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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
1 9 2006
Aparicio Arthola: expresionista nicaragüense grotesco y erótico, por Arnulfo Agüero
Sin pretender asociarlo, con las expresiones del grito, de la rabia, de la locura, o del terror y feísmo rudo de los grandes como Edvard Munch, Francis Bacon, Vincent van Gogh, Francisco de Goya, Jean Dubuffet… Las fantásticas pinturas y esculturas de Aparicio Arthola (1951, Piedra pintada, Nicaragua), son representaciones personalizadas y con mucho ingenio desconstructor, de la angustia interna, caricaturizada e ironizada con poder de escándalo hacia el exterior indolente. Se puede percibir, cuando hablas con este artista de mirada huraña y nerviosa, su tensionada cosmovisión de lo grotesco de su art brut, de lo melodramático, emergidos de sus obsesiones y frustraciones personales exteriorizadas y exageradas como íconos de violencia, miedo, soledades e injusticias sociales de su país, Nicaragua; o de cualquier parte del mundo. Cabe recordar que el expresionismo apareció como una reacción a los modelos del arte clásico. Resulta paradójico ahora ofertar belleza y fealdad a través de objetos repugnantes e impúdicos. Hoy, muchos defienden que: la pintura o video de un rostro feo o deformado puede incluso llegar a ser “muy bello y sensual”, hablando estéticamente. Esto parece ser la lógica de la ironía y el relativismo posmodernista, ecléctico o de contracorriente que incluye hoy en sus salones, sin rubor obras fotoerrealistas, o imaginería erótica kitsch, resucitando las pretensiosas modas del pasado, o bien obras abstractas o conceptuales de las más absurdas, agresivas y escandalosas. Estas acciones lúdicas de posmodernidad, sin duda hacen que resulte más fácilmente asimilable por la cultura popular o de masas, por las reacciones de impacto que estas buscan. En estas atmósferas de su tiempo se mueven las formas simbólicas deformantes o distorsionadas de Arthola, pintor y escultor del escándalo, del miedo, del monstruismo humano y erotismo satírico. Pintor y escultor de los desechos encontrados, de las instalaciones, de la escultura de madera y cemento… de la tierra de tempestades: Nicaragua. El director del Museo-galería el Águila, Hugo Palma dice de el: “su estilo es ecléctico, ingeniosamente se apropia de trozos de tela, pedazos de cadena, tuercas, tornillos, cajas de metal que incorpora a sus esculturas hechas de yeso mezclado de cemento o madera, pintados luego en colores fuertes”. Y agrega: “la obra de Arthola es expresiva, cruda, dura pero al mismo tiempo divertida, sarcástica. Es como un grito que no se siente, pero que se ve”. En 1995 sus obras fueron seleccionadas por la curadora Joanne Bernstein y exhibidas itinerantemente por el Harris Museum and Art Gallery, en las ciudades de Preston, Leicester, Sunderland, Brigton, Hudderfields y Londres. Pero sus inicios en las colectivas arrancan desde 1981 al exponer internacionalmente en Washington, Barcelona, (Mostra d’ art erótico, Artlugi. Pero zompopi), Zurich, (Trascultura), Holanda, Cuba, Panamá. Y en Nicaragua en la galería de Artefactoría, (la instalación, nos vidrios en Paris”), Galería el Águila, Génesis, (Rompiendo con la imposición del silencio instalaciones), Praxis, y el Museo de Arte Contemporáneo Julio Cortázar”, con pinturas y esculturas. El crítico francés, Norbert Bertrand Barbe, respecto a una de sus muestras de 1988, en la galería Artefacto apuntaba: Arthola en su doble aspecto pictórico y escultórico es la conjunción de las corrientes expresionistas y dadas. Sus pinturas (como Los bardentes rojos, De retorno mamá), resaltan ambientes nocturnos con escenas de violación, sexo y borracheras”. Asimismo señala que como Nolde, Ensor, y de alguna manera, van Gogh, utiliza la iconografía religiosa para criticar la doble moral. Rompiendo con la imposición del silencio, fue otras de las muestras personales, expuesta en el Museo-galería Génesis. De este admirable y controversial artista, y maestro de escultura alternativa, por más de tres décadas, el poeta Álvaro Urtecho dice: “Los personajes de Arthola son fundamentalmente nocturnos y espectrales, aunque procedan del día." Son seres marginados y condenados de la gran ciudad, lafeurmillante cité, la hormigueantes ciudad de Baudelaire. El payaso y el predicador convulsivo. La ramera y el criminal, el enano, el prófugo y el santo, el rapero y la bailarina. Rostros de una subcultura que el artista aborda con valentía y caridad. De su producción artística, Arthola 25 esculturas y una pintura, que se encuentra en exhibición permanente en el Museo Cortázar de Managua, la doctora en arte, María Dolores Torres declara que: “el arte de Arthola es un arte de crisis y de testimonio, al igual que el Expresionismo y Neoexpresionismo… Arhtola hace alusión a la decadencia moral del su país utilizando imágenes impactantes y agresivas”. Y agrega: “niega lo bello y sublime porque la realidad es grotesca y desagradable”. Finalmente el artista nos obsequia uno de los versos —que dedicara al poeta modernista Carlos Martínez Rivas a dos años de su muerte—, al cual considera como uno de sus autorretratos ineludibles y sarcásticos: “Dos días después de haber dejado mi cuerpo absorbido por la tierra, mi espíritu vaga por todas las vicisitudes desde mi niñez; la música, los árboles, los parques, los talleres. Esta es la lanza que oprime mi espíritu en estas largas noches sin ver LA LUZ del sol”.
acerca del autor

Arnulfo Agüero, Managua (Nicaragua). Periodista cultural y poeta. Dos años de estudios de periodismo en la UNAN-Managua, “Escuela Ricardo Morales Aviléz”. Diseño de Páginas Web en Guegue Comunicación. En los últimos seis años ha publicado en los periódicos de mayor circulación, La Prensa y El Nuevo Diario sobre artes y cultura, espectáculos, entrevistas, artículos y notas sobre temas nacionales, políticos y económicos. Colabora también en la Revista de literatura nicaragüense 400 elefantes y Cultura de Paz. En preparación: tres libros de poesía y dos de artes visuales nicaragüenses.