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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
13 2 2006
Xul Solar, Jorge Luis Borges: una relación entrañable, por Alina Tortosa
En 1996 Paulo Herkenhoff, curador e historiador carioca y atento investigador del arte latinoamericano, me propuso curar juntos una muestra sobre la relación que mantuvieron Xul Solar y Jorge Luis Borges, tema que hasta entonces se había mencionado reiterativamente en los textos y notas sobre la obra de Xul, pero que nunca había sido discutido en profundidad. Esta sugerencia se convirtió en “Xul Solar / Jorge Luis Borges: Lengua e Imagen”, exposición que se llevó a cabo en el Centro Cultural Banco do Brasil, Rio de Janeiro del 1º de octubre de 1997 al 11 de enero de 1998; y del 21 de enero de 1998 al 1º de marzo de 1998 en el Memorial de América Latina en San Pablo, sin la co-curaduría de Herkenhoff, dado que al poco tiempo de esa primera conversación sobre el tema, él fue nombrado curador de la XXIV Bienal de San Pablo que tuvo lugar en 1998. Pero aunque Herkenhoff no compartió conmigo la responsabilidad material de esta curaduría día a día por estar abocado a la organización de la Bienal, fue indiscutidamente el autor intelectual de esta muestra. Yo fui quien corporizó sus inquietudes teniendo en cuenta las conversaciones que tuvimos sobre ambos hombres. Para Herkenhoff esta relación entre Xul y Borges representa el momento crucial en el que se sientan las bases de un pensamiento moderno en la Argentina, en el campo de las artes visuales y en la literatura. Representa también la relación entre pares, en la que el pensamiento de uno nutre al otro, y recuerda significativamente la que se dio en el Brasil entre Tarsila de Amaral y Oswald de Andrade. Es en esa misma etapa que Brasil y Argentina entablan un dialogo cultural, diálogo que se ampliará en las décadas siguientes. El proceso de investigación sobre cada uno de ellos se convirtió para mí en un contrapunto entre sus personalidades y su producción. Xul fue un punto de convergencia de influencias culturales diversas, multilinguísticas, un inquieto receptor de antiguas melancolías centroeuropeas en diáspora. Borges pertenecía al mundo en el que nació. Sus padres fueron protagonistas de destinos que le eran propios desde sus cunas. Xul creo un personaje ajeno a sus ancestros, que venían de disciplinas dispares a las que él ejerció; la creatividad de Borges se desarrolló como una consecuencia natural de su manera de ser y de la educación que recibió. La muestra se llevó a cabo con obra de Xul de colecciones privadas y públicas y con el archivo de Borges de la Fundación San Telmo, este último curado por Nicolás Helft. Las imágenes iban desde los dibujos infantiles de Borges a las obras maduras de Xul, ilustrando su percepción de mundos indoamericanos antiguos o de posibles ciudades ideales futuras. Es interesante constatar que Borges, a quien en determinados momentos los intelectuales argentinos tanto de izquierda como de derecha nacionalista lo negaron como escritor por pertenecer a una familia de origen patricio o por razones ideológicas, siempre se ganó la vida con su trabajo, al igual que sus padres. El padre de Xul Solar siempre lo mantuvo a él, a su madre y a la tía con la cual convivió en Buenos Aires y en Zoagli, y eventualmente, Xul se mantuvo con los alquileres de casas compradas por su familia para ese fin, lo que ciertamente no le quita mérito a su obra, pero si pone en evidencia prejuicios irrelevantes. En sucesivas reuniones con Mario Gradowzyk, quien escribió sobre Xul en el Catálogo, y con Nicolas Helft, quien escribió sobre Borges, decidimos ilustrar la trayectoria de ambos autores en tres etapas: las infancias en Buenos Aires, la estadía de ambos en Europa, rica en estímulos, y sus retornos a Buenos Aires donde finalmente se conocen. Es entonces que estos autores establecen una relación sostenida por largos diálogos sobre sus preocupaciones místico-esotéricas y poético filosóficas, compartiendo a la vez la necesidad de abrir una brecha modernista dentro de una colectividad intelectual y artística anquilosada. Ambos intervinieron activamente en proyectos culturales como las revistas Martín Fierro y Destiempo, alrededor de las cuales se polarizaron los intelectuales de vanguardia. Los