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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
1 9 2009
Las metamorfosis de Lina Zerón

Hoy escribí tu nombre bajo la almohada
y no me sentí sola.

 

MORADAS MARIPOSAS 

Fui semilla de sol plantada en la tierra,
parida por un tornado de agua,
entre polvo estelar y alarido de colores.

Yo quería nacer mariposa,
águila,
y que me crecieran doradas plumas,
pero nací higuera de enormes raíces
y me salieron ramas
y de las ramas hojas
y me nacieron ojos en la corteza.

De las hojas brotaron palomas,
acunaron suspiros mis rojos dedos,
mis manos abanicaron tinieblas
y probé la manzana del Edén.

Supe del sabor de la sangre
y  me punzaron los huesos,
aprendí a llorar con mi sombra
y a cargar la cruz del fruto de María,
pero también probé la miel sagrada de la rosa,
la carne del cordero,
tuve sangre virgen en las venas
y entre mis piernas el jugo de Adán corrió.

Mi vientre parió moradas mariposas
que alimenté con savia pura de abeja
y me convertí en olmo
para defender los frutos
y ni sequías
ni tempestades
arrancaron mi tronco de la tierra.

Cantaron muchas primaveras con sus inviernos,
maduraron los higos, a la vida cayeron,
se olvidaron de este árbol
y desnudas quedaron mis ramas.

Dejé de ser higuera y olmo,
me crecieron alas
y en las plumas colores
y en los colores agua
y me convertí en pez-golondrina.

Mis lágrimas humedecen las escamas
y los suspiros hacen volar mis alas
cuando veo las semillas que mis frutos dieron.

Soy feliz de haber nacido higuera,
volverme olmo
y ahora ser pez-golondrina
sin nido fijo y sin cadenas.

 

 

 

A TODOS LOS HE AMADO

Te advierto que cuando muera,
ellos buscarán mis cenizas
esparcidas en el viento,
recordarán el rojo profundo de mis besos
y el azul revuelto de mis mares.
Volverán a la playa de olas satisfechas,
donde mi piel gemía en sus cuerpos,
se buscarán en cada uno de mis poemas
y en silencio gritarán mi nombre ante el espejo.

A todos los amé por igual:
nunca necesité descanso o más pulmones,
todos tuvieron su sitio y su tiempo,
siempre tejí océanos de ternura
con hilos de caricias en cada encuentro.

La vida pasa y la lluvia seguirá cayendo,
Mas, día a día recordaré cada nombre,
cada rostro, torso, manos, boca,
los “te quiero” y las despedidas.

Así que hoy tu traición no me derrumba,
hoy el amor encerró a sus mendigos;
todo será perfecto,
tú vendrás oliendo a fresco,
bien vestido,
cabello en orden;
yo besaré tus labios
y en tus labios, te prometo,
recordaré todos las bocas que he besado.

 

(de Nostalgia de vida, 2005)

 

 

 

LETANÍA 
Benditas las mujeres que protegen el fruto de su vientre,
asumiendo la parábola de su belleza bajo un delantal,
aquellas que lavan su rostro con el manto de la rutina
y aprenden a alzar la voz, aunque sólo se tenga la voz.

Benditas las mujeres que arrastran la cruz de impuras,
regando su futuro con lágrimas de ausencias,
que encuentran  purificación en el agua de cualquier río
y tejen amores dispersos en el manar del tiempo.

Benditas las mujeres que se enamoran,
las hechiceras de la noche,
las que comparten el fuego de las bodas del cuerpo
en la consagración de la piel.

Benditas las que gritan lo que el corazón profesa,
las que escuchan y las que imponen su palabra,
también las que callan su verdadera pasión,
sobreviviendo como agua estancada y triste.

Benditas las que enfrentan el nido vacío,
reviviendo cada noche el éxodo desde su origen.

Benditas las que son tormenta, río sin cauce,
a las que llaman locas, revoltosas,
liberadas, feministas,
y son capaces de atropellar al viento con una mirada.

Benditas las hembras con fracturas y fragmentos.
Benditas Nosotras, matriz del universo.

 

 

 

GITANA AZUL

Hace mucho fui gitana azul,
tiré mis cartas con la mano izquierda,
mientras la otra tocaba con desprecio tu recuerdo.
Cadenciosos futuros reverberaron en mis labios
y el sol de marzo calentó mis andariegas manos
que me condujeron al viejo edificio de tu cuerpo.

Ayer, fui una iglesia colmada de oraciones,
un ángel cercando el cuadro de mi santo preferido,
—“San Judas Tadeo, en ti confío mis secretos”—
mi moral sujeta con alambres ortopédicos
porque este amor que por él siento
es un disfraz de noche de espantos mal cosido.

Hoy, tú eres ave carroñera despavorida tras los restos,
que me busca fuera y dentro de sus delirios,
entre las letras del teclado
donde a veces soy luminoso texto,
otra oscuridad de invierno
pero nunca la misma.

Mañana seré cirquera,
prestidigitadora,
¿y tú? una ronda de poemas
tirados por esta talladora de la vida,
entre los versos de mi último libro.

En el futuro serás ni 2 segundos por teléfono.

 

(de Consagración de la piel, 2007)

 

acerca del autor
Lina

Lina Zerón (Ciudad de México, 1959). Estudió Relaciones Internacionales en la UNAM. Entre sus libros figuran: “La espiral de fuego”, “Moradas mariposas”, “Vino rojo” “Nostalgia de vida”, “Ciudades donde te nombro”, “Consagración de la piel” y “La herida invisible”. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, catalán, portugués, serbio, ruso, esloveno, italiano, árabe, rumano y holandés. Cuenta con reconocimientos y premios literarios. Sus textos aparecen en diversas antologías y en revistas nacionales e internacionales. Participó en encuentros literarios, tanto en América, Europa y Asia. Ha sido Coordinadora del comité organizador internacional del Encuentro de Mujeres Poetas en el país de las nubes, desde 2001. También es la directora y editora de Linajes Editores.