plasma también la imagen del Lago de Managua. El artista irónicamente nos comenta, que también está incluida la “Falla de Somoza”. Otras de las obras como permanente homenaje es “Reflejo de los escombros del Xolotlán”, esta es la historia de una ciudad derribada a golpes por la poderosa “bola de hierro” del Ministerio de la Construcción y sepultados sus escombros en las costas del lago. Managua así, históricamente viene a ser la segunda ciudad sepultada por una tragedia y por su débil infraestructura ingenieril, la primera fue León Viejo, enterrada por una espectacular erupción volcánica.
acerca del autor

José Alejandro Vargas nació en 1954 en Granada (Nicaragua). A los 15 años se trasladó a la capital, Managua. A los 20, estudió dibujo publicitario. Incursionó en el dibujo arquitectónico debido al auge de construcciones generadas a raíz del terremoto de 1972. En los años 80, aprendió serigrafía utilizada en la propaganda política y formó un taller con sus hijos. Se capacitó en arte como autodidacta y se hizo pintor. Estudió técnicas y las aplicó a sus propias experimentaciones. Recibió cursos de acuarela, grabado litográfico y flexográfico. Su obra se ha expuesto en los EE.UU., España, en Centro y Suramérica. Miembro activo de la Unión Nicaragüense de Artistas Plásticos. Actualmente se dedica a la docencia y está incursionando en el arte digital.