procesos creativos de ambos fueron muy diferentes. En Xul adolescente, melancólico e inseguro, sentí las fuerzas centrífugas que lo angustiaron sin que llegase entonces a comprenderlas, “se angustia y se deprime ante un mundo que siente hostil y limitado, y ante la imposibilidad de encontrar formas de expresión adecuadas. Se propone entonces crear otros mundos, lugares ideales, en los que el hombre juegue o cree, piense o medite sin verse acotado por los límites que le imponen una sociedad pacata, regulada por dogmas convencionales. Sus primeras pinturas expresionistas y simbolistas describen esta angustia y esa sensación de desamparo que lo agobia. En Europa trabaja la identidad del hombre y de la pareja en sus retratos, en los que los rostros se superponen y desplazan por la tela, o desde las que uno o varios pares de ojos nos miran. Adquiere un manejo sutil y poético del pincel, tomando y procesando datos de Klee y del movimiento Futurista. Sus personajes, graciosos y ágiles, o hieráticos, pueblan espacios estéticos metafóricos. De vuelta en Buenos Aires seduce a todos los que se le acercan con sus largas charlas eruditas y sus reflexiones originales, su biblioteca en la que se encuentran libros imposibles de hallar en otro lado, la creación de idiomas y religiones, de juegos y la composición de música”(1). Estas, con el tiempo se resolvieron en las múltiples disciplinas que desarrolló a lo largo de una vida adulta extremadamente productiva. En Borges su vocación de escritor fluyó naturalmente, como más tarde fluiría su capacidad de orador, a la que llegó por necesidad económica, descubriendo que era algo que sabía y que le gustaba hacer. Un ensayo de Patricia Artundo: “El vanguardismo de viaje: las relaciones entre Argentina y Brasil en los años 20 (1920)”, elaboró este tema, sobre el cuál se había escrito en Brasil, pero no en la Argentina, y Annick Louis escribió: “Eventos: el color del encuentro”, sobre la amistad intelectual entre pares y sobre la amistad de Xul y Borges en particular. Desde 1998 en adelante se han hecho retrospectivas importantes de Xul Solar en la Argentina, en España y en Estados Unidos. Su nombre y su obra, antes del conocimiento e interés de especialistas y de algunos espectadores ilustrados, han tomado dimensión pública. La Fundación Pan Club, fundada por Natalio Povarché, ha permitido en los últimos cinco años el acceso de investigadores a los estudios esotéricos de Xul. En su momento, tanto la viuda de Xul, como los allegados a la Fundación y al Museo Xul Solar, también fundado por Natalio Povarché, temieron que sus trabajos ligados a indagaciones metafísicas no tradicionales, o no cristianas, empañaran el mérito de su obra pictórica. Con el tiempo Povarché y otros han comprendido que no sólo no le quitan mérito, sino que le agregan interés. Sobre Borges, ya hace mucho tiempo que no es necesario hacer apologías. Su obra es leída con interés, curiosidad, entusiasmo y pasión en todo el mundo. Se ha estudiado desde ángulos distintos en lenguas diversas desde distintas disciplinas. Su nombre se ha introducido en el inconsciente colectivo, aún en el de aquellos individuos que no lo han leído. Hoy no podemos pensar la literatura argentina sin Borges, no podemos pensar la literatura universal sin Borges. No podemos pensarnos a nosotros mismos sin Borges. (1) Introducción de Alina Tortosa en el catálogo de “Xul Solar / Jorge Luis Borges: lengua e imagen”.
acerca del autor
Alina

Alina Tortosa nació en Buenos Aires. Vive y trabaja en esta ciudad y en Pan de Azúcar (Uruguay). Sus libros anteriores son, de poesía: Las piedras bajo el agua, Centro y Periferia, y Ritual doméstico, de cuentos: Cuentos burgueses, El jardín de la abuelita Ana y otros cuentos, La entrevista inédita y otros cuentos y la novela Los anteojos de Clara (2004). Escribe sobre arte contemporáneo en catálogos y en publicaciones periódicas. Fue columnista de arte del Buenos Aires Herald de 1998 al 2004. Ha curado muestras en Brasil y en Buenos Aires: los Espacios Emergentes Federales en Expotrastiendas 2004, en el Centro Cultural Recoleta (2004), en el Museo de Arte Moderno (1991) y en Brasil: el envío argentino de la Mostra América, Curitiba, en 1995 y "Xul Solar/Jorge Luis Borges: Lengua e Imagen" en Río de Janeiro y en San Pablo, 1997 y 1998.