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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
5 12 2008
Poemas escogidos de Con plexo de culpa, de Dina Bellrham

Actitud de agresiva ruptura, capacidad creativa de manifiesta originalidad, códigos lingüísticos de sorprendente cuño, son rasgos que percibimos en la poética de una voz frutos cáusticos, no exentos de afectividad, extraídos con dolor de los intersticios profundos de una sensibilidad extraña, palpablemente artística; por todo lo cual no vacilamos en afirmar que Con plexo de culpase constituye en una de las muestras más válidas de la joven poesía ecuatoriana y, ya centrándonos en el género al que pertenece su autora, uno de los discursos más bulirantes dentro de la lírica escrita por mujeres ecuatorianas, por su reciedumbre amarga, funcionalmente literaria, en la que se generan versos viscerales como éste: “El suelo se ha vuelto puta en los zapatos/...”

 

Plumier

El averno retoza
en el tranvía de mi humus
El negro es el blanco quimérico
masticando la noche
sujetándose
a mi mano estetoscópica
y cíclica.
Porque soy agorafóbica empedernida
y colecciono esquinas
mientras fecundo urdimbres
o relampagueo gárgolas
cuando me hallo grávida de versos
gélida,
en la tranquilidad de mis muertes.

 

 

 

Delirios

I

Tengo una luciérnaga en medio de los dientes
soy lámpara humana
he retornado a la pared
y a su diluvio de gárgolas.
Me enchufé
(sonrío).
A veces me desnudo esperándote
arranco mis ojos
y mutilo su humedad septentrional...
—tan cansado es el lunar donde blasfemo—.
Tantas uñas queriendo rasgarme
¿hacia dónde va esta cicatriz de hinojos?
ya sólo tengo vómitos
cortocircuitos
hambre
(muerte).

Es hora de marchar(te)
desmembrar(te).
Todas me hablan...
he decidido gritar
hoy,
que me he estacionado
que he construido
una lágrima púrpura
en mi cuenca de abismos.

 

II

Estoy a punto de fugar
este simposio noctámbulo
he ataviado de telarañas
estas vénulas famélicas.
No soy parte del trapecio de átomos
amo al hombre que fue mío
su velo de besos muertos
yo también estoy en la profundidad
donde gorgotean nuestras manos entrenzadas
como grillos emanando ecos atrófi cos
como velas tapizando un suelo de plegarias.
—Las secretarias mutilan teclas,
son asesinas de rutinas—
¿y yo?
también necroso animales
que penden de un árbol
deletreo entes cobijados en letras,
artista en pantomimas
de un Sansón en alopecia
vacíos... (((tijeras púrpuras)))
—la gris Átropos ha tardadoestoy
acostumbrada a cenar
frente a un espejo;
y empacharme de anginas
porque te extraño
porque eres agua extraviada en óleo
y aún fermentas un delirio de alhelí
en mi imperio de insectos.

 

 

 

Adiós... alone alone

Como la furcia que no sabe de quién es el hijo
así son estos dedos empolvados de amores
que terminan arrojando fetos disfrazados.
Ninguno es amor,
me desnudo las papilas
para arrullar una epopeya de fragmentos.
Yo en átomos
haciendo alquimia en pantanos
tal vez (es casi seguro)
porque intenté amar desesperadamente
un zapato
y embarullarme necesariamente a sus agujetas
para sentirme amada.
¡Déjenme ir! suelten mis alas
desde hace tanto soy un espectro
que jala los pies de ángeles muertos
y aún así debo mutilarme el hálito que ya no existe
¡amar! ¿Cuándo entenderán
que las esquinas son el eco
de las calles que musitan besos?
Demasiado románticos son mis ojos de sal
tan frágil mi ánfora de los secretos
y ahora mi boca no es más
que un tren recolectando inquilinos efímeros
una virgen prostituyéndose el síncope
(estoy lejana)
regurgito los intentos,
la herida pariendo gusanos
el corazón queriendo ser riñón.
No escribo, muto a péndola
y derramo esta tinta cargada de sismos.
Déjame ir... quiero dormir placenteramente
en un sepulcro de lirios brunos
hacer el amor con osamentas arcaicas
tal vez ellos entiendan de este adiós prematuro.
Tic-tac, tic-tac
el reloj no existe
y todos dependen de él.
Tic-tac, tic-tac
“el mar se quiere parecer al cielo”
—¿te acuerdas?—
los extraños toman café en el muelle
y también un sorbo de amores no correspondidos...
Tic-tac
tic-tac
aún no es hora de irse
(el sicario no existe)
tic-tac
hace tiempo que no estoy
sólo falta se consuman las células
ya cumplí mi guión de enamorada “alone alone”
Tic
tac
la tristeza es mi duende encantado
que me abriga la incoherencia caducada
Déjenme ir.

 

 

Anhedonia

Hasta los sismos en las piernas han mutado a esfinges.
Hemos huido de la catástrofe de las encías. Nos mudaremos
de falanges y ventanas, con el miedo bajo el brazo
cual portafolio de oficina.
El parque se torna pluvioso, quebradizo. No basta crujir
nuestros dientes de columpio, ni bostezar resbaladeras si
nos sobran extremidades y saliva. El suelo se ha vuelto
puta en los zapatos.
Y yo pretendo seguir de raíz en los cordeles, ahora que hay
suburbios en un racimo de ósculos.

acerca del autor
Dina

Dina Bellrham, nació en Milagro (Guayas), Ecuador, en 1984. Sus estudios primarios los realizó en Naranjito, los secundarios en un colegio franciscano de Milagro, donde empezó a publicar poesías en revistas juveniles y en algunas editoriales. Actualmente estudia Medicina en la Universidad Estatal de Guayaquil. Sus autores favoritos son: Baudelaire, Bécquer, Campoamor, Mistral, Benedetti, Neruda, Alfonsina Storni, Oliverio Girondo, Alejandra Pizarnik, Chantal Maillard, entre otros. Ha publicado en varios sitios Web. Anima el blog http://bellrham.blogspot.com.