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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Arte
4 7 2009
Miguel Lescano y Taller Cono Norte

De todas las técnicas propias del grabado artístico contemporáneo solo la serigrafía ha alcanzado ubicuidad entre nosotros, dentro del panorama temprano de este nuevo siglo en Lima. Está presente sobre una diversidad de soportes, tanto sobre el papel o el cartón, como sobre la tela o el plástico de un objeto artístico-lúdico o de un artículo diseñado. Su lógica y su huella marcan, por si fuera poco, una veta significativa e impactante de la pintura local más reciente, que se ha constituido hoy en una de las prácticas estéticas contemporáneas dignas de resaltar en la escena limeña. Ha tenido que ver en esta amplia difusión y gran visibilidad el ejemplo de la asiduidad con la que la practicaron algunos artistas de la escena internacional de segunda mitad de siglo XX, de gran influencia en el desarrollo actual de las artes visuales, como Robert Rauschenberg o Andy Warhol.

Pero, localmente, también importa —y mucho—, el ejemplo de la experimentación propia de ese hervidero barranquino de la plástica que duró de 1979 a 1984, y del que salió un notable grupo de artistas, fundadores en buena medida de la escena contemporánea del arte crítico en el Perú: los directamente implicados en los colectivos Paréntesis y Huayco E.P.S., y los allegados a estos.

El retorno de Fernando Bedoya, artista de esta camada, a Lima en el año de 1994, contribuyó a atizar una interesante y reflexiva práctica limeña de la serigrafía que había surgido con el correr de la década de 1980, alentada por la actividad de dos jóvenes veteranos como él de los colectivos de Barranco, Juan Javier Salazar y Herbert Rodríguez; a ellos se había sumado una nueva generación, a la que pertenecía el colectivo NN —del que formaron parte Alex Ángeles y Alfredo Márquez, hoy tan activos como entonces—, así como artistas que trabajaban individualmente entre los que se contaban Chío Flores y Miguel Lescano.

Bedoya transmitió una versión ampliada de la serigrafía, que era la que él había asimilado y potenciado en Buenos Aires, y con ello ensanchó la comprensión conceptual del uso de esta técnica y también contribuyó a la valoración renovada del trabajo de taller.

Miguel Lescano fue de los que vio su práctica artística de uso de la serigrafía catalizada por Bedoya y luego de este contacto, no cejó en su empeño de plantearla --con gran visión utópica-- como una actividad a tiempo completo en su vida, a partir de un trabajo de producción ininterrumpida de taller. Fundó el Taller Cono Norte hacia el año 2000 en el distrito de San Martín de Porres y desde ese momento empezó a poner en marcha un proyecto de vida que actualmente comparte con su esposa Liliana Ávalos, artista visual por derecho propio. Está en vías de lograr su cometido.

El espíritu del lugar refleja la naturaleza del compromiso artístico de Lescano y Avalos, en el que se puede discernir el contexto de arte crítico del que proviene el primero, y la experimentación lúdico-conceptual que ha sido el terreno de elección de la segunda.

La operación del Taller les permite producir sus propuestas artísticas personales, así como piezas aisladas y carpetas de otros artistas nacionales y extranjeros.  De esta manera han trabajado en la edición de obras de Maricarmen Felices, Federico Fernández (España), Francisco Guerra-García, Brigit Kramer (Alemania), Patricia Limón, Sylvain Malet (Francia), Jorge Miyagui, Martín Riwnyj (Argentino), Claudio Roncoli (Argentino), Danilo Vallejo (Ecuador), entre otros.

Ciertos proyectos más ambiciosos están en proceso como una carpeta de obra gráfica en torno al Jazz, que reunirá a 10 artistas peruanos y extranjeros, además de la carpeta “Woman Power”, con la participación de artistas mujeres. El activismo artístico del que siempre ha hecho gala Miguel Lescano, le ha deparado grandes satisfacciones, por otro lado, como la de sacar al exterior una muestra de artistas contemporáneos peruanos para exhibición en la Ia Bienal de Arte Hispano, en el Bronx, Nueva York, EE.UU., en 2008.

La calidad de las ediciones es su carta de presentación, así como también la calidez de la acogida que el Taller brinda a los artistas que eligen trabajar en San Martín de Porres. Ni qué decir del profesionalismo en su labor de convencimiento para lograr que un artista especialmente interesante acepte producir una pieza con ellos. Solo con el desarrollo de la red de contactos, además de la constancia y la dedicación a conciencia se puede asegurar la vida de un taller como el Taller Cono Norte, que es lugar de incubación de proyectos y de creación y experimentación continuas.

Jorge Villacorta Chávez, Lima, junio 2009